tag:blogger.com,1999:blog-85820640125096026322024-02-07T22:18:14.256-08:00SOCIOLOGIA CONTRAATACASociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.comBlogger231125tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-62674883035977313292022-03-30T17:34:00.001-07:002022-03-30T17:34:24.054-07:00BORGEANAS. CLASES TEÓRICAS DE SOCIOLOGÍA GENERAL. Lucas Rubinich<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg06BRT3KpeCX1JnmxpzXOvxvt7xL6_G4Q0iOHLw0A1UkrvV5DQ5DGEzWAciXWzw4iVXS3sEqi_Bxk6MzwL2W3biaC9b2gv9U0E4WluUnxCijf-4sip1Xq6LxdgUXZsFe9aUKCrBTOMGIMSC5nOlC4an1i8WsF_8-fb1rPDbH2gNUb4uIlyRgmKn6EaWQ/s1080/borgeanas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="773" data-original-width="1080" height="229" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg06BRT3KpeCX1JnmxpzXOvxvt7xL6_G4Q0iOHLw0A1UkrvV5DQ5DGEzWAciXWzw4iVXS3sEqi_Bxk6MzwL2W3biaC9b2gv9U0E4WluUnxCijf-4sip1Xq6LxdgUXZsFe9aUKCrBTOMGIMSC5nOlC4an1i8WsF_8-fb1rPDbH2gNUb4uIlyRgmKn6EaWQ/s320/borgeanas.jpg" width="320" /></a></div><br /> <p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 115%;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">Borgeanas. Clases teóricas de Sociología General<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Lucas Rubinich<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Las clases teóricas de Sociología general se proponen relacionar a los
estudiantes con conceptos básicos y centrales de la teoría del conocimiento de
lo social que de alguna manera son compartidos por las tradiciones (distintas)
que refieren a los grandes clásicos de la sociología. Y la propuesta no es
simplemente explicar esos conceptos escolásticamente, sino hacerlo encontrando
formas que permitan “verlos andando”. Se trata entonces de promover el
encuentro activo con un capital de conocimiento para permitir construir una
mirada sociológica pensándola, como sostendrá Ricardo Sidicaro- un maestro de
la sociología argentina-, desde su aplicabilidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Así es que cada una de las diez o doce clases teóricas de este
cuatrimestre, en empatía con las otras dos instancias de la cátedra (clases
plenarias llamadas teórico prácticos y clases de grupos pequeños llamados
prácticos) estarán dedicadas a pensar, tanto en los obstáculos que impiden
acceder a un conocimiento denso de lo social, como los posibles usos de los
recursos que permiten vencerlos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El
esfuerzo por ir más allá de la explicación en abstracto y recurrir a la
aplicabilidad tiene como objetivo, por supuesto. no fetichizar la teoría,
pelear contra las prácticas profesorales que transforman la tradición teórica
en cultura cosa, y reivindicar una relación vital con el conocimiento; la
cultura no como “opus operatum”, sino como herramienta, como “modus operandi”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 12.0pt;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por eso
la preocupación por construir situaciones, experiencias de la propia vida
cotidiana, de la historia, y de la literatura, que den cuenta de la
aplicabilidad de esos conceptos. Y allí es que, como se ha venido haciendo en
distintas cursadas a lo largo de varios años, se recurra a la mirada que sobre
algunos hechos y productos socioculturales se puede reconocer en la obra de
Jorge Luis Borges. Por la simple y contundente razón de que en varios de sus textos
se construyen imaginativamente situaciones que posibilitan una relación vital
con elementos centrales de la teoría social. Solo que en este año las citas no
aparecerán eventualmente en alguna que otra clase, sino que en cada una de las
clases el problema central tomará como referencia una situación planteada en un
texto de Borges, fundamentalmente algunos de los publicados en Discusión y en Otras
inquisiciones<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 12.0pt;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 12.0pt;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">No obstante, es pertinente recordar para no
eludir aspectos que a primera vista puedan oscurecer la anterior afirmación,
que, con motivo del cambio en la currícula de la Carrera de Letras de la
Universidad de Buenos Aires, Borges emitió opiniones poco amables hacia la
sociología. Ocurrió en esa ocasión- en el año 1984-, que se estaba dejando de
lado la condición de obligatorias de las materias dedicadas a las literaturas
extranjeras, transformándolas en optativas, por lo que los estudiantes las
podrían reemplazar, entre otras, por materias como sociolingüística,
psicolingüística, medios de comunicación, y también por sociología de la
literatura. Y allí Borges, sinceramente angustiado por el hecho de que un
estudiante de letras pudiese atravesar su carrera sin poner especial atención al
Dante, A Conrad, o a Las mil y una noches, se preguntaba </span><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">“</span><span lang="ES-AR" style="color: black; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">¿Qué será la sociología de la literatura?”
Es que eso que estaba sucediendo era vivido como un acto de banalización al que
se debía responder contundentemente. Si efectivamente se estaban deshojando las
mágicas formas del arte hasta equipararlo a simples objetos cotidianos, y se
estaba permitiendo su evaluación recurriendo a herramientas percibidas como vulgares,
era necesario volver a pronunciar palabras sagradas que le devolvieran su
potencia, su ambigüedad, si se quiere, su misterio. Y es por eso que se
habilitaba el recurso romántico afirmando, quizás con emoción, que “el hecho
estético es un brusco milagro”, que “no puede ser previsto”. Se pronunciaban entonces,
como en un ritual instituyente, casi a la manera de salmos, frases
reiluminadoras, como la del pintor Whistler, quien sostenía pura y
elementalmente que ”el arte sucede”; o, todavía con mayor pertinencia, la del
místico alemán Angelus Silesius, quien afirmó “la rosa es sin porqué”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="color: black; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="color: black; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">En sociología queremos creer que los
decires y los haceres de los seres humanos no son necesariamente explicables
por una visión del mundo escencializada, sino que se hace imprescindible para
intentar entenderlos, recurrir a las dimensiones histórica y relacional; y si
bien esto es generalizable para el conjunto de las interacciones humanas, esto
se hace muy evidente en los artistas empeñados en derribar los muros culturales
de la convencionalidad. Ante lo que se percibe como una trivialización del
hecho estético, como ocurre en el caso citado, se despliega como arma, una
visión escencialista del arte. Pero si se está analizando la literatura y el
imaginario lector es un par, lo relacional y lo histórico serán recursos
manejados con tranquila seguridad. Y no es otra cosa lo que afirma Borges en” </span><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Notas sobre ( hacia) Bernard Shaw”,
publicado en 1952 en Otras inquisiciones (Borges, 2005):“El libro no es un ente
incomunicado; es una relación, es un eje de innumerables relaciones. Una
literatura difiere de otra, menos por el texto que por la manera de ser leída:
si me fuera otorgado leer cualquier página actual-ésta, por ejemplo- como la
leerán el año 2000, yo sabría cómo será la literatura del año 2000” (Borges, 2005).
Del mismo modo está presente esa manera de mirar el mundo social cuando define
lo que es un libro clásico en “Sobre los clásicos”; o cuando sostiene que “cada
escritor crea a sus precursores”, en “Kafka y sus precursores”, ambos ensayos
también publicados en “Otras inquisiciones”. Y, por supuesto no se debería
omitir por demasiado explícita; la cita que, en más de una ocasión, utiliza
como cita de autoridad, del sociólogo norteamericano Thorstein Veblen, autor de
“Teoría de la clase ociosa” (Veblen, 2005) quien supo incomodar al mundo
académico de su país a fines del siglo XIX. Veblen, de padres noruegos, nacido
en una granja de Wisconsin, identificado como de ascendencia sueca por Borges,
habría dicho que la preponderancia de los judíos dentro de la cultura
occidental, no se debe por supuesto a una cuestión racial, sino a que los
judíos dentro de la cultura occidental están manejando una cultura que no es la
suya. Es decir, hacia la cual no deben ninguna lealtad y dentro de la cual
pueden obrar sin supersticiones y muchas veces de un modo revolucionario (Borges,
1960). Borges se valdrá de esa argumentación para explicar la preeminencia de
los irlandeses en la cultura inglesa, y señalará que más allá que alguno de
esos irlandeses tuvieran ascendencia inglesa, les basto sentirse irlandeses
para saberse diferentes, y actuar entonces con mayor libertad en una cultura en
la que se desenvuelven pero no sienten enteramente suya. Y también extenderá
este razonamiento al caso sudamericano. Dirá Borges “Creo que los argentinos,
los sudamericanos en general, estamos en una situación análoga; podemos manejar
todos los temas europeos, manejarlos sin supersticiones, con una irreverencia,
que puede tener, y ya tiene, consecuencias afortunadas” (Borges,2002). Lo
anterior es sostenido por Borges tanto en el ensayo “El escritor argentino y la
tradición”, de 1932, como en la conferencia sobre James Joyce en la Universidad
de La Plata en 1960.</span><span lang="ES-AR" style="color: black; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">En cada una de
estas afirmaciones y en otras más que incluyen a sus textos de ficción, y que se
analizarán en las distintas clases, está presente el problema fundamental de la
teoría social que es la compleja relación entre la determinación y la libertad
en la acción humana. Problema que algunos textos más contemporáneos llaman la
relación entre la estructura y la agencia, pero que muy tempranamente está
planteado en toda su complejidad, y a la vez con una elegancia que resulta en
amabilidad no condescendiente para con los lectores, cuando en el comienzo de “El
18 de Brumario de Luis Bonaparte” (Marx, 1995), Karl Marx sostiene lo
siguiente: “Los seres humanos hacen su propia historia, pero no la hacen a su
libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo
aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les
han sido legadas por el pasado”: Y para no subestimar el peso del poder
reproductivo que no hace fácil la posibilidad de cambios significativos en el
orden social, remata la argumentación anterior afirmando que la “tradición de
todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los
vivos”. ( Marx, 1995).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">Por los
argumentos anteriormente sostenidos, pero también porque se entiende que es posible
mantener relaciones vitales con textos que plantean problemas complejos, aun
cuando estos textos sean no solo objeto de una consagración acotada, sino
también de un reconocimiento generalizado que amenaza con cosificaciones
superficiales incluidas en estrategias de distinción, es que se realiza esta
apuesta. Las clases teóricas de Sociología General se llaman este año Borgeanas
porque creo fundadamente que cada estudiante que participe de este curso podrá
apropiarse así de elementos profundos de la teoría social que le permitirán ir
construyendo una mirada desacomodadora sobre el orden social.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">Bibliografía
citada<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Borges,
Jorge Luis, 2002<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El escritor argentino
y la tradición, en Discusión (1932), Obras completas, t 1 EMECE Buenos Aires.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Borges,
Jorge Luis, 1960 Conferencia sobre James Joyce. Universidad nacional de La
Plata<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Borges,
Jorge Luis, 2005<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Notas sobre (hacia)
Bernard Shaw, en Otras inquisiciones (1952), Obras completas, t II EMECE Buenos
Aires<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Borges,
Jorge Luis, 2005<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Kafka y sus precursores, en Otras
inquisiciones (1952), Obras completas, t II EMECE Buenos Aires<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Borges,
Jorge Luis, 2005: Sobre los clásicos, en Otras inquisiciones (1952), Obras
completas, t II EMECE <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Borges,
Jorge Luis, 2002, Las versiones homéricas en Discusión (1932), Obras completas,
t 1 EMECE Buenos Aires<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">Marx, Karl,
1995: El dieciocho de Brumario de Bonaparte, Ediciones de la Comuna, Montevideo
Uruguay.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">Veblen Thorstein,2005:
La teoría de la clase ociosa. FCE México<o:p></o:p></span></p>Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-52082427811237675942021-10-25T08:57:00.003-07:002021-10-25T09:07:34.140-07:00UNA REFLEXIÓN SOBRE LA ALEGRÍA EFÍMERA, sobre la obra "De como la pulsión de vida se enfrenta a la pulsión de muerte del capitalismo gore" , de Pomarola Talk<p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 8pt; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Muestra" DE COMO LA PULSION DE VIDA SE ENFRENTA A LA PULSIÓN DE
MUERTE DEL CAPITALISMO GORE". POMAROLA TALK<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> https://www.youtube.com/watch?v=oiy4yT9TDxc</o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Una reflexión sobre la
alegría efímera<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Por
Patricio Dean<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Este trabajo de Pomarola Talk es una serie de
10 obras (once si contamos el título ) cada una de las cuales tiene formas
singulares<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y algunas constantes que le
otorgan unidad como el tipo de color, la corporeidad que le da la superposición
de distintas capas (fondo de marcador cubierto por pintura de uña transparente
con brillos, por ejemplo), la presencia de dorados y plateados,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>claro, los brillos y, por supuesto, los
recursos con los que se construyen esas formas, esos brillos, y esos colores:
lápiz de color- usado principalmente como fondos suaves-, birome de gel con
brillantina, marcador de tinta, y pinturas de uñas con y sin brillos. Los
colores son de celebración popular, de alegría que oculta dolores y por eso
debe reafirmarse. Los que están en las manos con uñas brillantes y que asumen
distintas tonalidades con el juego de luces en un boliche de Constitución; las
estrellitas doradas que se adosan a una zapatilla, a un short con tela de jean;
los brillos plateados desparramados en los cachetes. Los que están en las
pinturas de labio de las chicas trans que trotean en la larga noche por la
Avenida Brasil. Los que están en la fiesta de quince de una sociedad de fomento
con escenografía armada valiéndose de los ornamentos comprados en la zona del
barrio del Once: flecos multicolores, carrozas de princesas hechas de alambre y
recubiertas por telas brillantes, tiras de lucecitas que se prenden y apagan-
las que se usan en las fiestas de fin de año. Son los colores de la alegría
siempre efímera que escapa del sin sentido, de la incertidumbre permanente, del
sufrimiento cotidiano, que a veces toma la forma directa de violencia. Son los
colores- es necesario precisar- de la alegría que se sabe efímera. Esa que, en distintos
tonos, en formas y en sentimientos puede verse seguramente en “Soñar soñar” y “Gatica”,
y quizás en gran parte de la obra de Leonardo Favio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Y allí
están entonces los materiales específicos del oficio y los materiales sociales
y culturales de los que se vale Pomarola Talk para construir esta serie y
quizás el conjunto de su obra. Pero claro, en este caso no es ni cerca un
intento de reproducción mimética de esos mundos. Es el hacer algo, otra cosa,
con los materiales de esos mundos, para dialogar productivamente con ellos y
entonces, quizás, decir un poco sobre la vida. No sobre la vida de otros, sino
sobre la vida de nosotros en tanto bichos sociales. Y no lo hace con la ironía
irremediablemente creadora de distancia con que los espacios culturales suelen
mirar otras zonas de la cultura, sino que, por el contrario, se trata de una
apuesta explícita por construir objetos bellos, con despliegue de amorosidad,
expresado en el cuidado; en la clara voluntad de evitar las formas del sentido
común- pero no obstante entablando una relación familiar con ellas-; en la
meticulosidad artesanal; en la delicadeza de trato que precisa la miniatura.
Porque las obras realizadas sobre papel miden 15x 14 cm. Son decididamente
miniaturas en comparación con los tamaños corrientes, y resultan entonces,
consecuentemente, algo discordantes con la forma convencional de galerías. Por
supuesto que hay un piso sólido, aunque relativamente reciente en el arte
argentino, en donde pueden asentarse estas miniaturas que se arman con
elementos constructivos de las culturas populares urbanas Y allí están entonces,
claramente muchas de las obras de Marcelo Pombo, de Omar Schiliro, de algún
modo también de Diana Aisenberg, de Benito Laren.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Es sin
lugar a dudas una obra reflexiva la de Pomarola Talk. Y por supuesto, que
también lo sería, aunque no tuviese el título largo y con voluntad de resumen
al estilo del Quijote. (Y valga una cita pertinente por la empatía mencionada:
modalidad de la que también se valió Favio para nombrar una de sus películas).
