miércoles, 18 de agosto de 2010

Jabalí Difunto


MIÉRCOLES 18 DE AGOSTO DE 2010

el jabalí difunto

















El 17 de agosto se celebró un foro inaugural de elemededé

titulado El jabalí difunto.

La democracia ateniense sigue siendo una cuestión

sorprendente y ejemplar. La comunidad estrecha sus

lazos en la conversación, la poesía, la gymnasia,

las discusiones filosófico-mitológicas, los placeres

de gusto, el olfato y el oído. Fiestas, competencias,

cultos públicos y secretos, como el festival

exclusivamente femenino de las Tesmoforias.

Claro que esa sociedad era mucho más compleja

que este cuadro idílico, pero es la parte de la

historia que nos importa. Del mismo modo que

nos interesa el hecho de que los funcionarios

y magistrados fueran elegidos al azar entre los

ciudadanos. O que su pedagogía fuera tan entretenida.

Pese a que la propuesta para este foro era

"aproximadamente helénica" los registros fotográficos

muestran una notable confusión con los modelos

romanos del cesarismo. Pareciera que las fantasías

políticas dominantes en la actualidad repiten los

ciclos de helenización y romanización que se dieron

en Francia en los siglos XVII, XVIII y XIX. Democracia

probabilística hedónica o república cesarista circense.

Estos serán algunos temas que elemedede desenrrollará

en esta era.

Otra romántica producción de LMdD que muestra las

posibilidades de vivir.


sábado, 14 de agosto de 2010

Un artículo valiente de Ernesto Meccia


No es fácil explicar-y por lo tanto entender- en un artículo corto cuestiones referidas al dolor humano. Ernesto Meccia está escribiendo reflexiones profundas desde la sociología-y esta es una de ellas- que se transforman en objetos literarios y en herramienta política, en el sentido más denso y productivo del término. En Sociología Contraataca estámos honrados de contar a un intelectual como Ernesto Meccia entre nuestros amigos.En esta lucha nos reconocemos y de algún modo la consideramos una valiosa porción de la gran tarea que imagina mil y una acciones bajo las banderas de la emancipación humana.
Viernes, 13 de agosto de 2010
¿Ley pareja?
Por Ernesto Meccia
El Tribunal Oral IV de La Plata condenó a Marcelo Bernasconi (de 19 años) por los delitos de “homicidio calificado por el vínculo y la alevosía” en el caso de su madre, y “homicidio calificado por la alevosía” en el caso de su hermano.
El presidente del tribunal, Emir Caputo Tártara, expresó que “la confesa condición de homosexual del imputado carece de toda relevancia a los fines del objetivo análisis en la tarea de subsunción de hechos a Derecho. Dicho de otra manera –aunque harto obvio, reitero–, tal aspecto es ajeno e inocuo a los efectos de la aplicación de la norma que corresponda”.
Ni bien leí estas expresiones, recordé una frase de Anatole France (1844–1924): “La ley, en su magnífica ecuanimidad, prohíbe tanto al rico como al pobre dormir bajo los puentes, mendigar por las calles y robar pan”.
Por favor, que los lectores no crean que haré apologías de ningún tipo; solamente quisiera –ayudado por esta frase– analizar cuáles serían los “hechos” de este caso que se subsumieron a la ley y cuyo producto final fue la condena.
Marcelo es gay y el entorno en el que vivía es homófobo o, lo que es lo mismo, heterosexista, que a esta altura todos sabemos, es una de las ramificaciones de la ideología racista. ¿Qué es una ideología racista? ¿Un conjunto de enunciados que alumbra un hecho para mostrarlo en toda su desnudez objetiva? ¿O, más bien, un relato sobre ese hecho que le imprime características fantásticas y, de este modo, lo inventa? Claro que es lo último, pero –por más ficticio que sea– se trata de un relato que tiene consecuencias muy reales, sobre todo en las personas a quienes se lo destina, quienes a partir del relato difamador viven como difamados o como contestadores a la difamación. Sea como fuere, su vida ya no podrá entenderse en ausencia de esa fantasía injuriante.
Si convenimos en esto, les propongo que veamos, primero, “cuántos” hechos están en juego aquí y, luego, con “cuál” de ellos trabajó la Justicia.
La subjetividad maltrecha de una persona gay es un hecho tan real como lo que esta persona puede hacer en circunstancias repetidas de tensión insoportable (matar o suicidarse). A su vez, quienes crean la tensión re–citando el relato racista (el arquetípico “puto de mierda”, un clásico), también están realizando hechos tan reales como confirmarse como “normales” y crear una realidad psíquica insufrible en su destinatario. Por último tenemos una tercera clase de hecho (terrible) que es sobre lo que se ha basado la Justicia para producir la condena: el asesinato de la madre y el hermano.
Entonces lo que se subsumió a Derecho fue un hecho y no todos los hechos del caso Bernasconi, lo cual demuestra lo incompleto (¿o ideológico?) que puede ser algunas veces el razonamiento judicial.
Si reformulara la tremenda ironía de Anatole France, podría decir: “El heterosexismo, en su magnífica ecuanimidad, prohíbe tanto al gay como al heterosexual de venenosa lengua suelta reaccionar negativamente el último día del año, lo que es decir la vez número 365 que debió escuchar que lo llamaran ‘puto de mierda’”. Complicado, ¿no?

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lunes, 2 de agosto de 2010

Performance de Jacoby

EL PAIS › TESTIMONIOS Y COLOR A LA HORA DE ENTRAR A LA ROSADA

Página 12

La previa del acto

Los invitados desbordaron la capacidad del salón. Una larga fila de personas pugnaba por entrar: una variopinta muestra de la diversidad que por primera vez se hizo un lugar en la Casa Rosada.


