jueves, 23 de mayo de 2013

¿Hay algo nuevo y productivo en la Facultad de Ciencias Sociales?, por Marcelo Langieri


  • A propósito de la resolución del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales que plantea la igualación de género en las listas de representantes de la Facultad se crea en Sociales un importante hito renovador. Puede decirse que algo nuevo despunta en el horizonte y que es muy necesario que ello ocurra.
    La Facultad tienen una clase política envejecida, donde el envejecimiento no pasa necesariamente por la edad de los funcionarios y militantes sino por la falta de renovación de los cuadros, la falta de ideas y de la cristalización de la relación entre las Carreras.
    Es un lugar común decir que la Facultad es una federación de Carreras, tal cual lo es. Lo que no es tan común es que ello se tome como un problema frente al cual se ensayen propuestas de solución.
    La Facultad de Ciencias Sociales está hegemonizada políticamente por una mayoría asentada en las Carreras de Comunicación, en primer lugar, y de Trabajo Social y Relaciones del Trabajo seguidamente. Hegemonía política construida sobre la base de agrupaciones de graduados de esas Carreras.
    Esta hegemonía se construyó valiéndose del concurso de representantes con prestigio académico para elaborar una alternativa a la salida de la crisis del 2001 en su correlato universitario. Crisis que se relacionó e identificó internamente como crisis de la hegemonía de sociología.
    Cierto es que la Facultad se construyó con un peso importante de referentes académicos y culturales de Sociología. Carrera que contaba con una trayectoria muy significativa como disciplina y que había sido en los años '60 protagonista del proceso de modernización cultural en nuestro país. A este prestigio se le sumó en la creación de la Facultad el reconocimiento y reivindicación de la situación de persecución sufrida durante la dictadura cuando fue intervenida.
    No es menos cierto que la Carrera de Comunicación tuvo en sus fundadores a referentes no menos destacados de la cultura y de la producción intelectual entre sus integrantes. Pero estos últimos no fueron los constructores políticos de una nueva hegemonía post 2001; hegemonía que conjugara prestigio académico y saber administrativo. A partir de entonces y hasta el presente el proceso de acumulación política transitó caminos disociados de los de la acumulación de prestigio y reconocimiento académico basado en el reconocimiento intelectual. El grueso de los intelectuales fundadores en estos espacios académicos, como sucede con el resto de las Carreras, no fueron reemplazados. Salvo excepciones, el proceso está dominado por nuevas generaciones de iniciados académicos. Aquellos poseedores de un fuerte prestigio, en general, son minoría o ajenos a este proceso de construcción política o forman parte de una amplia periferia.
    Sí ha funcionado aceitadamente la realización de concursos que habilitan institucionalmente a un importante y numeroso conjunto con el cual se ha construido políticamente. Desde luego que siempre existen excepciones pero éstas no alteran las líneas de acumulación planteadas.
    El presente de Sociales muestra una perspectiva donde lo viejo se perpetúa a través de una cara maquillada.
    Se trata en fin de una ratificación de viejas relaciones, de viejas ideas, de viejas políticas. Estas palabras no pretenden instalar objeciones a personas sino a los proyectos y propuestas que éstas representan.
    La propuesta de igualación de género es un pequeño rayo de luz que proviene de fuentes ajenas a la actual hegemonía y que tiene el valor del ejemplo.
    El desafío es plantear una política de renovación capaz de recoger las experiencias realizadas y construir un nuevo proyecto de Facultad inclusivo, que contemple a todas las Carreras existentes, capaz de formular un pacto refundacional ampliamente participativo, que esté a la altura de los tiempos llenos de acontecimientos y debates que nos interpelan como ciencias sociales y como intelectuales populares críticos y comprometidos.
    Para avanzar a una Facultad mejor seguramente será necesaria la realización de un debate serio, con espíritu crítico, en base a ideas y sin descalificaciones... es decir: novedosamente.
    Marcelo Langierii
    (Obra sin título Pomarola Talk)

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