Porque igual, sin título, es una obra que reflexiona sobre la alegría efímera.
Claro que el título le agrega encanto, pero sobre todo un sentido denso que
puede ser nombrado como prepolítico, o quizás como conjunto de variadas
disposiciones que operan como voluntad vital inscrita en la naturaleza humana. La
alegría efímera entonces, como pulsión de vida, como resistencia a un mundo que
transparenta su agresividad generando enteras poblaciones desechables. Un mundo
de glorificación de los ganadores a como sea. Un mundo, que Pomarola Talk
eligió nombrar muy clara y simplemente, con las palabras de Sayak valencia,
capitalismo gore; y al que le opuso, a manera de modestísimos davides, estas
bellas miniaturas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Buenos
Aires, octubre 2021<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dzcJ9pGdpfVq9INaSr1lE5MTK6cjh4DP3eN4DO9B4mKawf4YRIgrnsMJw4uPjmwjGDm8RdEhI0e7e_2urt1Bg' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><br /><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;"><br /></span><p></p>Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-5535375489800736662021-03-24T09:33:00.000-07:002021-03-24T09:33:06.787-07:00DISPUTAS POR LA MEMORIA COLECTIVA. APUNTES SOCIOLÓGICOS<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiemifvLp9TPpqd3tYFOVAqhDbp6GOsvIFzZDPW0PI5iTmf3UzaAmQJT0U63bx-3dQvvy1rRtDpFUCcNJxax3I8O6WYWDcVlHosvG5czf6n6rNGgYb1d2RuWi2ePQwXN0V9ioLgkBGVdt_A/s2048/20210324_130034.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1634" data-original-width="2048" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiemifvLp9TPpqd3tYFOVAqhDbp6GOsvIFzZDPW0PI5iTmf3UzaAmQJT0U63bx-3dQvvy1rRtDpFUCcNJxax3I8O6WYWDcVlHosvG5czf6n6rNGgYb1d2RuWi2ePQwXN0V9ioLgkBGVdt_A/s320/20210324_130034.jpg" width="320" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Disputas
por la memoria colectiva. Apuntes sociológicos.<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD">Lucas
Rubinich<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12pt;">La ambigüedad que cargan las palabras que,
como memoria, en las sociedades complejas resultan en</span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;">armas de luchas político culturales obliga,
por lo menos a la sociología, a ubicarlas en su particular contexto de
producción y a evitar la tentación de algunos de los distintos agentes inmersos
en la lucha reivindicativa de subir la apuesta de la metaforización-frecuente
quizás, y en el mejor de los casos cuando se refiere a situaciones de horror
casi contemporáneo, por las dificultades de narrarlo-, ya que supone a veces
menos un artefacto problematizador que</span><span style="font-size: 12pt;">
</span><span style="font-size: 12pt;">la construcción de un verdadero sentido común culto marcado por lo que
podría llamarse un reduccionismo sociológico.</span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Sin lugar a dudas es seductor recurrir al
conocido personaje de un escritor argentino, o al Funes real que estudió
Alexandr Romanovich Luria (1), pero quizás hay en estas y otras analogías con
la memoria individual una serie de problemas en los que ronda una perspectiva
escencializadora y también una concepción individualista de la acción social.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Claro, más que un discurso coherente y
organizado, este sentido común aparece como componente no necesariamente
deseado de diferentes miradas que no actúan en un espacio híbrido,
deshistorizado. Estas intervenciones se producen en un presente configurado y
actuante, con presencias culturales dominantes que inficionan diferentes prácticas
y discursos. Independientemente de la forma que adquieran los elementos que
naturalizan e individualizan la acción social, parecen tener persistencia en
distintos sentidos comúnes.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Si fuese posible "aislar" estos
componentes tendrían más o menos las siguientes características: A la pregunta porqué no se recuerda o no se
recuerda todo lo que se debería recordar, aunque esa misma intervención sea una
apuesta en la lucha por reforzar una detereminada visión de hechos ocurridos,
se le responde con una implícita condena moral que encuentra más que
imposiciones concretas de una visión del mundo en las que intervinieron
distintas instituciones, enteros grupos sociales, agentes intelectuales,
produciendo, reproduciendo, resignificando políticas, lesgilación, rituales,
creencias populares, obras de arte, científicas, periodísticas, etc.;
simplemente olvidos e indiferencias. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Los hombres y mujeres concretos que incluso
compartieron un determinado período conflictivo ( el terrorismo de Estado en
Argentina, por ejemplo) parecerían, en algunas ocasiones, de acuerdo a estas
perspectivas, "no recordarlo" o en todo caso relacionarse con
indiferencia ante esos hechos. Y entonces la relación entre la memoria y el
olvido vía la analogía individualista pasa a convertirse en el eje de la
explicación: que no todo puede recordarse, que el personaje mencionado del escritor argentino es la
metáfora de una imposibilidad y esta para conferirle un aspecto trágico, tiene
su componente azaroso: solo se puede recordar algo. Ese algo cuando no es el
algo requerido ( lo que debe ser) por la mirada ideológica que sustenta la
intervención puede implícitamente explicarse por cierta escencialidad que
adopta la forma no totalmente explícita de una especie de determinismo
metafísico, caro a las miradas neorrománticas. Sin embargo, se puede dar cuenta
de las personas individuales sin los límites de una concepción individualista
de la acción social. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Baste para eso plantear las situaciones
siguientes:esas mismas personas que pueden "olvidar" hechos recientes
de la historia argentina, "recordarían" lo que le ocurrió a un santón
judío hace dos mil años y quizás contarían con abundantes detalles los hechos
ocurridos en su camino al Gólgota por las callejuelas de Jerusalen. En el mismo
sentido, un descendiente en cuarta o quinta generación de un heroico capitanejo
de Calfucurá caminará sus pasos de pobre por el bajo de Bernal ignorando la
experiencia de su bisabuelo o tatarabuelo porque unas generaciones atrás
visiones del mundo dominantes estigmatizaron ese tipo de arboles genealógicos
hasta producir en algunos casos su total borramiento. Este hombre seguramente
portará un apellido español y no tendrá recuerdos de otra lengua que no sea el
castellano de los barrios bajos de General Roca ( en el cual presumiblemente
queden marcas de la otra lengua aunque él lo ignore) que habrá enriquecido con
el cosmopolitismo subordinado del Gran Buenos Aires. El mismo, que no recuerda
más allá de la madre y sus ambiguedades acerca de la propia ascendencia, sería
también capáz de "recordar" esos acontecimientos ocurridos hace dos
mil años en una colonia romana. Como es obvio para la teoría social clásica no
hay contradicción entre individuo y sociedad, sino entre concepciones de la
acción social. Una, no determinada, portadora de una racionalidad autónoma y la
que la piensa como un producto histórico cultural. Esto que no supone ningún
alumbramiento y tiene el carácter de lo evidente para la sociología, aparece
con la misma fuerza de la evidencia en el sentido común en la "naturalización"
de los hechos sociales y su explicación a través de argumentos individualistas,
tanta, que sobre todo cuando se producen discursos con profunda implicación
moral, el bien y el mal parecen encarnarse en individualidades concretas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Y claro, las luchas por lo que se llama la
memoria colectiva en las sociedades complejas no es simplemente la pelea clara
contra la censura de determinados hechos, aunque también. Sino que supone,
sobre todo, una disputa por la "lectura" de esos hechos. Quizás no haya ejemplos más contundentes que
algunos productos culturales o artísticos para observar como estas cuestiones
de la construcción de un relato sobre el mismo hecho con materiales culturales
e ideológicos diferentes resultan en visiones del mundo opuestas hasta la
contradicción, independientemente del sentido superficial mentado por el
productor y las posibles lecturas homogeinizadoras de los "lectores".
El cine con toda su complejidad industrial puede pensarse como un elemento no
subestimable en estas disputas. La evidencia de ellas aparece con extrema
claridad en el análisis que un cineasta que es también crítico realiza con
motivo de el estreno de La lista de Schindler (Beceyro,1994). Raúl Beceyro en
este artículo es un crítico en toda la densidad del término y por lo tanto
interviene con agresividad en la lucha y además en su análisis de la recepción
sugiere una buena sociología. <st1:personname productid="La Lista" w:st="on">La
Lista</st1:personname> de Schindler está inspirada en lo que llamaríamos una
buena causa, aunque el crítico formula una incómoda pregunta para las buenas
causas que consiste en indagar en los materiales culturales e ideológicos que
construyen el producto y encuentra un tipo de "lectura" posible que
no resulta independiente de esos materiales. Dice Beceyro </span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">" </span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Y el final es feliz no sólo porque los judíos
se salvan ( porque los judíos del film se salvan) sino porque a causa de ese
escamoteo, los espectadores salen contentos del ver el film, sin ningún
conflicto, prque el film los ha resuelto todos. El genocidio del pueblo judío
ha sucedido en un época remota, en un país lejano. Los asesinos que vemos en el
film, los asesinos y asesinados que vemos en el film, los judíos que se salvan
en el film, quedan limitados a la sala en la que se proyecta loa película.
Pertenecen como a veces se dice, al mundo del cine."..., y más adelante
"todos los personajes individualizables del film se salvan. Quizás ese es
el requisito necesario para ser un personaje de la película de Spielberg."
La comparación con otros productos que abordaron también cuestiones relacionadas
se convierte en un contundente elemento a la vez que de descalificación, en
tanto el crítico es un actor evidente en esa disputa por la memoria colectiva,
de argumentación sobre los procedimientos estéticos de cristalización o no
cristalización del pasado. Dice Beceyro, </span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">...
"</span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">¿Y cómo termina Shoah?"( refiriéndose a
la pelicula de Claude Lanzman) " El fragmento final es la imagen de un
camión marca Saurer recorriendo las autopistas alemanas de hoy, mientras se
escucha en off una carta de los jefes
nazis dirigida a la empresa Saurer indicándole las modificaciones necesarias
que debían introducir los camiones que eran utilizados para matar gente con
gas. El camión de hoy y el de ayer, lo que pasó hace tiempo y nuestro presente
están en Shoah entrelazados. Para nosotros, espectadores de Shoah, no es
posible fingir creer que eso pertenece a una sola época y a un solo país."<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">La sociología más que intentar zanjar
superficialmente las luchas simbólicas como las implicadas en la memoria
colectiva, debe recurrir a sus saberes específicos, para dar cuenta
analíticamente de los distintos agentes que las llevan a cabo, debe desagregar
los elementos que se utilizan para construir los argumentos. Fundamentalmente
debe construir un estado de las relaciones de fuerza implicadas, y en ese mapa atender
a las formas que adquieren las representaciones dominantes y su capacidad de
"trabajar" sobre diferentes prácticas y discursos. Es en esa
estrategia que puede reconocer que la memoria colectiva es antes que una
abstracción metafísica, una disputa por la memoria colectiva, en donde la
sociología encuentra toda su potencialidad intelectual y también su fidelidad a
la responsabilidad pública. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal"><span lang="EN-GB" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: EN-GB; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Citas<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="EN-GB" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: EN-GB; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal"><span lang="EN-GB" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: EN-GB; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">1. Romanovich Luria, Alexandr, 1987:<u>The mind
of a Mnemonist</u>, <st1:place w:st="on"><st1:placename w:st="on">Harvard</st1:placename>
<st1:placetype w:st="on">University</st1:placetype></st1:place> press,
Massachusets</span><span lang="EN-GB" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: EN-GB; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">2.</span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> </span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Beceyro, Raúl, 1994: Los límites. Sobre "la lista de
Schindler", en Punto de Vista Nº 49 agosto, Buenos Aires.</span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> </span></p><p>
</p>Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-92099651386022149352020-12-23T07:05:00.002-08:002020-12-23T07:05:48.153-08:00Un libertario en los orígenes del peronismo revolucionario<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_fWEPDMNml8A0kc4zMxWY0M6vlcj5Z8oxZH_360XhE3pCOPUP_Bl_kotaGbGvHPLi8zR-4XGc1S8j-PBZpXIYlaFK-QBeap9hYXYetua2hxb2EDkiGwpnNul1FJJREehD-cZi0Nq8MNss/s2048/20201223_112957.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1415" data-original-width="2048" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_fWEPDMNml8A0kc4zMxWY0M6vlcj5Z8oxZH_360XhE3pCOPUP_Bl_kotaGbGvHPLi8zR-4XGc1S8j-PBZpXIYlaFK-QBeap9hYXYetua2hxb2EDkiGwpnNul1FJJREehD-cZi0Nq8MNss/s320/20201223_112957.jpg" width="320" /></a></div><br /> <p></p><span class="fontstyle0">ABRAHAM GUILLÉN: LOS REMOTOS ORÍGENES DE LA GUERRILLA PERONISTA 1955-1960. Por Guillermo Daniel Ñáñez<br /></span><div>http://www.elortiba.org/old/guillen.html</div><div><br /></div>Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-91831305589409307582019-09-23T01:52:00.000-07:002019-09-23T01:52:04.316-07:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhsKhgvKtQERRlppfhei362s1WiQz3rEkxxZY-mqYuqzFabLZB81ogWF_I7UL5dQsAzgiFPHSQ5wDO1e9ccDOzA9tBxxUOJ-MbBjrYDDpaW0asRRGqkA8KJlthovqboWhFqPIjwGrziDzr/s1600/DSC03967.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1557" data-original-width="1600" height="311" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhsKhgvKtQERRlppfhei362s1WiQz3rEkxxZY-mqYuqzFabLZB81ogWF_I7UL5dQsAzgiFPHSQ5wDO1e9ccDOzA9tBxxUOJ-MbBjrYDDpaW0asRRGqkA8KJlthovqboWhFqPIjwGrziDzr/s320/DSC03967.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
REBELDE E INCONFORMISTA<br />
Entrevista a Guillermo Almeyra realizada por Marcelo Langieri<br />
<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 12px;">Comparto a modo de homenaje una entrevista que le realicé a Guillermo Almeyra en el año 2016. Fue publicada en el libro "Rebeldes e inconformistas" coordinado p</span><span class="text_exposed_show" style="color: #666666; display: inline; font-family: inherit; font-size: 12px;">or Pablo Pozzi y publicado por CLACSO e IMAGO MUNDI.</span><br />
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 12px; margin-bottom: 1em; margin-top: 1em;">
<span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-family: inherit;">Tuve el honor de compartir durante la gestión de Emir Sader varios años con Guillermo. Recuerdo muy afectuosamente nuestras charlas. A su calidez y experiencia le sumaba una gran formación y cultura. Además de una vida militante de muchos años.<br />En los últimos tiempos, ya en Marsella, nos deleitaba con sus imperdibles posteros en Facebook. Guillermo fue un querido y gran maestro.<br />Con estas líneas honramos y despedimos a un gran revolucionario.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #666666; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 12px;">
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 1em; margin-top: 1em;">
Entrevista a Guillermo Almeyra<br />La historia sería de naturaleza muy mística si el ‘azar’<br />no desempeñase ningún papel.”<br />Carlos Marx; La comuna de París</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 1em; margin-top: 1em;">