Por Emilio Ruchansky

Entrar por la puerta grande de la Casa Rosada no es fácil. Lo saben los cientos de militantes por la diversidad sexual que hicieron una larga cola sobre la calle Balcarce, también lo sabe el ex jurado de Bailando por un sueño Jorge Lafauci, que en su afán de esquivar el bulto, quiso atravesar las rejas por el acceso de prensa y fue ninguneado por los guardias de seguridad. “Yo vengo a ver qué pasa. A mí me invitó el productor Alejandro Vannelli, hace treinta años que lo conozco; ahora, si tengo que hacer cola me voy”, le dijo este personaje mediático a Página/12. Mientras esperaba a Vannelli, que ya tiene fecha de casamiento con el actor Ernesto Larrese, a ver si lo hacía entrar, otro famoso actor, Carlos Santamaría, se acercó al mismo lugar. Y lo rebotaron también.

En medio del nerviosismo de algunas personas que no estaban anotadas para entrar y rogaban favores a sus conocidos detrás de las rejas, apareció un señor canoso, de traje, zapatos y tapado azul que comenzó a arengar: “¡Qué no decaiga la alegría! ¡Por qué tanta seriedad!”, gritaba. Luego desenrolló su pancarta: “Los mismos derechos para nuestros hijos gays y sus hermanos heterosexuales”. Turistas, activistas y curiosos se acercaron a él para retratarse, sosteniendo la pancarta. “¿Brasil? Ustedes van a conseguir el matrimonio igualitario también, no se preocupen”, le decía a una activista del país vecino.

“Me llamo Francisco, vine con mi esposa y otras dos personas más del grupo de Padres, Familiares y Amigos de Gays y Lesbianas. Armamos el grupo en 1998, le aclaro que en Estados Unidos hay 500 filiales”, informó el señor. ¿Y en Argentina cuántas hay? “Dos, la otra está en Córdoba, entre paréntesis, funciona en una iglesia católica. La armó una señora que es militante católica, pero que entendió enseguida que éste es un tema de amor. Algunas iglesias tienen un discurso distinto que la cúpula”, respondió. Su esposa, Ema, contó que recién después de la aprobación de la ley blanqueó la orientación sexual de su hija con la mujer que limpia su casa desde hace casi 25 años.

“Yo quería compartir la alegría que sentía. Ella lo entendió enseguida, me dijo: ‘Señora esto es así, yo tengo un sobrino en Tucumán que está en las mismas condiciones, es amor, no otra cosa’”, recordó Ema. Además de la alegría, la mujer siente tranquilidad por la aprobación de la ley porque fue “una decisión transversal, no de un solo partido”. Su marido, en una pausa tras sacarse varias fotos con su pancarta, regresó con una sonrisa enorme: “Ya está, ya está”, se decía a sí mismo. “Yo creo que el 60 por ciento discrimina por ignorancia, el 20 por ideología y el otro 20 es abierto a la diversidad. Ahora ese 60 por ciento está mejor informado, eso es lo que ganamos”, concluyó.

A la vuelta de la entrada principal, sobre la calle Hipólito Yrigoyen, cinco activistas de la Asociación de Travestis, Transgéneros y Transexuales de la Argentina (Attta) se fotografiaban entre ellas. “Nunca me imaginé que iba a entrar en la Casa Rosada”, dijo Nadia Molina, que además de coordinar a la Asociación en Córdoba, trabaja en el Instituto contra la Discriminación. “El matrimonio igualitario fue el primer obstáculo superado, ahora falta la ley de identidad de género para tener documentos acordes con nuestra identidad, lo que facilita la entrada a la escuela o alquilar una vivienda. También queremos sacar los edictos que criminalizan el travestismo en muchas provincias”, enumeró.

Pocos metros más adelante, cuatro norteamericanos, todos trajeados, eran observados con asombro y desconfianza por sus vecinos en la fila. “Se deben haber equivocado de lugar, por ahí quieren ir al Ministerio de Economía”, le dijo un activista a otro, que llevaba la bandera con los colores del arco iris colgada de los hombros. No estaba del todo equivocado. “Venimos de Washington D.C., somos de la Cámara de Comercio de Gays y Lesbianas de los Estados Unidos, vinimos invitados por la embajada norteamericana”, se presentó uno de ellos, Justin Nelson.

“Estoy muy excitado por todo lo que está pasando en Argentina, es algo histórico, muy positivo, nos da esperanza a los demás países de América y del mundo entero. El cambio está ocurriendo ahora mismo”, agregó Nelson, que vino en misión comercial y de intercambio cultural, junto a otras personas en representación de nueve empresas estadounidenses. “Queremos generar contactos y ver oportunidades de exportar”, comentó antes de que alguien lo tomara del brazo y lo colara a él y a sus tres compatriotas más cerca de la puerta.

Ya estaba anocheciendo cuando llegó el diablo con pulóver y calzas negras, cuernos, cola y dos tridentes rojos. Y claro, también se coló. “Soy de la Movida del Diablo, un grupo de 200 personas compuesto por músicos, artistas visuales y abogados. El nombre está inspirado en la frase del cardenal Jorge Bergoglio”, dijo el hombre, que resultó ser el artista Roberto Jacoby. ¿Estaba haciendo una performance? “No, esto es un acto político, también fuimos al Congreso cuando se aprobó la ley, fuimos los que cantábamos ‘¡Satanás, Satanás, sacate la sotana, Satanás!’”.