Pregunta: ¿cuáles fueron los debates de los años 60 en torno a la lucha revolucionaria y, específicamente, en torno a la lucha armada? ¿Y cuáles fueron los actores principales en esas discusiones, en esas luchas ideológicas?<br />Guillermo Almeyra (GA): Yo iría un poquito más atrás para ver la transformación social, porque una vez que se produce la revolución libertadora se derrumba todo el aparato del Partido Peronista, al cual nadie le había dado bola, salvo Nahuel Moreno que se relacionó con el Comando Superior del Consejo Peronista. Y la gente empieza la resistencia. ¿Cómo empieza la resistencia? Algunos poniendo caños o intentando el levantamiento, como el General Valle que planteaba una insurrección militar con apoyo popular. Después poniendo caños. Eran los sectores obreros, se ponían caños en todo el país, desde Jujuy hasta Buenos Aires.<br />Se inicia una resistencia que aunque estaba totalmente aislada tenía un apoyo muy grande, la gente no tenía cómo pelear porque no encontraba un centro; te pongo un ejemplo: cuando la CGT llama al paro general inmediatamente después del 55, es aplastada y meten a diez mil dirigentes sindicales presos, queda todo vacío, no hay quién organice. Entonces, la clase media que había creído que Perón era fascista, que se había opuesto incluso armas en mano al gobierno peronista, sectores que después confluirían en el frondicismo, harían alianza con el peronismo. Eran anti peronistas gorilas. Entonces, todo dependía del movimiento obrero. El movimiento obrero empezó a organizarse sin saber bien cómo, pero había un deseo grande de reorganizarse. Había un grupo de gente muy pequeño, estaban los comunistas, Rubens Iscaro, los dirigentes comunistas de gastronómicos, yo por aceiteros, ninguno representaba a nadie, estaban todos los gremios intervenidos, ninguno de nosotros estaba trabajando, ni los comunistas, ni yo ni nadie, organizamos un Comité Intersindical, que en el año 57 consiguió parar dos millones de trabajadores en el Gran Buenos Aires, con una huelga de dos horas de protesta, nadie sabía quién era el Comité Intersindical, no representaba a nadie el Comité Intersindical, pero la gente quería pelear y cuando encontró un punto donde apoyarse lo hizo. En todas las fábricas comenzaron a surgir tendencias. Hubo una efervescencia muy importante que tenía características diferentes según la provincia. En la Capital eran tendencias que trataban de recuperar los sindicatos intervenidos y como el sindicato estaba en manos de militares y no funcionaban, funcionaban directamente clandestinamente, hicieron una experiencia clandestina. Empieza la experiencia clandestina alrededor de los años 56, 57 y resistiendo por los problemas de las fábricas, porque inmediatamente por supuesto hubo un retroceso social enorme, las fábricas aumentaron el ritmo de trabajo, aumentaron el número de máquinas a atender. Entonces empieza una resistencia clandestina. En alguna provincia, como en Tucumán donde los sindicatos habían nacido al mismo tiempo que como instrumento peronista, obrero, la FOTIA por ejemplo, los sindicatos azucareros, esos van más lejos en la resistencia, se transforma también en grupos que están hablando de lucha armada y de otras cosas. Eso explicará por qué en Tucumán cuando Perón llama a votar por Frondizi los sindicatos sacan un partido local y no votan por Frondizi, mantienen la independencia de clase ¿no? En Córdoba, que era una provincia muy particular, donde había estado ese pre peronista que era Sabattini, el Gringo Sabattini, un radicalismo de clase media, reformista, con aspectos democráticos, laico, se produce la confluencia de un proceso donde todos los sectores de la clase media que había apoyado al golpe militar, porque era antiperonista y porque creía que Perón era un fascista, etc., etc., empieza a darse cuenta en un par de años que está apoyando un gobierno de la oligarquía, eso se expresó en el fracaso completo de la Constituyente y en el repudio al PC que entró en la Constituyente, en la fragmentación del PS, en ese tipo de cosas. Pero, simultáneamente sectores obreros no peronistas, pero que tenían muy buena relación, por ejemplo Atilio López de UTA de Córdoba. Los comunistas, una izquierda peronista incluso con tradiciones sindicalistas revolucionarias como eran los de Luz y Fuerza, sectores de un nuevo proletariado de origen obrero estudiantil, surgido de la industria automotor, que era absolutamente nueva y que concentra en Córdoba, gente de Rosario, de Buenos Aires de un montón de otros lugares y que eran obreros estudiantes o técnicos obreros u obreros intelectualizados, matriceros, y se generaliza la figura del obrero estudiante o del estudiante obrero, el estudiante pobre que trabaja en la fábrica y que después sigue estudiando. Entonces surge en Córdoba un proceso nuevo que es lo que permitió que en el 57 la CGT de Córdoba, una de las intervenidas convocase a la CGT del interior hiciera el programa de Huerta Grande y La Falda y luchara para la recuperación de la CGT, ¿no?, pero no eran peronistas, tenían una base entre los obreros peronistas todos ellos, ni Garzón Maceda el de prensa que estaba ligado al Partido Socialista Nacional, ni López, ni Tosco, ni yo que estaba por los metalúrgicos, ninguno era peronista, pero todos entendían el peronismo. Entonces surge eso. Cuando Frondizi en el 58 decide hacer un acuerdo con los yanquis, con la Standard Oil y con la iglesia, la protesta de los radicales es enorme, el laicismo, la protesta estudiantil, el laicismo de los sectores socialistas, radicales, que se sentían estafados por la llamada Libertadora confluye en torno a un eje obrero. Yo me acuerdo que había en Córdoba, concretamente, en el plenario de la CGT habíamos dicho los estudiantes tomaron por asalto esta CGT hace dos años, y trataron de romper la huelga de UTA, todo eso, pero en esta ocasión estaban peleando por un derecho que es el de todos, que es el derecho a la educación libre, laica y contra la iglesia y hay que apoyarlos y entonces la CGT salió a dirigir la huelga estudiantil y a la ocupación de fábricas y confluyeron obreros y estudiantes. De ahí surgió la idea de que dejen la clandestinidad, grupos ¿no?, en Córdoba, en Buenos Aires, de que había que organizar resistencia clandestina, ligados al movimiento de masas en primer lugar. El Lisandro de la Torre fue la expresión más directa ¿no?, Borro y la explosión del Lisandro de la Torre, la resistencia a toda costa adentro de la fábrica, largarle los bueyes contra la policía, las vacas contra la policía, todas esas cosas. La resistencia que unía todos métodos de lucha fabriles, barriales y semi insurreccionales. El gobierno no se engañó y declaró inmediatamente el CONINTES y con eso hizo dar una escalada a la lucha, porque si antes de la resistencia estalla la represión puntal militar y policial, la resistencia que ya era oculta pero con métodos gremiales, con huelgas que no se sabía quién las organizaba, pero que tenían un éxito bárbaro, luchas que imponían cambios en las fábricas, etc., etc., tenía que pasar a ser un instrumento ya, tenía que tener una coordinación. Eso impone una nueva dirección en el peronismo, una nueva dirección que será la 62, las 62 organizaciones, que nace en realidad de gente que estaba influenciada por posiciones revolucionarias, los acusaba de trotskistas, los trotskistas, Amado Olmos, Framini, sobre todo a Olmos lo acusaban de trotskista, porque la vieja burocracia peronista o estaba borrada, se había escapado o estaba presa, o no tenía volundad de lucha. Hay un cambio de generación en la burocracia sindical. Surgen dirigentes de gremios, incluso importantes, que eran muy combativos, muy derechos como Vandor en su momento. Surgen así y surgen en una resistencia y surgen como resistencia peronista. Y en el movimiento estudiantil como no estaban ligados a ese movimiento obrero sino empezaban a estar ligados, algunos sectores empiezan a pensar y lo pensarán después, y lo pensarán sobre todo a partir del 59, con la mala interpretación de la revolución cubana, de que el asunto era darle una forma de grupo revolucionario para la lucha ¿no? La revolución cubana impacto distintos a los obreros que a los estudiantes y a las clases medias. A los obreros al principio los confundió porque como eran peronistas y habían visto como al gobierno peronista lo derrocaban en nombre de la democracia, de la libertad, que sé yo, creyeron que el amigo de Perón Batista había sido derrocado del mismo modo, tanto es así que al principio los obreros rechazaron la revolución cubana, creyendo que eran gorilas. Cuando vino la delegación cubana acá, el primer país que visitó fue la Argentina, no pudieron pasar por la Gral. Paz porque los apedrearon, tuvieron que ir a alojarse en el Alvear Palace Hotel donde los metió el gobierno, yo me acuerdo haber discutido en ese momento con Dorticós, haberle dicho mire la gente que los apedrea a ustedes son sus amigos y la gente que los recibe a ustedes el PC y que los aplaude y el gobierno son sus enemigos, entonces pónganse en contacto con estos que los están apedreando, expliquen y no se vayan con estos tipos. Entonces, te digo que para entrar al Hotel Alvear recibimos tantas patadas en los tobillos…<br />P: Esto ¿a quién se lo dijiste?<br />GA: A Dorticós, porque él estaba rodeado por el PC de aquí, que se había opuesto a la revolución cubana y que estaba ligado también a Frondizi. Cuando ganó Frondizi en el periódico decían: El pueblo está en la Rosada, eran frondicistas. Entonces los trabajadores al principio tomaron a la revolución cubana hostilmente, porque a Perón le había pasado algo parecido según ellos, Batista era amigo de Perón, ese tipo de cosas. Pero después empezaron a ver de que no, que fusilaban a los torturadores, a los canas, que se tomaban medidas que fueron ganando confianza, pero no se hicieron cubanistas fidelistas, como sectores importantes de las juventudes de las clases medias, y del PS, el PS, Palacios a la cabeza. Palacios había sido embajador de la Libertadora y pasó a ser pro cubano, escisiones en el PS, sucesivas escisiones en torno al problema cubano y algunas de ellas con una mentalidad de puchistas o de insurrección, no sabían muy bien si organizar un puch u organizar un apoyo de más largo plazo y no es casual que esas escisiones del PS alguna de ellas después se transforman en maoístas. La revolución cubana, entonces, determinó eso y hubo quién sacó sus conclusiones. Ya en el año estallaron los Uturuncos. Los Uturuncos eran un grupo de tucumanos, simpatizantes trotskistas varios de ellos, uno de ellos dirigente. Unían a campesinos y a uno que otro cuatrero de burros, eran gente popular, campesinos tucumanos que se alzan en armas, es la primera guerrilla que se alza en armas, tenía una mezcla de obrerismo socialista o socializante y de peronismo, son los primeros. Después estuve preso con ellos y te digo que en parte me salvaron la vida, incidentalmente, yo estaba preso con los comunistas que me hacían la vida imposible porque decían que yo era agente del imperialismo, porque decía que Cuba tenía que romper completamente con la unidad con los antibatistianos. Y un buen día cae preso un dirigente del Comité Central del PC, un hombre viejo, de unos setenta y pico de años, polaco, o sea extranjero, comunista, judío, sastre, artesano y ninguno le quería dar su cucheta. Y estaban los nacionalistas, había dos o tres nacionalistas de la Alianza Libertadora que andaban con unos cuchillos hechos con flejes de cama diciendo que lo iban a matar, entonces yo les dije a los comunistas: ustedes son unos hijos de puta, este hombre es dirigente de ustedes, es viejo, es obrero, es un inmigrante y ninguno de ustedes jóvenes quiere desafiar a los tipos estos, yo le doy mi cama y yo me voy abajo con los nacionalistas, vamos a ver qué pasa. Entonces, lo primero que hice me junté con los Uturuncos y les dije estos dos tipos que andan ahí amenazando con el cuchillo se me van a venir esta noche, yo voy a dormir con una mano arriba del banquito cuando ustedes oigan boing vengan porque me achuran y entonces cuando los tipos vieron que éramos siete, ya no era uno solo, reflexionaron. Los Uturuncos eran así, los primeros que nacieron, incluso gente muy de derecha, como Masetti que venía del nacionalismo más reaccionario, de la Alianza, semi fachista, es influenciado por la revolución cubana y gente del aparato peronista también como Cooke, es influenciado. Pero la posición insurreccional de ellos, no de Cooke, pero de Masetti por ejemplo no era compartida por los sectores mayoritarios peronistas, éstos creían con justa razón que al gobierno lo iban a tirar con su resistencia organizada, con su resistencia de fábrica, con su resistencia política, y cada vez que Perón mandaba una orden que no les gustaba, no la acataban y además le votaban por otras direcciones sindicales y le hacían ese tipo de cosas. Entonces se fue formando en el movimiento obrero una idea de independencia y de auto organización frente al peronismo, eran peronistas sin dudas.<br />P: ¿Quiénes son los dirigentes que expresan esto?<br />GA: Mirá, Olmos, Framini. Framini venía de un peronismo conservador, pero que después de las elecciones, cuando gana en la provincia de Buenos Aires, aparece como un dirigente acusado de trotskista, porque se apoya en las conclusiones sociales que estaban explicadas del modo mejor posible en el Programa de Huerta Grande y La Falda, que era un programa a la vez nacionalista, obrero, y combatía al capital monopólico.<br />P: ¿El programa de transición?<br />GA: Sí, ahí había participado un muchacho en la redacción, su nombre era Saúl Hecker, que venía del PS con nosotros, después se murió. Hubo un obrero argentino-alemán, Pablo Schulz, que después combatió en Argelia, que era de nuestro partido y que había participado también, él era fruto de la CGT de Córdoba. La CGT de Córdoba hizo el Programa sin darse cuenta de la importancia que tenía, no lo mantuvo durante mucho tiempo y lo tuvimos que reanimar diez veces, veinte veces, en cuanto Congreso de la CGT había. Hay que sacar nuevamente el programa, no hay que rechazar el programa, no hay que esconder el programa, decíamos!!!.<br />Había figuras visibles, en Córdoba la cabeza era el Consejo Directivo de la CGT, Atilio López, que lo asesinó las Tres A cuando era vice gobernador. López era un radical pero estaba muy cercano a los peronistas, en su gremio lo elegían y cantaban la marcha peronista y él no era peronista. Yo nunca fui peronista pero me elegían los peronista, teníamos un bloque en la UOM con el apoyo de la izquierda peronista más los comunistas cordobeses que eran muy poquitos y dos o tres fabriquitas que eran muy chiquitas. Entonces se forma un núcleo colectivo, Tosco era el ideólogo de eso pero había otros ideólogos de ese mismo grupo, uno era Garzón Maceda, abogado, él venía de una familia de abogados defensores de los derechos democráticos, un tipo de la Reforma, todo eso. Entonces ese grupo, ligaba algunos aspectos como preparar la guerrilla en el norte con la evolución del movimiento obrero, porque le daba mucha importancia, por ejemplo, a la resistencia al CONINTES. En Córdoba se resistió muchísimo y después se sucedieron las grandes protestas como el Cordobazo, el Rosariazo, entre otras.<br />P: Cómo se desarrolla esta tensión entre el núcleo obrero y aquél otro que empieza a plantear otra forma de lucha que se despega un poco de la lucha obrera<br />GA: Claro, porque en el núcleo obrero lo que aparecía cada tanto, aparecían, nunca faltaba algún tenientito o sargentito que aparecía por ahí, porque hay que recordar también que el ejército fue muy depurado de los oficiales y suboficiales que venían de clases populares ¿no? que habían sido peronistas. Tanco por ejemplo o Valle, pero también depuraron un montón de otros tipos, mayores, capitanes que conspiraban a lo milico. Veían la salida pero como resultado de una cosa castrense o semi castrense, de discutir, de buscar apoyos civiles y militares, con la diferencia de que los sargentos estaban en los barrios populares, sobre todo cuando los habían echado. Entonces sargentos, cabos, todos ellos daban bastante manija a poner caños, a la resistencia. Pero el otro proyecto, porque en realidad no había un proyecto claro para nadie, pero había un proyecto instintivo del movimiento obrero “a éstos los vamos a echar con la huelga, con el movimiento, con la resistencia, con la movilización”.<br />Había una disputa con los que buscaban la solución por su propia cuenta, desvinculados en parte de las masas. Hay que tener en cuenta también que el movimiento obrero clandestino hacía tareas políticas clandestinas, por ejemplo nosotros pasamos a guerrilleros brasileños para que entrasen a su país, los pasamos a través de redes. Eran dirigentes sindicales, cuadros sindicales, que pasaban por Tucumán, Salta, Bolivia. Hacían también la experiencia política de hacer pasar militares brasileños o gente de Brizola que iba a realizar la guerrilla, no rechazaban la guerrilla, es más apoyaban guerrillas en otros lugares, pero no tenían como centro hacer una guerrilla aquí.<br />P: Y qué vinculación se establece con las organizaciones armadas de esta experiencia<br />GA: Las organizaciones armadas son posteriores, ¿no? en todos esos años no hay, te digo la primera es la de los Uturuncos, primera y por un rato única, después ya viene el guerrillerismo, no tanto por la Argentina pero viene porque con la influencia de la revolución cubana surge la idea absolutamente criminal de Régis Debray. El apoyo a Fidel, de generalizar el ejemplo cubano que era totalmente atípico, entonces se hacen guerrillas en México, algunas tienen cosas resonantes, lo mismo los brasileños, se hacen guerrillas después de los años 60, porque el golpe en Brasil fue en el 64 y ya había surgido la idea de Brizola de resistirlo con los llamados grupos de Once. Los grupos de once eran grupos, células político militares pero independientes que realizaban pequeñas acciones, pero había habido intentos anteriores en el 64, por ejemplo los infantes de marina brasileños y el cuerpo de tanques ya se habían opuesto armas en mano al golpe y fueron torturados, encarcelados.<br />Se generalizaron las guerrillas en buena parte de América Latina peros los obreros no se informaban demasiado sobre eso, pero la clase media aquí sí, los sectores que querían hacer algo, y sobre todo que querían acercarse a los obreros peronistas porque se habían dado cuenta que la visión primitiva que habían tenido hasta el 55 los centros estudiantiles, los estudiantes, de que Perón era igual a fascismo, era falsa. Perón podía ser todo lo derechista que quisieran pero la gente lo apoyaba a Perón por otras razones, por las conquistas obtenidas, estos sectores vieron que después del 55 pasaban años y la gente seguía resistiendo, seguía peleando, entonces se empezaron a dar cuenta de que había un problema político social y empezaron a respetar, a acercase, sobre todo cuando había coincidencias en algunos problemas como por ejemplo en la lucha contra la enseñanza religiosa, en la defensa de los derechos democráticos y el deseo de sacarse de encima la dictadura. Entonces comenzaron a acercarse, ese acercamiento hizo que muchos que habían sido anti peronistas creyeran que para estar junto a los obreros peronistas había que hacerse peronistas. El caso más claro fue el del PC, que había sido gorilas, que pasaron a una posición diferente ¿no?, es decir atraídos por la resistencia de los trabajadores y por la influencia de la revolución cubana y de la revolución china, que también en esos años 50, 60, la revolución china puso la idea guerrillerista en la clase media. Los obreros no sabían ni que existía la revolución China, imaginate vos, no es que fueran insensibles a lo internacional, yo me acuerdo muy bien, estaba trabajando en una fábrica textil cuando el primer Sputnik, eran las 10 de la noche estaba en plena dictadura y se supo lo del Sputnik y paramos espontáneamente, la fábrica a la noche paró, de alegría, fue un triunfo que aparecía como un triunfo anti imperialista, era un triunfo científico lo del Sputnik y la gente era peronista no comunista, no quería saber nada con el PC que había participado en el golpe del 55 dos años antes. Entonces la gente tomaba las cosas con beneficio de inventario, tomaba esta y te dejaba otra cosa, pero la revolución china no la tomó, en cambio la clase media sí. Surgieron importantes sectores pro chinos del PS, del PC, con la idea de que el partido es el que tiene que dirigir el proceso revolucionario, en consecuencia surgieron tendencias sustitucionistas. Siempre hubo resistencias parciales en los barrios, de repente desarmar algún policía, reunirse clandestinamente para organizar movimientos, todas esas cosas, eso había, había un gran conocimiento. Entonces eso pegó un salto cualitativo y se comunicó a sectores de clase media que ya empezaron a pensar en una lucha armada. El ERP en el sector de la izquierda nació precisamente de eso ¿no?, era un sector que venía influenciado más o menos por el trotskismo, Santucho por ejemplo, yo era dirigente entonces del único partido trotskista que se decía, del único que existía, porque Moreno se había borrado, se decía peronista, vino a vernos para una confluencia y nosotros le dijimos que podíamos actuar conjuntamente lo que quisieran, porque él tenía un Frente en Santiago, Indoamericano, solamente en Santiago podían pensar en indios porque en la Capital no había, ni en Córdoba tampoco, que podíamos llegar a confluir pero que no teníamos nada que ver programáticamente porque no era socialista, él creía que se podía hacer una mezcla y eso lo plasmó en el IV Congreso del PRT, una mezcla, él hablaba de algo sincrético, pero era una ensalada rusa, entre el maoísmo, tal como lo entendía él, lo que él aceptaba de Trotsky, que era la lucha contra la burocracia, el resto no lo aceptaba y un pensamiento nacionalista radical, bueno, y la lucha armada como conclusión para imponer eso.<br />P: Esto ya es, ya son los 70<br />GA: Los 70<br />P: Previo a eso está la muerte del Vasco Bengoechea, ¿no?<br />GA: El Vasco Bengoechea era uno que dejó de pensar como Moreno, que la cosa era entrar por la ventana, Moreno era un maniobrero de tomo y lomo, el que había dicho que el peronismo era agente del imperialismo inglés, lo había dicho en el 48 y lo siguió diciendo hasta el 50, en el 52 es uno de los fundadores del Partido Socialista de la Revolución Nacional con Abelardo Ramos, con el viejo Dickman y con Esteban Rey. Es más, él organiza la provincia de Buenos Aires. Ese Partido Socialista lo había inventado Perón ante la crisis de izquierda que tenía en el movimiento con los obreros había tratado de hacer un partido socialista peronista para impedir que los obreros peronistas fueran al socialismo y entonces él se mete ahí en ese peronismo a lo bruto, como siempre, mimetizándose de peronista y lo agarra el golpe siendo peronista, y sigue siendo peronista, saca un periódico clandestino, bajo la conducción del Comando Superior Peronista, con Perón y Evita en la foto. Mientras tanto hace mil maniobras, hubo un grupo importante que había sacado en cierto momento bastantes concejales en la Capital, que era Concentración Obrera, una escisión del PC de derecha, una escisión de los años 29, hace entrar a su gente en Concentración Obrera, como los otros eran diez, quince, no quedaban más, se apodera de todo, se queda con los bienes, se queda con los aparatos, lo mismo con el Partido Socialista de Coral. Entonces Bengoechea estaba harto de esa cosas, Bengoechea era un hombre de acción y decide crear una célula, él era un dirigente, él era el segundo después de Moreno, pero decide crear una célula propia de acción sin decirle a Moreno y empiezan a prepararla y ahí saltan por el aire antes de poder entrar en acción.<br />P: La famosa calle Posadas…<br />GA: En la calle Posadas vuelan por los aires, pero ya era una expresión de búsqueda en ese sector del morenismo de la lucha armada. Santucho se unirá antes con Moreno, antes de empezar la lucha armada, se une con Moreno y otros conocidos incluso por la IV Internacional de Paris que reconoce cualquier cosa ¿no? y en ese período la división es: Santucho que quiere ir a la lucha armada y Moreno que quiera mantener una acción legal, política, sindical con el PST. Santucho entonces después dará origen al ERP. Hubo un intento de cristianos como García Elorrio., un sector de Cristianismo y Revolución, sectores cristianos influenciados por el Concilio Vaticano II y por el Concilio de Medellín, sectores que evolucionan hacia la izquierda. Uno de los que todavía anda por ahí Enrique Dussel, el filósofo, era jesuita y después fue obispo y fue uno de los que intervinieron en darle forma al Concilio de Medellín, todos sectores cristianos. Camilo Torres en Colombia, el obispo de Cuernavaca (Méndez Arceo), cristianos que estuvieron en las guerrillas centroamericanas que optan por el camino de la insurrección, un poco por la idea cristiana, la prueba, el compromiso cristiano se lo tomaban en serio, era gente seria y otro poco porque pertenecían todos ellos a una intelectualidad muy influenciada por la revolución cubana, eran todos intelectuales de mucho valor, Camilo Torres era un intelectual de Lovaina, jesuita muy preparado.<br />P: Camilo Torres era sociólogo<br />GA: Claro, había un montón de esos. Entonces hay diversos sectores que van llevando a la idea de la guerrilla y por diversas razones también ¿no?, unos por la idea del foco otros por la idea medio maoísta, Argentina no tanto, porque Argentina no es un país de campesinos, pero en otros países sí y otros simplemente por la idea cristiana del acto de fe, del compromiso, de ese tipo de cosas así. Así que por esos años se va formando esa idea, todo eso confluirá con el derrumbe paulatino de la dictadura y al debilitarse políticamente la dictadura, sobre todo con tipos como Onganía que se echa encima a toda la universidad, con la noche de los bastones largos, va a crecer mucho el terreno para la idea de la insurrección armada y también por la influencia internacional que estaba en la época de eso, por todos lados había guerrillas y lucha armada lo que le dará un nuevo puntapié pero ya en los 70 es el fracaso de la salida democrática de la Unidad Popular y el gobierno de Torres en Bolivia y cuando la asamblea popular de Bolivia que era una verdadera constituyente fracasa y viene la dictadura y cuando la Unidad Popular chilena, fracasa y viene la dictadura, empieza la lucha guerrillera, esa es más o menos la conclusión y fomentada incluso por los cubanos de una modo irresponsable.<br />Los cubanos querían controlar todas esas guerrillas y apoyaban a todo el mundo que les fuera fiel y tienen un cierto eco y no hay nadie que le diga que hay que ver la característica de cada país, y lo que se puede hacer y cómo, combinar la lucha de masas con acciones militares, pero viendo los momentos. irresponsablemente la misma IV Internacional en su 9º Congreso Mundial cree que se acercará a los cubanos diciendo que la vía cubana y el ejemplo cubano es fundamental y adopta la idea guerrillerista para toda América Latina. Entonces se generaliza en Bolivia, en Perú y se generaliza en otros lugares de un modo irresponsable. Yo conocí a varios de los que empezaron la guerrilla antes de que las empezaran, por ejemplo Luis de la Puente Uceda en Perú. De la Puente Uceda venía del APRA, que era un movimiento masivo, nacionalista, incluso obrero en el norte. Él llega casi por exigencia cubana, porque él no quería hacer guerrilla, él quería hacer la experiencia aprista, la experiencia aprista era una experiencia que había tenido un levantamiento armado, un levantamiento armado de los marineros del Callao y otros, pero que no era una experiencia de guerrilla era una experiencia de movimiento de masas, él quería hacer eso pero le dicen que vaya a hacer la guerrilla y ahí muere trágicamente en el Cuzco, era el hombre menos apto para una guerrilla que yo conocí, tenía un asma espantoso, peor todavía que el del Che, era flaco y alto, parecía un poste de luz en medio de los cuzqueños que tienen un metro sesenta, este tipo del norte, mestizo de la oligarquía norteña, flaco, alto, lo veían a seis cuadras, no duraría mucho. Había un voluntarismo espantoso, a mí mismo me vinieron los cubanos a plantear que me sumara, me cita Pedro Asquini, del teatro independiente, muy buen director de teatro en el café de La Paz y me dice que estaba el Che en Bolivia y que había pensado que yo fuera para allá y llevara unos compañeros y que buscaban a Juan también para ver si iba alguno para allá, yo le dije Juan en estos momentos aparte de que lo debe estar buscando la policía, lo debe estar buscando el PC, en cuanto a mí vos venís a este café parece el Clarín el de mayor tiraje de la Ciudad de Buenos Aires, es irresponsable totalmente lo que me venís a decir y aquí, te agradezco la confianza, yo voy a transmitir, pero estás loco, absolutamente loco, las cosas no son así y si están preparados así, si es donde vos me decís y con esta preparación, pero eso va al muere, yo voy a informar y un consejo al Che que se raje de ahí, bueno la cuestión es que no sé si llegó a ponerse en contacto este, la cuestión es que era muy irresponsable la cosa, pero se basaba en un sentimiento que había que hacer alguna cosa indispensable, pasar a la acción ¿no? tenía una buena base porque la dictadura era frágil, desprestigiada, muy combatida.</div>
</div>
Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-57832104717886186922019-06-12T17:04:00.001-07:002019-06-12T17:09:35.158-07:00Los sentidos comunes ante la metamorfosis de los políticos y la política<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_4NAjNn4wwK2ZQKeDeEvG2gw2kllfI6jVjJJJsNHvoM9A1EKnADGyqks5D9n4Ln8DKriZc28TgHpllkVSHBrZFoyfY5a5oxBLJzGRHUPi_9CC_JVlsdwx8fOObGwAeINSKHAbtKeF8I8x/s1600/2+Mujer+embarazada+cayendo+dentro+de+un+tacho+de+basura.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1198" data-original-width="1033" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_4NAjNn4wwK2ZQKeDeEvG2gw2kllfI6jVjJJJsNHvoM9A1EKnADGyqks5D9n4Ln8DKriZc28TgHpllkVSHBrZFoyfY5a5oxBLJzGRHUPi_9CC_JVlsdwx8fOObGwAeINSKHAbtKeF8I8x/s640/2+Mujer+embarazada+cayendo+dentro+de+un+tacho+de+basura.jpg" width="548" /></a></div>
<br />
<div class="MsoHeader">
<span lang="ES" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 8.0pt;"> </span><span style="font-size: xx-small;">Publicado en </span><span style="font-family: arial, sans-serif; font-size: 8pt;">Revista
Ciencias Sociales, facultad de Ciencias Sociales UBA Buenos Aires N 85 Marzo
2014</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<span style="font-size: xx-small;">Imagen: Mujer embarazada cayendo dentro de un tacho de basura, Pomarola Talk, 2010</span><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; line-height: 115%;"><span style="font-size: large;">Los sentidos comunes ante la
metamorfosis de los políticos y la política</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lucas Rubinich*<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">I<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Quizás la desestructuración de los
partidos políticos y el debilitamiento de las tradiciones hace que las miradas
comunes sobre los cambios de lo que queda de los partidos en relación a su
tradición y de los agentes políticos en relación a sus partidos, sea de alguna
indiferencia mezclada con cierta percepción de un nuevo estado de cosas. No
obstante, se podría aventurar que los sentidos comunes circulantes en el
presente miran con tranquila desconfianza, aunque también descalifican, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>por lo menos en el murmullo retórico, a
aquellos agentes políticos que dan un salto de una a otra institución
partidaria, de uno a otro agrupamiento político. También existe el mismo gesto
de desconfianza hacia aquellos que dentro de un mismo espacio son los
encargados de producir maniobras que llevan a lugares que parecen diferentes a
los que marcaba una tradición proporcionadora de identidad. Sin embargo, el que
se esos cambios se hayan vuelto más corrientes con la crisis del sistema de
partidos, no inhibe las evaluaciones críticas, pero quizás las hace menos
dramáticas y casi ausente de consecuencias prácticas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">II<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¿Cuales son los elementos que conforman
los sentidos comunes frente a estos cambios y cómo se estructuran? ¿Hay alguna
regularidad en cuanto a las maneras de pararse frente a estas situaciones
influenciados por creencias, sector social, genero, nivel educativo, etc? Claro
que seguramente hay diferencias si se contemplan esas distintas variables. No
obstante, lo que se quiere plantear aquí, es que la crisis de las identidades
políticas probablemente habiliten formas de pararse frente a esas situaciones
que coinciden, aún en las diferencias, en no asombrase frente a los cambios. Y también
que es posible pensar estas transformaciones de una manera<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>conceptual apelando a dos tipos ideales
antagónicos en las maneras de explicar la salida del individuo de un grupo. A
partir de allí se podrían considerar las situaciones que harían más o menos intensas
cada una de las posibilidades.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Simplemente porque son parte del capital
moderno para explicar la acción humana, es posible imaginar, que en los
elementos desplegados por esos sentidos comunes para dar cuenta de estos
recorridos dinámicos, de estos cambios, pueden encontrarse dos formas que
flexiblemente y en un ejercicio de condensación pueden describirse de la
siguiente manera: las que se detienen en la singularidad del agente concreto
que los ha llevado adelante, y las que le otorgan un valor determinante en
relación a esa conducta individual a <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>alguna característica de identidad del
agrupamiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">De alguna manera pueden pensarse como
los tipos ideales opuestos, como las concepciones puras ubicadas en cada punto
extremo en relación a la indeterminación-determinación social de la acción humana<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que han construido tradiciones diferentes en
la teoría social. En un caso la acción social fuertemente influenciada por el
individuo y en el otro la cultura marcando casi a fuego a ese individuo. Y es
verdad que estas miradas opuestas en la teoría social pueden convivir en un
mismo grupo cultural e inclusive en un mismo individuo en las evaluaciones
cotidianas, porque forman parte de ese capital explicativo moderno de la acción
humana, porque las miradas cotidianas sobre el mundo no se organizan
necesariamente de manera orgánica en función de una ideología y menos de una
teoría y, sobre todo, porque en momentos deshilachamiento de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>instituciones y tradiciones que fueron
productivas en un momento anterior y de ausencia o falta de legitimidad de las
nuevas, las acciones y las miradas tienen menos contención y se entremezclan
con retazos de distintas morales fragmentadas. De todos modos, elementos de
estas dos formas<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de explicar acciones de
cambio presentadas como un tipo ideal, pueden encontrarse en la cultura de
nuestras sociedades.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">III<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Por supuesto que hubieron sentidos
comunes fuertemente legitimados en la modernidad occidental que pensaron al
individuo como una determinación social. Sobre todo cuando algunas miradas
modernas se preocupaban por consecuencias alienantes de los cambios que se
producían. Ellos, los cambios, y entonces la entera sociedad, caían con un peso
abrumador sobre ese sujeto de la época que era el individuo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hay imágenes contundentes que refieren
al individuo alienado que ha ingresado<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>en la soledad de la sociedad de masas y pierde su humanidad. Una pérdida
que está en la soledad de la sociedad de masas que preanuncia una literatura de
segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX. Los hombres solos en la
multitud de las nuevas grandes ciudades, en los sistemas que son vistos con
nostalgia de comunidad como “individualistas”, y que deterioran su humanidad
hasta transformarlo en un mero insecto. La metamorfosis que la sociedad produce
en los individuos, no el individuo que cambia, que se metamorfosea a sí mismo.
Es, si se quiere una mirada con sensibilidad sociológica, la idea de la
metamorfosis afectando al individuo, si se quiere a la humanidad del individuo
como el resultado quizás irremediable de los cambios de época cuando se caen
viejas instituciones y con ellas modelos de autoridad <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que no son reemplazados inmediatamente. Desacomodamientos
productores de seres desmembrados que potencialmente pueden conformar la tasa
de suicidio anómico<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Esta miradas junto a las grandes
tradiciones de la teoría social contemporánea podrían acercarse sin esfuerzo a
aquella máxima platónica que dice “nadie es malvado voluntariamente” .
Efectivamente Marx puede sostener que “los hombres hacen su propia historia,
pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos
mismos, sino bajo aquellas circunstancias con las que se encuentran
directamente, que existen y les<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>han sido
legadas por el pasado” . Y una cita libre de Durkheim podría construirse de la
siguiente manera: cuando se quiebran las instituciones los seres humanos que a
ellas pertenecían, son más individuos <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero es cierto que si se atiende a la
variedad, seguramente no infinita, de sentidos comunes que evalúan a los
individuos en relación a sus cambios de identidad grupal o institucional en la
mayoría de los casos prima el sesgo que fuertemente<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>atribuye poder explicativo a la voluntad
individual. Ya sea para saludar ese cambio, ya para condenarlo. La
glorificación de la voluntad individual es un gesto de las miradas herederas de
la tradición moderna, cuando el individuo abandona instituciones tradicionales:
iglesias, estructuras familiares, identidades de género. Son menos
complacientes y aun condenatorios, los sentidos comunes, también los
provenientes de esa misma tradición, que se actualizan para juzgar a aquellos
que abandonan una identidad política. El sentido común que refiere a los
cambios de los políticos se asocia, fundadamente, a una voluntad individual
violadora de un pacto de delegación de autoridad colectiva, y en tanto ese
cambio es evaluado como respondiendo al interés personal hay una
descalificación. Y son distintas las intensidades de la evaluación generalmente
descalificadora, de acuerdo sea la fortaleza de la tradición y el espacio
institucional abandonado. Entre los tipos ideales extremos de alta y baja<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>productividad cultural de un espacio portador
de una tradición, los gradientes<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la
actitud descalificadora van desde el uso pasional del calificativo traición,
hasta la mirada tranquilamente crítica de los que miran algo sobre lo que
todavía puede pesar el calificativo de incorrecto, pero de algún modo perciben
como irremediable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">IV<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los sentidos comunes se construyen de
manera compleja siempre, y más todavía en épocas de cambio donde hay deterioro
de viejas miradas. Lo viejo no termina de morir y simbólicamente persiste,
porque dicho quizás de manera un tanto exagerada, en este mundo contemporáneo,
lo nuevo ya llegó, pero sin ninguna bandera trascendente. Es el predominio del
individuo, pero no del individuo trascendente equilibrado por las consignas de
la revolución francesa, es el individuo crudo, pragmático, moviéndose sobre la
escenografía de un republicanismo liberal sin fuerza. Entonces hay que recurrir
a las hilachas de alguna tradición para darle por lo menos la ilusión retórica
de algo parecido a la trascendencia hasta que quizás se apague esa necesidad
construida socialmente o probablemente resurja resignificada alguna tradición
castigada por los nuevos aires de época.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En la política argentina elementos de
estas dos formas mencionadas de explicar los cambios parecen actualizarse
simultáneamente. En la que recurre a variables culturales atribuibles al
colectivo (actuó así, porque los peronistas son así), el desfasaje en relación
al deterioro de las instituciones políticas que informarían ese “ser así”, debería
ser pensado como evidente. Porque, en verdad, ¿es posible actuar como peronista
o como radical en el sentido fuerte cuando hay una importante fragmentación
institucional y una poderosa debilidad simbólica? Para hacer esa evaluación se
presume la existencia de ese colectivo con sostenes institucionales y culturales.
Dadas las condiciones del presente, sería saludable, por lo menos dudar, sino
sobre su existencia, sobre su efectividad, sobre su capacidad de ejercer fuerza
simbólica. Del mismo modo ocurre cuando el cambio se atribuye al individuo y
ese gesto es calificado como traición (traicionó o, quizás, decepcionó, al
radicalismo) lo que presupone, del mismo modo que en el caso anterior, la
existencia de un colectivo realmente existente o una tradición fuerte que se
abandonan. Cuando lo que existen son instituciones y tradiciones que sobreviven
como fantasmas agujereados hasta tanto se las suplante o eventualmente revivan
bajo otras formas, el abandono de esas instituciones y de esas tradiciones, es
apenas caminar hacia otro lado, y está bastante alejado del tipo de la relación
que presupone el gesto fuerte y dramático de la traición.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Desde ya que no se trata de pensar en la
existencia anterior de instituciones o tradiciones impermeables a los cambios, cristalizadas
y poderosas. Si hay algo que no pueden pensarse así son los partidos políticos
en Argentina que como corresponde han sufrido modificaciones en el tiempo y
además han carecido de continuidad de funcionamiento en el marco de
tranquilidades republicanas. No obstante hubo momentos que, con la ambigüedad
de los grandes partidos y en el marco de esa inestabilidad republicana,
tuvieron mayor organicidad y sus tradiciones flexibles pesaron sobre quienes estrictamente
conformaban sus filas y también sobre sus adherentes. Lo cierto es que en el
corto tiempo de los últimos veinte años estos gestos dinámicos (cambios de un
grupo a otro, movimientos contrarios a núcleos de la tradición) han sobreabundado
y en algunos casos han resultado significativos para el conjunto del sistema
político. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">”Peor que la traición es el llano” es la
frase que según algunos viejos políticos habría pronunciado en un espacio de
coloquialidad, un también veterano operador político de uno de los dos grandes
partidos. Seguramente refería<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en tono de
broma, en una mesa nocturna y luego de alguna batalla electoral, a los reacomodamientos
resultado de una interna partidaria. Elementos de la picaresca política que
podía manifestarse de ese modo en el reconocimiento de seguir habitando un
espacio más o menos común, con algunos elementos conformadores de la tradición
que no era fácil ignorar y que seguramente no se encontraban en la letra
escrita. Había solidaridades tejidas entre sectores heterogéneos en base a
lazos armados en la experiencia que podían evitar, por ejemplo, el abandono
total del derrotado en una interna o algún otro gesto que con tribuía a la
reproducción del espacio. No se trataba de partidos ideológicos, pero si con
algunas marcas culturales compartidas que podían atravesar heterogeneidades
sociales, religiosas y hasta estilos de hacer política, contenidos en el amplio
mundo de una historia y de flexibles banderas que sin embargo podían pensarse
como aglutinantes de algo en común que se actualizaba en la confrontación con
el otro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Por supuesto no hay historia armónica, y
hay momentos de quiebres y de confrontaciones dramáticas. Así y todo, hay prácticas
relevantes en términos simbólicos y cuantitativamente extendidas, con capacidad
de cohesión y reproducción de esos heterogéneos mundos. Por eso la frase que
usa una palabra como traición, más corriente en el mundo peronista que en el
radical, solo es posible de ser pronunciada, en un grupo de pares que forman
parte tanto como él de ese algo flexible pero real que es su partido, de manera
irónica. Y la ironía no inhibe que exista una referencia real. Los abandonos de
unos y reacomodamientos con otros se hacen bajo la protección de esa difusa
cultura común.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">V<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Claro que los cambios operados en los
gobiernos de Carlos Menem, iban a resultar en transformaciones significativas
en la economía, la política y la cultura. Cambios fortísimos que eran parte de
una verdadera revolución neoconservadora a nivel internacional y que en
términos político culturales construía una extraordinaria hegemonía que lograba
inficionar a los partidos convencionales, por supuesto <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>al estado, al mundo de los negocios, y al
campo cultural y científico. Y en términos de transformación simbólica quizás eran
tanto o más relevante que los cambios impulsados por los nuevos aliados del peronismo
en el ministerio de economía, los que pensaban e implementaban funcionarios
técnicos y funcionarios intelectuales que se habían formado en los procesos de
radicalización del mundo universitario de los años sesentas y setentas, y que
formaban parte de las zonas más dinámicas del mundo académico y cultural. Uno
de esos grupos llevaría a cabo en el ámbito de la educación la reforma<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>más regresiva que afectó a la educación
pública argentina y que se armaba como parte de un proceso latinoamericano de
reformas (que habían contribuido a diseñar ) implementado por un organismo
financiero como el Banco Mundial La habilitación y continuidad de estas
experiencias, primero con uno y luego con el otro gran partido, se asentaban,
entre otras cosas en la percepción generalizada, construida desde la fortaleza
política, cultural y económica, de estar ante un cambio de época irremediable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">A partir de esos momentos, no es que
masivamente desertan las tropas y caen estrepitosamente banderas y otros
símbolos. Hay situaciones inerciales que producen una paulatina dilución. Se
continua marchando pero quienes lo hacen, a medida que las prácticas concretas
van reafirmando esa nueva visión del mundo que ahora unifica a ambos partidos y
a la centro izquierda, son cada vez menos peronistas o radicales, o ( lo que es
más fácil) frepasistas,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y se convierten
en individuos que hacen carrera política. Retóricas que refieren a la
sensibilidad nacional popular o la ética republicana se pronuncian, no
necesariamente de forma cínica, acompañando prácticas que son más deudoras del
clima de época que coloca al individuo pragmático en el centro de la escena,
que a las tradiciones que aquellas refieren. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">VI<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y a medida que pasa el tiempo hay cada
vez mayor habilitación para reafirmar esas prácticas y transformar esa retórica
en meras guirnaldas de una escenografía de ritual cristalizado. Un hecho
relevante para pensar en los quiebres de tradiciones ocurre un día de fines de
setiembre de 1999 en el estadio Monumental de Nuñez donde se cerraba la campaña
de los candidatos Eduardo Duhalde y Ramón Palito Ortega. Habló primero el
cantante Ortega y luego Duhalde en medio de una lluvia primaveral que caía sobre
50.000 personas provenientes en su mayoría del conurbano bonaerense.El
candidato habló centralmente a los empresarios. Carteles que referían a las
intendencias del conurbano y a distintos gremios se levantaban en medio de la
multitud. El final del acto, cuando ya amainaba la lluvia subió al escenario la
actriz y cantante Nacha Guevara que había protagonizado una de las versiones
del musical Evita y caracterizada domo Eva Perón cantó No llores por mi
Argentina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ese ritual protagonizado por Nacha
Guevara es en verdad fundacional en relación al la conformación de nuevos
elementos de la cultura política que producirán un desfasaje entre la tradición
hecha cosa pintoresca por un lado y la vida política práctica ( lo que
verdaderamente hay que hacer más allá de las identidades) por el otro. Cuando
los cambios operados en la política impiden la recuperación de aspectos de una
tradición y sobre todo los aspectos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>más
rebeldes de esa tradición, ocurre que a la vez se hace necesario no
desprenderse de indicadores de la pertenencia a esa tradición porque, al fin y
al cabo, es sobre esas banderas descoloridas sobre los que se mantienen las
formas organizacionales concretas que, aunque deterioradas, permiten seguir
andando. Entonces se produce ese hecho de incorporación del ícono de la manera
más despolitizada posible negando cualquier aspecto <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de relaciones con el presente, de la lucha
política, en tanto lucha.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El ritual del acto político es un ritual
en que lo escenográfico y performático cumplen un papel relevante. Tiene algo
de instituyente ya que se reafirma una diferencia entre el o los líderes y los
seguidores, se confirma el papel del líder, de algún modo es un escenario de
revalidación y fortalecimiento de la autoridad. Y las tradiciones están allí en
la forma de interpelar en la misma escenografía, en las imágenes en las
banderas. Pero el centro vital del ritual está en la performance del líder que
cita nombres y frases familiares a la tradición <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nombrando al presente, y así la actualiza,
reafirma su autoridad y vivifica la identidad del espacio.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El cierre con una performance hecha por una
actriz que es la actualización de un producto de la industria cultural
internacional pone al ícono en una situación de extremo desfasaje con el núcleo
conceptual de un ritual político, sobe todo porque es una performance en un
escenario donde la performance ocupa un lugar central en la revivificación de
la tradición. La performance allí, aun la menos eficiente simbólicamente, es
siempre vital o se propone serlo. En este caso se desvitaliza de manera radical
porque se trata de algún modo de un producto seriado, cosificado, producto de
la industria (legítimo en un<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>teatro, pero
no allí) que además , a diferencia de unas remera con imágen o un afiche, se
propone generar emoción, ilusión de vitalidad. Y además en tradiciones
sensibles a los liderazgos carismáticos, ocupa el escenario donde debe estar el
líder<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Se podría abundar en situaciones de
ambos partidos y en gestos sociales que con mayor o menor intensidad puedan
pensarse como indicadores de la debilidad extrema de tradiciones que tuvieron
potencia en la historia argentina en distintos momentos del siglo XX.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y entonces vendría a cuenta citar lo que algunos
veteranos del radicalismo comentaban con incomodidad en relación a uno de los
jóvenes viceministros del presidente De La Rua, ex militante de la juventud
universitaria,que al renunciar el ministro se negaba a abandonar su cargo de
vice alegando que significaría un deterioro de su posición económica. Y aunque
esto fuera solamente un murmullo el hecho de que resonara fuerte, lo convertía
en un dato. Quizás tampoco sería irrelevante atender como un restaurante de la
zona de Palermo en Buenos Aires se habilitó a jugar con los símbolos de la
tradición peronista, desde el nombre del lugar, hasta las denominaciones del
menú en donde se puede encontrar cerveza roja montonera y, traspasando los
límites cualquier parámetro del buen gusto, una tabla de fiambres que se llama
Pedro Eugenio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">VII<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Sin apelar a un esfuerzo desmedido, es
posible inferir que algo debe pasar en las organizaciones, en los grupos, en
sus identidades, para que ocurran estas cosas que se parecen bastante a un fin
de época que encima no promete alboradas gloriosas en reemplazo. Y quizás no
sea demasiado difícil de ver. No obstante decretar la transparencia del mundo,
aun ante los indicadores de la evidencia, suele convertirse en un movimiento
arriesgado. Sobre todo porque hay una porción no desdeñable de voces diferentes,
social y culturalmente hablando, que con sus respectivas estéticas, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>parecen creer, o quizás hacen un esfuerzo por
creer para no quedar al descubierto, que existen activamente algunas
tradiciones que se encarnan en algunos individuos, en los restos de uno u otro
partido, e inclusive en algún grupo social, y que las acciones, los movimientos
de la política concreta, pueden ser explicadas en relación con ellos. Además es
verdad que en el mundo dinámico de la política más allá de situaciones de
verdadera hegemonía cultural, hay momentos de significativos desacomodamientos
y siempre, filtraciones. Allí están las poderosas experiencias disruptivas de
algunos países latinoamericanos. Y, específicamente en el caso argentino, los
gobiernos de los Kirchner restituyendo gran parte de la autonomía perdida a la
política e intentando con fuerza y consecuencias reales, la resignificación de
aspectos de una tradición, aunque sin poder modificar la situación de
extrema<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>fragmentación del propio espacio.
Pero aun con estos movimientos que parecen negar lo anteriormente mencionado,
algunas de las condiciones estructurales que generan los debilitamientos
continúan teniendo presencia. Quizás en algún momento <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se manifestarán con escasa fuerza y en otros
con clara potencia, pero en verdad continúan actualizándose bajo formas
diversas en la vida cotidiana<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y no
deberían subestimarse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>VIII<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los sentidos comunes arman su mochila
con los residuos de las tradiciones incorporadas, pero también producen
procesos de adaptación creativa a los cambios, también a los no declarados y
percibidos como tales. Somos moneda, dirá Norbert Elías, pero también acuñamos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Porque es cierto, que en todo momento
hay formas del sentido común que, de algún modo u otro, y en el medio de dinámicos
idas y vueltas, dan cuenta de los cambios menos explícitos. Aunque sea de
manera confusa y mezclando elementos de la receta aprendida junto con el
sentido práctico que descubre <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la legitimidad
potencial de algunas nuevas prácticas. Que, en fin, resultan más compatibles
con el clima de época o, si se quiere, con las nuevas formas de dominación. La
explicación del que atiende a los movimientos del individuo saltando de unos a
otros de los restos del sistema político y que retóricamente hace un gesto de
descalificación frente al abandono de una identidad, también percibe que,
aunque de ese lugar cuelguen guirnaldas que hacen referencia a una tradición,
ya no tiene el poder culturalmente coercitivo de los espacios simbólicamente
fuertes. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Porque tanto el agente concreto que
produce ese cambio mayor o menor, como el que lo descalifica desde algún
espacio social y cultural determinado, están participando en instituciones
débiles y de algún modo u otro pueden percibir y vivir esa debilidad. Es lo que
potencialmente harían otros que juegan el mismo juego de darse circunstancias
similares y aun los ciudadanos que no participan directamente de ese juego y
que inclusive pueden actuar alguna individualista retórica condenatoria. Más
allá de los aires revitalizadores de la ultima década, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>dadas las condiciones institucionales del
sistema político en el presente, de un clima cultural asentado en prácticas
cotidianas y en transformaciones estructurales profundas, no hay que forzar
demasiado el análisis para dar cuenta, entonces, de que el cambio de bandera política
no es algo que los distintos sentidos comunes circulantes puedan percibir como
extraordinario.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por el contrario, la
relativa indiferencia parece volverlos gestos de algún modo consabidos, quizás
dotados de alguna racionalidad y, acaso, cada vez más justificables socialmente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">*Lucas Rubinich es sociólogo, profesor
titular de la Carrera de Sociología la FSOC UBA, investigador del Instituto de
investigaciones Gino Germani. Fue director durante cuatro períodos de la
Carrera de Sociología. Desde hace 14 años dirige la revista Apuntes de
Investigación<o:p></o:p></span></div>
<br />Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-60722056831888212602017-09-30T09:09:00.001-07:002017-09-30T09:09:48.833-07:00DE COMO CIERTO FEMINISMO SE CONVIRTIÓ EN CRIADA DEL CAPITALISMO – NANCY FRASER<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixWheyAD_cIDtgZG9Q8k_ztVyXoaWDRxLmLCQidGYLhUMkd0cw-JuO3SdtEmt-uGk4C88nCZs80qMmkxb3jC0p13IyffRlo1j15afQqov94ohvFSm52iZFUBadZ_IJSvStgimfnH4N9pfm/s1600/nanci+fraser+feminismos+neoliberales.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="706" data-original-width="526" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixWheyAD_cIDtgZG9Q8k_ztVyXoaWDRxLmLCQidGYLhUMkd0cw-JuO3SdtEmt-uGk4C88nCZs80qMmkxb3jC0p13IyffRlo1j15afQqov94ohvFSm52iZFUBadZ_IJSvStgimfnH4N9pfm/s640/nanci+fraser+feminismos+neoliberales.jpg" width="476" /></a></div>
<br />
<section class="field-body" style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: "Noticia Text", serif; font-size: 18px;"><blockquote style="border: 0px; box-sizing: border-box; color: #767676; font-family: inherit; font-size: 1.333em; font-style: italic; font-weight: inherit; margin: 0px 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; quotes: "" ""; vertical-align: baseline;">
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: 23.994px; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
La lucha feminista se puede articular en una cadena con la lucha progresista por la emancipación, o puede (y de hecho funciona) como una herramienta ideológica de las clases medias alta para reafirmar su superioridad sobre las clases bajas <patriarcales e="" intolerantes=""></patriarcales></div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: 23.994px; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Slavoj <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: 23.994px; font-weight: inherit; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Žižek</em></div>
</blockquote>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<br /></div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Como feminista, siempre he asumido que al luchar por la emancipación de las mujeres estaba construyendo un mundo mejor, más igualitario, justo y libre. Pero, últimamente, ha comenzado a preocuparme que los ideales originales promovidos por las feministas estén sirviendo para fines muy diferentes. Me inquieta, en particular, el que nuestra critica al sexismo esté ahora sirviendo de justificación de nuevas formas de desigualdad y explotación.</div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
En un cruel giro del destino, me temo que el movimiento para la liberación de las mujeres se haya terminado enredando en una “amistad peligrosa” con los esfuerzos neoliberales para construir una sociedad de libre mercado.</div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Esto podría explicar porqué las ideas feministas, que una vez formaron parte de una visión radical del mundo, se expresen, cada vez más, en términos de individualismo. Si antaño las feministas criticaron una sociedad que promueve el arribismo laboral, ahora se aconseja a las mujeres que lo asuman y lo practiquen. Un movimiento que si antes priorizaba la solidaridad social, ahora aplaude a las mujeres empresarias. La perspectiva que antes daba valor a los “cuidados” y a la interdependencia, ahora alienta la promoción individual y la meritocracia.</div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Lo que se esconde detrás de este giro es un cambio radical en el carácter del capitalismo. El Estado regulador del capitalismo, de la era de postguerra, tras la II Guerra Mundial, ha dado paso a una nueva forma de capitalismo “desorganizado”, globalizado y neoliberal. La segunda ola del feminismo emergió como una critica del primero, pero se ha convertido en la sirvienta del segundo.</div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Gracias a la retrospectiva, podemos ver hoy como el movimiento de liberación de las mujeres apuntó, simultáneamente, dos futuros posibles muy diferentes. En el primer escenario, se prefiguraba un mundo en el que la emancipación de género iba de la mano de la democracia participativa y la solidaridad social. En el segundo se prometía una nueva forma de liberalismo, capaz de garantizar, tanto a las mujeres como a los hombres, los beneficios de la autonomía individual, mayor capacidad de elección y promoción personal a través de la meritocracia. La segunda ola del feminismo fue ambivalente en ese sentido. Compatible con cualquiera de ambas visiones de la sociedad, fue susceptible de realizar también dos elaboraciones históricas diferentes.</div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Tal como yo lo veo, la ambivalencia del feminismo ha sido resuelta, en los últimos años, en favor del segundo escenario, el liberal-individualista. Pero no porque fuésemos víctimas pasivas de la seducción neoliberal. Sino que, por el contrario, nosotras mismas hemos aportado tres ideas importantes para este desarrollo.</div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Una de esas contribuciones fue nuestra critica del “salario familiar”: del ideal de familia, con el hombre que gana el pan y la mujer ama de casa, que fue central en el capitalismo con un estado regulador. La critica feminista de ese ideal sirve ahora para legitimar el “capitalismo flexible”. Después de todo, esta forma actual de capitalismo se apoya, fuertemente, sobre el trabajo asalariado de las mujeres. Especialmente sobre el trabajo con salarios mas bajos de los servicios y las manufacturas, llevados a cabo no solo por las jóvenes solteras, sino también por las casadas y las mujeres con hijos; no sólo por mujeres discriminadas racialmente, sino también por las mujeres, prácticamente, de todas las nacionalidades y etnias. Con la integración de las mujeres en los mercados laborales en todo el mundo, el ideal del salario familiar, del capitalismo con estado regulador, está siendo reemplazado por la norma, más nueva y más moderna, aparentemente sancionada por el feminismo, de la familia formada por dos asalariados.</div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
No parece importar que la realidad subyacente, en el nuevo ideal, sea la rebaja de los niveles salariales, la reducción de la seguridad en el empleo, el descenso del nivel de vida, el fuerte aumento del numero de horas de trabajo asalariado por familia, la exacerbación del doble turno, ahora, a menudo, triple o cuádruple, y el incremento de la pobreza, cada vez más concentrada en los hogares de familias encabezadas por mujeres. El neoliberalismo nos viste a la mona de seda a través de una narrativa sobre el <i style="box-sizing: border-box;">empoderamiento</i> de las mujeres. Al invocar la crítica feminista del salario familiar para justificar la explotación, utiliza el sueño de la emancipación de las mujeres para engrasar el motor de la acumulación capitalista.</div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
El feminismo, además, ha hecho una segunda contribución a la ética neoliberal. En la era del capitalismo con estado regulador, criticábamos, con razón, la estrecha visión política que, intencionalmente, se focalizaba en la desigualdad de clases y que no era capaz de fijarse en otro tipo de injusticias “no económicas”, como la violencia domestica, las agresiones sexuales y la opresión reproductiva. Rechazando el “economicismo” y politizando lo “personal”, las feministas ampliaron la agenda política para desafiar las jerarquías de status basadas en las construcciones culturales sobre las diferencias de genero. El resultado debía haber conducido a la ampliación de la lucha por la justicia, para que abarcara tanto lo cultural como lo económico. Pero el resultado ha sido un enfoque sesgado hacia la “identidad de género”, a costa de marginar los problemas del “pan y la mantequilla”. Peor aun, el giro del feminismo hacia las política de la identidad encajaba sin fricciones con el avance del neoliberalismo, que no buscaba otra cosa que borrar toda memoria de la igualdad social. En efecto, enfatizamos la critica del sexismo cultural precisamente en el momento en que las circunstancias requerían redoblar la atención hacia la critica de la economía política.</div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Finalmente, el feminismo contribuyó con una tercera idea al neoliberalismo: la critica al paternalismo del estado del bienestar. Indudablemente y de forma progresiva, en la era del capitalismo con estado regulador esa crítica ha ido convergiendo con la guerra neoliberal contra el “estado-niñera” y su más reciente y cínico apoyo a las ONGs. Un ejemplo ilustrativo es el caso de los “micro-créditos”, el programa de pequeños préstamos bancarios para mujeres pobres en el Sur global. Presentado como un <i style="box-sizing: border-box;">empoderamiento</i>, de abajo hacia arriba, alternativo al de arriba a abajo, al burocratismo de los proyectos estatales, los micro-créditos se promocionan como el antídoto feminista contra la pobreza y el sometimiento de las mujeres. Lo que se pasa por alto, sin embargo, es una coincidencia inquietante: el micro-crédito ha florecido precisamente cuando los Estados han abandonado los esfuerzos macro-estructurales para combatir la pobreza, esfuerzos que no se pueden sustituir con prestamos a pequeña escala. También en este caso una idea feminista ha sido recuperada por el neoliberalismo. Una perspectiva dirigida, originalmente, a democratizar el poder del Estado para <i style="box-sizing: border-box;">empoderar</i> a los ciudadanos, es ahora utilizada para legitimar la mercantilización y los recortes de la estructura estatal.</div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
En todos estos casos la ambivalencia del feminismo ha sido resuelta en favor del individualismo (neo)liberal. Sin embargo, el escenario alternativo de la solidaridad puede que aún esté vivo. La crisis actual ofrece la posibilidad de volver a tirar de ese hilo una vez más, de manera que el sueño de la liberación de las mujeres sea de nuevo parte de la visión de una sociedad solidaria. Para llegar a ello, las feministas necesitamos romper esa “amistad peligrosa” con el neoliberalismo y reclamar nuestras tres “contribuciones” para nuestros propios fines.</div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
En primer termino, debemos romper el vinculo espurio entre nuestra crítica al salario familiar y el capitalismo flexible, militando en favor de una forma de vida que no gire entorno al trabajo asalariado y valorice las actividades no remuneradas, incluyendo, pero no solo, los “cuidados”. En segundo lugar, debemos bloquear la conexión entre nuestra critica al <i style="box-sizing: border-box;">economicismo</i> y las políticas de la identidad, integrando la lucha por transformar el status quo dominante que prioriza los valores culturales de la masculinidad, con la batalla por la justicia económica. Finalmente, debemos cortar el falso vínculo entre nuestra crítica de la burocracia y el fundamentalismo del libre-mercado, reivindicando la democracia participativa, como una forma de fortalecer a los poderes públicos, necesarios para limitar al capital, en nombre de la justicia.</div>
</section><div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: "Noticia Text", serif; font-size: 18px; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: "Noticia Text", serif; font-size: 18px; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
______________________</div>
<section class="field-body" style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: "Noticia Text", serif; font-size: 18px;"><div align="center" style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<b style="box-sizing: border-box;">Nancy Fraser</b> es una académica feminista estadounidense, profesora de ciencia política en el New School University de Nueva York.</div>
<div align="center" style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<b style="box-sizing: border-box;">Traducción de </b><a href="http://www.sinpermiso.info/" style="border: 0px; box-sizing: border-box; color: #81699b; font-family: inherit; font-style: inherit; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-decoration-line: none; transition: all 0.3s ease-in-out; vertical-align: baseline;"><b style="box-sizing: border-box;">www.sinpermiso.info</b></a><b style="box-sizing: border-box;">: Lola Rivera</b></div>
<div align="center" style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<strong style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Traducción:</strong> <a href="http://www.sinpermiso.info/textos/de-como-cierto-feminismo-se-convirti-en-criada-del-capitalismo-y-la-manera-de-rectificarlo" rel="nofollow" style="border: 0px; box-sizing: border-box; color: #81699b; font-family: inherit; font-style: inherit; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-decoration-line: none; transition: all 0.3s ease-in-out; vertical-align: baseline;">http://www.sinpermiso.info/textos/de-como-cierto-feminismo-se-convirti-en-criada-del-capitalismo-y-la-manera-de-rectificarlo</a></div>
</section><div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: "Noticia Text", serif; font-size: 18px; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: "Noticia Text", serif; font-size: 18px; margin-bottom: 1.5em; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<span class="field-label" style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; font-weight: inherit; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><strong style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Fuente original</strong>: </span><a href="http://www.theguardian.com/commentisfree/2013/oct/14/feminism-capitalist-handmaiden-neoliberal?CMP=twt_gu" rel="nofollow" style="border: 0px; box-sizing: border-box; color: #81699b; font-family: inherit; font-style: inherit; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-decoration-line: none; transition: all 0.3s ease-in-out; vertical-align: baseline;">http://www.theguardian.com/commentisfree/2013/oct/14/feminism-capitalist-handmaiden-neoliberal?CMP=twt_gu</a></div>
Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-23374129287016154492017-09-08T11:58:00.000-07:002017-09-11T08:12:21.782-07:00Un cross a la mandíbula de la ilusión republicana<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL8ZMOydWuYScDB_dtSFZDrZccgMsOmXIbKECaqYQH555F_tTH9Xo9ervt_UtZCj0F1kYOD__8U0-QN3pVWafZSDhuHqvyEd1NhMw_tXN96zqR1xUykeABr3E-6GusnMTbRAy-Kz0WuHzA/s1600/santiago+maldonado+ley+desap+forzada+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1458" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL8ZMOydWuYScDB_dtSFZDrZccgMsOmXIbKECaqYQH555F_tTH9Xo9ervt_UtZCj0F1kYOD__8U0-QN3pVWafZSDhuHqvyEd1NhMw_tXN96zqR1xUykeABr3E-6GusnMTbRAy-Kz0WuHzA/s640/santiago+maldonado+ley+desap+forzada+2.jpg" width="582" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: large;">Un <i>cross</i> a la mandíbula de la ilusión
republicana<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>Lucas Rubinich<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
I.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Dentro del fragmentado mundo político argentino, la
asociación política hoy en el gobierno es la que en la competencia electoral
nacional que le dio el triunfo, levantó, quizás sin mucha solidez de principios,
pero con alguna fuerza discursiva, la bandera de la república. En verdad más
que como una fuerte referencia constitucionalista implicada con el destino de
la nación al estilo Alfonsín, como vaga idea de una forma que pondría fin a lo
que se definía- acompañado de
situaciones que le otorgaban fuerte credibilidad-, como desmanejo de la cosa
pública, irresponsabilidad de los dirigentes, y corrupción. L a idea de la
reconstitución de un orden que
seguramente era leído de muy distintas maneras por diferentes sectores tuvo
algún éxito, quizás sin que esto haya habilitado grandes esperanzas, pero si expectativas, probablemente de baja
intensidad. Entonces, más allá de límites intrínsecos, como que el presidente
haya sido educado por, y trabajado para un espacio empresarial familiar que hizo
su fortuna en una buena porción actuando como
patria contratista y que eso mismo resultaría en un oxímoron al juntarlo
con cultura republicana, la posibilidad de actuar republicanamente estaba a mano, y quizás hubiera posibilitado
construir la derecha democrática que imaginaba y deseaba el sociólogo Torcuato
Di Tella.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pero desde el inicio
de este período de gobierno se llevaron adelante distintas acciones políticas,
como designación de jueces de la corte por decreto y una publicitada detención arbitraria de una
ciudadana motivadora de fuertes intervenciones mediáticas principalmente sosteniendo
el deseo de que fuera condenada, que no contribuían a desarrollar el republicanismo
que quizás en términos integrales, en épocas de la sociedad líquida, no estuvo
en los sueños de nadie. Esas medidas que corrían tranquilas sin encontrar
fuertes barreras en la cultura política de ese mundo fragmentado, parecían
satisfacer a un sector cualitativamente importante de los votantes del gobierno,
y lograban murmullos de respeto más evidentes en sus partidarios, pero también
en diversos agentes de la clase política que veían en ellas capacidad decisión.
<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La apuesta por aplicar reducción de penas (el llamado 2x1) a
los acusados de crímenes de lesa humanidad no obtuvo el mismo clima favorable y
por el contrario activó una especie de sensibilidad colectiva de compleja conformación. Un entramado que
incluye experiencias de distinto tipo: relatos, sensaciones del mundo familiar
o comunitario, lecturas, un conglomerado desordenado de imágenes fugaces activadoras de alguna emoción, sentimientos que pueden asociarse a algunos hechos y convertirse en hilos que desprolijamente tejen algo así como zonas de una memoria colectiva. En suma, mil
y una sensaciones mezcladas organizándose,
a veces bajo la forma de temor que puede llamar a alguna indiferencia, pero también de la misma manera que en los
comienzos de la democracia, como voluntad de rechazo a la arbitrariedad estatal,
ante acciones que puedan actualizar aunque mínimamente formas que se
presentaron de manera brutal durante el terrorismo de estado. Y es quizás esta
sensibilidad el elemento cultural más fuerte sobre el que se asienta este pacto
implícito que sostiene este agujereado modelo democrático<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Es probable que los elementos más fuertes de esa
sensibilidad, que quizás sea pertinente
imaginar en estado de latencia, atenuándose y encendiéndose en relación con disputas y situaciones que la
actualizan bajo distintas formas, estén hilvanados con la conmoción que produjo
la visibilización pública de uso cruel y perverso de la fuerza del estado
durante la dictadura argentina que se inicia con el golpe de estado de 1976. Los
secuestros y cambios de identidad de niños de los revolucionarios civiles
cautivos y asesinados en los campos de concentración, las
acciones mediante las cuales muchos de esos ciudadanos en cautiverio
eran arrojados al mar desde aviones de las
fuerzas armadas, la tortura- que incluye
entre otras prácticas el abuso sexual-, como procedimiento normal practicado
por funcionarios del estado, se presentaron a los ojos de grandes y
heterogéneas franjas de población como
algo inaceptable. Y aunque, como siempre, las luchas culturales puedan correr
el límite de lo moralmente válido, pareciera que todavía hay algo así como una
línea, flexible, pero que sigue apareciendo en ocasiones especiales para
amplios sectores de la sociedad, y que supone la no aceptación de olvidos, ni de reivindicaciones de esas acciones
llevadas adelante por el estado que la justicia calificó como crímenes de lesa
humanidad y, por supuesto, ni de formas contemporáneas que parezcan remedarlos
o que se perciban como tales. Allí el gobierno debió retroceder.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
II<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No obstante, poco
tiempo después de ese retroceso, se produjo una directa confrontación contra esa
sensibilidad. Y esa confrontación se escenificó peligrosamente en la manera en
que distintos y relevantes funcionarios del
gobierno actuaron frente a la sospecha de desaparición forzada de un ciudadano
en un contexto de represión efectuada
por una fuerza de seguridad federal contra un pequeño grupo de ciudadanos en
una zona rural de la provincia de Chubut. Es verdad que las fuerzas de
seguridad actúan y actuaron en muchos casos en estos años de democracia produciendo hechos que potencialmente podían
conmover a esas sensibilidades y no lo hicieron, o por lo menos no de esta manera. Pero lo que
interesa remarcar es que por algunas circunstancias, entre ellas las relativas
a las características de la situación (jóvenes que levantan banderas a favor de
la libertad de un compañero considerado por ellos preso político, grupos que
reclaman tierras en poder del grupo Benetton y la represión a un corte de ruta
y persecución a campo traviesa de ocho o
diez ciudadanos por más de cien efectivos de la fuerzas) se produjo una
repercusión que efectivamente posibilitó una alta visibilidad pública. Y en este caso, sí, los
hechos actuaron reviviendo esa sensibilidad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No obstante, en esta oportunidad, el gobierno decide, quizás
confiado en su relativo buen desempeño electoral, confrontar con esa sensibilidad a la que
probablemente imagina no suficientemente fuerte. Y ya en la abierta disputa, como no es posible erradicarla por obra de la
mera voluntad política, lo que se hace es intentar acotarla, reducirla a un
nicho político cultural <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En una sociedad de instituciones débiles y una clase
dirigente descreída de ellas, el intento
de acotar ese sentimiento, restandole universalidad y asociándolo a la
oposición ligada al gobierno anterior como parte de la lucha política
coyuntural, es, si se intenta una evaluación a mediano plazo que piense en
consolidar una democracia en la que el recurso al uso de la fuerza pública no
se convierta en un factor central de estabilidad, una verdadera catástrofe.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pero claro, si hay algo que ocurre en una época de
trascendencias agujereadas es que la política se convierte en pura táctica, es
hecho contra hecho y se despliegan todos
los recursos para ganar la disputa. Los viejos partidos que podían otorgar una
flexible trascendencia, han visto el
deshilachamiento de sus banderas y el clima predominante deudor de la cultura
del capital financiero internacional es una cultura de <i>winners and losers</i>. El largo plazo para la cultura de los CEOs que
ha inficionado la política no es demasiado relevante. Entonces no hay
inhibiciones para usar un recurso que sirva para ganar una batalla coyuntural. Y
en esa urgencia no importa o no se considera relevante si el accionar
transgrediendo formas significa el desapego a una regla constitucional, y tampoco
si se considera que en la particular situación de argentina desde una situación
republicana clásica, la violación de esos procedimientos puede despertar oscuras fuerzas estatales derrotadas en el momento fundacionales de la
legitimidad democrática. Quizás esa idea ni siquiera está en el horizonte de
posibilidades. Pero así y todo, como parte de la alianza de gobierno están
entre otros restos, los restos del partido radical que, como se dijo, tuvo un
papel central en la fundación democrática de 1983 y entonces probablemente allí
resuenen las nociones de ciudadano y república. Por ello, por lo menos en
algunos sectores, hay alguna idea de cómo se debería accionar, sobre todo si
además, como efectivamente ocurrió, aun en la identidad ambigua de la
asociación política en el gobierno, se pronunció la palabra república otorgándole
un valor positivo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En verdad, no hay que dar muchas vueltas. Una manera clara y
contundente para la construcción de legitimidad de las instituciones
republicanas, para fortalecer la ilusión del bien común, es responder con
gestos claros e inmediatos cuando se producen hechos significativos y de
trascendencia pública en el que instituciones del estado están sospechados de
cometer delitos que tienen fuerte rechazo cultural y trascendencia
internacional, y que además, están dramáticamente inscriptos en la reciente
historia de la nación argentina, como lo es la desaparición forzada de personas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Preguntarse cómo se han desempeñado los organismos específicos del
gobierno nacional frente a un hecho en
el que un ciudadano desparece en un contexto de represión llevado adelante por
una fuerza de seguridad federal y
encontrarse con respuestas no adecuadas a una tradición republicana puede ser
problemático para una fuerza política inscripta en esa tradición. Más problemático
es si esa fuerza política actúa en Argentina, país que tuvo el trágico mérito
de diseminar por el mundo la palabra desparecido en idioma castellano durante
el accionar de una dictadura que cometió crímenes de lesa humanidad, y la
extraordinaria virtud de conseguir condenas ejemplares a los criminales
miembros jerárquicos de las fuerzas militares del estado en la naciente
democracia. Pero, claro, para que esa situación problemática fuese evidente se
necesita que la adscripción sea algo más que un recurso retórico. Si la cultura
republicana es fuerte en la asociación
política en el gobierno, sin lugar a dudas hay en este accionar un problema. Lo
contrario demostraría que esa cultura no es productiva, que no tiene
consecuencias en el accionar de sus miembros, porque como dice Max Weber <span style="background: #f5f8fa; color: #14171a; font-family: "segoe ui" , "sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;">"Los agentes sociales obedecen a la
regla cuando el interés en obedecerla la coloca por encima del interés en
desobedecerla."</span> <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
III<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Durante los 30 días posteriores a esa desaparición
funcionarios relevantes y otros miembros del gobierno, amplificados y reforzados creativamente por los grupos
mediáticos más importantes del país elaboraron tres tipos de respuestas al
problema: La primera respuesta es la negación de que exista esa desaparición en
ese contexto, y, consecuentemente, la explícita
desresponsabilización de la fuerza federal que participó de esa represión; la segunda, es la invención
de imaginativas hipótesis sobre el paradero supuesto del ciudadano desaparecido
y por lo tanto la trivialización de la sospecha principal; y la tercera, es la
demonización de la comunidad reprimida y del desaparecido, identificado como colaborador y simpatizante de esa comunidad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sin lugar a dudas cada una de estos tres tipos de respuestas
con las variaciones en cada caso resultan indudablemente contradictorias, e
inclusive, confrontativas con las
distintas formas de la cultura republicana. ¿ Porqué?. En principio, porque, ante la sospecha fundada de que exista
esa desaparición, si hay algo que no deben hacer los funcionarios de un
gobierno es simplemente negar la
situación, sino atender a la sospecha aunque luego se demuestre que no poseía
fundamento. En lo que refiere a la invención de versiones que separan del lugar
de los hechos al ciudadano desparecido, se trata de vulgares formas de distracción que
refuerzan la postura de negación trivializando la sospecha de una manera que, en el marco de la historia argentina
donde esas operaciones se hicieron desde funcionarios y desde medios de
comunicación en momentos de la peor dictadura que soportó el país para ocultar
el horror, se torna, por lo menos, obscena. Por último, y en el mismo sentido, la demonización del grupo de ciudadanos
reprimidos y del desaparecido por sus acciones e identidades culturales, ignora
flagrantemente que el estado debe ser responsable por las acciones que efectúan
sus organismos de represión, sea lo que fuere lo ocurrido, sea cual fuere la
identidad política étnica del ciudadano y del grupo con el que se encontraba en
el momento del hecho. Lo obvio es que debe justificarse el accionar de la fuerza y explicar si hubieron
detenciones, porqué motivos, y, obviamente, cumplir con la obligación de poner
esos detenidos a disposición de la justicia. Lo que no puede ocurrir es que
simplemente desaparezca un ciudadano durante el accionar de esa fuerza. Que los que produjeron el hecho que motivó la
represión sean simpatizantes de los mapuches, kurdos, afganos o maoríes es
irrelevante en esta instancia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Entonces se puede sostener que un accionar gubernamental de
estas características y sobre todo de la asociación política que, aunque sin
una gran fuerza simbólica, prometía algo así como la restitución del orden
republicano en momentos de la campaña en
la que obtuvo la presidencia, agujerea gravemente la legitimidad del sistema democrático
de la república argentina. Claro, esto es así, si de lo que se trata es de
construir legitimidad institucional y no
de una apuesta inmediatista por ganar una partida. Como resulta obvio, durante
el primer mes, la opción gubernamental fue ganar una partida sosteniendo lo
actuado con el apoyo de, por lo menos los dos grupos comunicacionales más
importantes del país, en la confianza de que a una porción de la sociedad que quizás supera a sus
votantes, evaluaría positivamente estos gestos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En verdad no sería extraño que algo de eso ocurriera, es
posible imaginar que, por lo menos, en los
primeros momentos, los votantes del gobierno, y quizás muchos más, no promoverían
ni sostendrían opciones que implicasen
un freno sancionatorio. También puede suceder que los funcionarios con ojos de
buen cubero inmediatista perciban o
crean percibir que no existen obstáculos tales como un clima republicano
inhibidor en gran parte del sistema político, y desde ya mucho menos en los núcleos
dinámicos de la asociación política que gobierna. Al contrario, si hay algo que
pueda ser identificado como más fuerte
que la noción de república en la asociación política en el gobierno, pero también
en elementos culturales visibles en distintos sectores de la sociedad, es la
cultura de ganadores y perdedores. Y habría que agregar que también es fuerte en la cultura práctica
del gobierno una manera de relacionarse
con los ciudadanos que contiene claros elementos de lo que confusamente suele denominarse populismo. Para
decirlo en términos concretos: el <i>winner</i>
en el gobierno puede transgredir para lograr su objetivo, y sobre todo si se
trata de reglas que pueden ser transgredidas por arcaicas. Pero además, como <i>vox populi vox dei</i>, debido a la empatía con una cultura de época, la
evaluación de encuestas y los resultados de los <i>focus,</i> puede sugerir que no solo no hay sanción por ello, sino que
para un electorado propio y quizás a otras
franjas que le permitirían algún crecimiento, esta transgresión puede ser vista como sinónimo de fortaleza.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
IV<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
De todos modos, en las sociedades complejas hay luchas por
la imposición de visiones del mundo, aunque es verdad que estas se presentan quizás en la mayoría de las veces y más en los
fines de época, de manera desordenada y confusa. No obstante, es cierto que no
es posible ignorar en estas luchas la existencia de una fuerza político cultural
internacional que como un arrollador fantasma recorre distintas zonas de la
sociedad erosionando instituciones diversas, y también las del orden
republicano que incomodan a un nuevo orden. Está situación ha sido observada
con agudeza y algún pesimismo por sociólogos y economistas de las generaciones
mayores que vieron y siguen viendo, por
un lado, la decadencia de las viejas
formas políticas e institucionales que permitían contener y organizar
colectivos sociales, y por lo tanto hacer escuchar la voz de aquellos más
alejados de los espacios de decisión, y por el otro, el surgimiento de actores
que en el marco de la extensión de la cultura del capital financiero
globalizado, pasan a tener una capacidad de decisión significativa acerca de lo
que ocurre en distintas sociedades nacionales, que se encuentra claramente por encima de la de los ciudadanos electores. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Centralmente se atiende a como las tomas de decisión sobre
cuestiones relativas al ámbito de la redistribución de recursos se desfasa de
la acción colectiva, y como el mundo financiero, directamente escapa al control
democrático. Wolfgang Streeck llamará post democracia a la escenografía de las viejas democracias republicanas funcionando
en un mundo en el que “<span style="background: white;">los Estados están situados dentro de los mercados, en vez de
los mercados dentro de los Estados” ( Streeck, 2016). Zygmunt Bauman dirá que
en la sociedad solida existía un compromiso mutuo entre el capital y el trabajo
y que “en la</span> modernidad líquida dominan los más elusivos, los que
tienen libertad para moverse a su antojo”, y es así entonces, que el capital
globalizado con posibilidades de desplazamiento internacional se desinteresa de
las reglamentaciones legales del trabajo que aseguran una mayor integración y
cohesión social. Jorge Beinstein se refiere a las nuevas clases altas
que, en el marco de los deterioros institucionales, se convierten en agentes tomadores de decisiones que afectan al conjunto de la sociedad eludiendo los controles democráticos. Las
caracteriza como lumpenburguesía. Dice :“<span style="border: 1pt none windowtext; padding: 0cm;">Los grupos locales se caracterizan por una dinámica
de tipo “financiero” combinando a gran velocidad toda clase de negocios
legales, semilegales o abiertamente ilegales, desde la industria o el <i>agrobusiness</i> hasta
el narcotráfico pasando por operaciones especulativas o comerciales más o menos
opacas.” Y concluye “</span>Las elites económicas latinoamericanas aparecen como una parte integrante
de la lumpenburguesía global, son su sombra periférica, ni más ni menos
degradada que sus paradigmas internacionales” ( Beinstein, 2016) Por su parte ,Ricardo Sidicaro, afirmará refiriéndose la política en Argentina que .” La
desarticulación del campo político nacional, puede considerarse como una
expresión y continuación de la <i>anomia
institucional</i> cuyos más claros observables empíricos son, en las cúspides:
el incremento de los personalismos, los nepotismos, las opacidades del
micro-ámbito de deliberación de los “jefes”, los transfuguismos, las faltas de
agendas programáticas; y, en la sociedad, en general, la ausencia de confianza
en las entidades electorales combinada con ocasionales momentos de
efervescencia o entusiasmo confundidos como modos de participación política”. (Sidicaro,
2015).<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En este contexto de debilitamiento
de la capacidad de control de las instituciones democráticas frente a los
actores poderosos, de sus deterioros y la pérdida de credibilidad, sumado a las
características de esos nuevos actores con cultura del capital financiero, la
transgresión de principios republicanos que, al fin y al cabo responden a
instituciones del viejo orden con débil productividad cultural, no parecerían
preanunciar grandes consecuencias para quien las realiza si puede mostrarse
como un jugador poderoso que sabe jugar en el nuevo orden. Claro que en este
caso se transgrede una regla asentada en
una experiencia que por lo menos tuvo, en un momento no tan lejano, un extraordinario
peso simbólico.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
V.<o:p></o:p></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pero sea cual fuere el resultado del proceso acontecido en
el largo mes de agosto de 2017, aunque los funcionarios pertinentes asuman su
responsabilidad y la justicia actúe en consecuencia, o que por el contrario se
continúe tratando de disimular esperando que la cuestión se diluya en el tiempo,
y por más que este destrato a las instituciones republicanas sea parte, como se
ha visto, de una fuerza político cultural que trasciende a una nación, hay algo
que tiene que ver con las creencias ya debilitadas de la ciudadanía en las
instituciones que se encargan de implementar decisiones de gobierno, que se ha alterado dramáticamente. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Las
experiencias construidas a partir de
1983 en donde por la existencia de la democracia se pudo realizar
un juicio a las juntas militares generó- adquiriese la forma práctica o discursiva
que fuere-, algo así como una ilusión republicana, y si se quiere tuvo un
carácter fundante y trascendente por su singularidad. El reordenamiento surgido
luego de que una población se rebelase ante la quiebra flagrante de las reglas
del juego en el 2001, supuso, ante la inexistencia de un horizonte con otras formas, al menos la sobrevivencia, aunque herida, de esa ilusión.
Ilusión que no es ni más ni menos que algún grado de confianza sobre el orden
institucional que organiza zonas significativas del mundo en que se vive. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Es posible imaginar con algún pesimismo fundado que en el
mundo que se avecina, estas formas de gobierno, en un contexto como el descrito
por los analistas, puedan mantenerse, con idas y vueltas, más sujetas a los golpes
de mano de los poderosos, que a la
voluntad autónoma de los ciudadanos y sus representantes. Es desde ya un
supuesto, amparado en producción académica y que, en tanto tal, puede ser sostenido.
No obstante, es cierto que la negación colectiva de estas predicciones autorizadas culturalmente, alentadas
por otros deseos colectivos pueden alterar los destinos que se presentan como
prefijados. Dios acecha en los intervalos, dijo un argentino famoso. Pero lo que sí es más seguro que ocurra, es que cuando se analice la
decadencia del sistema republicano argentino que se refundó en 1983, se le otorgue
un papel explicativo central a este momento en que las acciones de funcionarios de gobierno e
instituciones del estado agrietaron de
manera brutal y grotesca creencias básicas sobre el papel universalista de las
instituciones. Creencias, por otro lado, que en algún momento se imaginaron
fundamentales para el mantenimiento de un sistema de dominación y que el cambio de época pareciera ir transformando en obsoletas para ese fin. <o:p></o:p></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La contundencia de esta situación, acaso su trascendencia,
puede ser descrita de maneras diversas, pero quizás sea difícil encontrar otra
forma tan certera como aquella vieja metáfora del habla coloquial que también
refiere a la literatura argentina, y decir que lo ocurrido, en empatía con un
clima de época, fue ni más ni menos que un <i>cross</i>
a la mandíbula de la ilusión republicana.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Buenos Aires, setiembre 2017<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b>Bibliografía citada</b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Bauman, Zygmunt, <i>Modernidad
líquida</i>, Buenos Aires, FCE, 2003,<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 15.0pt; vertical-align: baseline;">
<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">Beinstein, Jorge, 2016:<i> Lumpenburguesías latinoamericanas,</i> revista Maíz No 6, F.de P y C
de la C, Universidad Nacional de La Plata, La Plata.</span><o:p></o:p></div>
<div style="background: white; line-height: 19.2pt; margin-right: 30.0pt;">
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11pt;">Sidicaro, Ricardo, 2015: <i>Las
anomias argentinas,</i> Apuntes de investigación del CECYP N 26, Buenos Aires<o:p></o:p></span></div>
<div style="background: white; line-height: 19.2pt; margin-right: 30.0pt;">
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11pt;">Streeck, Wolfgang, 2014 <i>¿Cómo terminará el capitalismo?</i>, NewLeft
review Nº 87 julio - agosto 2014 segunda
época, Instituto de Altos Estudios Nacionales de Ecuador–IAEN<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-9021517559095313292017-05-18T14:26:00.000-07:002017-05-18T14:26:33.681-07:00Que no nos mientan, el responsable no es el narco Ángel Guerra Cabrera ( La jornada jueves 18 de mayo de 2017)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsvXxH3Vg_fD8V8BXzDcbFNYzx02qsN6GZuI9UmmeQBrJt61CPu-pLRq2U5U1OCc85oZuUiT3vonwKpe9fyG3XLg7xy-95-qHe0BTdQfjqv5UpQW8jm7HZdt1eS70T7GuC68sE5WY-GE4Y/s1600/2+Mujer+embarazada+cayendo+dentro+de+un+tacho+de+basura.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsvXxH3Vg_fD8V8BXzDcbFNYzx02qsN6GZuI9UmmeQBrJt61CPu-pLRq2U5U1OCc85oZuUiT3vonwKpe9fyG3XLg7xy-95-qHe0BTdQfjqv5UpQW8jm7HZdt1eS70T7GuC68sE5WY-GE4Y/s640/2+Mujer+embarazada+cayendo+dentro+de+un+tacho+de+basura.jpg" width="550" /></a></div>
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif;"><span style="font-size: xx-small;">Imágen: Mujer embarazada cayendo dentro de un tacho de basura, Pomarola Talk 2014</span></span><br />
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; margin-bottom: 6px;">
<b>"No nos digan que el responsable es el narco. El indebidamente llamado crimen organizado es inherente al capitalismo y ha crecido como la espuma en su etapa neoliberal, cuando cada vez es más difícil deslindar los llamados crímenes de cuello blanco de los de las organizaciones mafiosas y cuando estas son indispensables para la acumulación capitalista en la etapa financierista. No hay un solo gran banco en el mundo que no lave dinero. Suponiendo que lo evitara, los flujos de capital de procedencia ilícita son de tal magnitud y se mueven a tal velocidad, que es imposible controlarlos a menos que hubiera una decisiva acción de los estados."</b></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="font-size: large;"><b>Que no nos mientan, el responsable no es el narco</b></span><span style="font-size: 14px;">Ángel Guerra Cabrera ( La jornada jueves 18 de mayo de 2017)</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Esta semana el periodismo mexicano y La Jornada perdieron a un extraordinario profesional y ser humano, Javier Valdez, corresponsal de nuestro diario en Sinaloa, acribillado a balazos a las 12 del día en Culiacán, a unos pasos del semanario Ríodoce, del que fue cofundador. Hace 57 días, el 23 de marzo, murió también acribillada frente a su casa nuestra compañera Miroslava Breach, corresponsal en Chihuahua, mientras esperaba a su hijo para llevarlo a la escuela. También Miroslava era otro gran valor del periodismo mexicano y, al igual que Javier, comprometida con las luchas sociales.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Ambos gozaban de merecido prestigio y reconocimiento social en sus estados y en el país, tanto por su rigor y brillantez profesional como por sus valores éticos, inmunes al soborno y la intimidación. Sus impecables notas eran lectura asidua para gran parte de los fieles lectores de La Jornada. Eran imprescindibles para conocer la situación del país pues relataban el narcotráfico y la corrupción gubernamental, las luchas de los maestros contra la reforma educativa, de las comunidades contra los megaproyectos de las trasnacionales, los grupos de poder local y autoridades a ellas vinculados.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Mucho más, cuando en el caso de Sinaloa, a falta de oportunidades de trabajo, el narco –coludido con el Estado– es desde hace décadas un poder creciente, el medio de sustento de gran parte de la sociedad y, por supuesto, de muchos de los más humildes, aunque sean ellos los menos beneficiados. No sólo eso, el narco, como ya ocurre en el resto del país, controla los más criminales y depredadores delitos. En Chihuahua, al pingüe negocio del narco se suma la voraz acción depredadora del gran capital contra las comunidades indígenas y mestizas. Miroslava había dado cuenta del total abandono y discriminación del pueblo rarámuri y sus luchas contra los señores del dinero, que les arrebatan a toda velocidad sus fuentes de vida y los mantienen sumidos en la desnutrición y las enfermedades prevenibles. Dos meses antes que ella, fue asesinado el líder rarámuri Isidro Valdenegro López, protagonista de no pocas notas de Miroslava, a quien nada lo pudo proteger el galardón que le concedió la Fundación Goldman por su defensa del territorio indígena y los bosques. Como tampoco a Javier Valdez, el premio Libertad de Prensa del Comité Internacional para la Protección de Periodistas.<br />En una administración que acumula ya 36 asesinatos de reporteros, Javier fue el séptimo de este año, pero al día siguiente una colega fue herida de gravedad y unos días antes, en Guerrero, otros siete salvaron sus vidas no se sabe cómo de un grupo armado, aunque perdieron todos sus equipos de trabajo e información. Entre ellos había dos de nuestro diario, el corresponsal en ese estado, Sergio Ocampo, y el fotógrafo Jair Cabrera.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
De 2000 a 2017 han sido asesinados en México 126 periodistas, crímenes impunes en su abrumadora mayoría según datos de la ONU. Los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa recuerdan muchos otros hechos semejantes.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
No nos digan que el responsable es el narco. El indebidamente llamado crimen organizado es inherente al capitalismo y ha crecido como la espuma en su etapa neoliberal, cuando cada vez es más difícil deslindar los llamados crímenes de cuello blanco de los de las organizaciones mafiosas y cuando estas son indispensables para la acumulación capitalista en la etapa financierista. No hay un solo gran banco en el mundo que no lave dinero. Suponiendo que lo evitara, los flujos de capital de procedencia ilícita son de tal magnitud y se mueven a tal velocidad, que es imposible controlarlos a menos que hubiera una decisiva acción de los estados.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
En México es mayor que nunca el clamor de justicia y por poner fin a la escandalosa impunidad con que se cometen al alza cientos de asesinatos de periodistas, defensores de derechos humanos y activistas sociales, así como decenas de miles de desapariciones. El Estado, por definición, es el responsable de esta catástrofe y las medidas que ha tomado se han revelado del todo ineficientes, como lo demostró en estas páginas Jan Jarab, representante en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
No deja de sorprenderme que, igual que Almagro, el gobierno del país de Benito Juárez, Lázaro Cárdenas y la no intervención, apunte a la entrañable Venezuela bolivariana cuando se le incendia la casa.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-top: 6px;">
Twitter:@aguerraguerra<br />Imágen: Mujer embarazada cayendo dentro de un tacho de basura, Pomarola Talk 2014</div>
Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-62032290177641709732017-05-09T21:40:00.001-07:002017-05-11T17:14:42.662-07:00Las madres de la plaza y la persistencia de una sensibilidad común en un contexto de individualismo pragmático<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmpC_AJUe2dVmVwRoqY9C7diFLbvf6ISwcLIzEHF2pdWOrC_jt2bF4G017ZSKmAvXrKB18_-vnvo_546wIWgehyLB_zjS7zwoS6NokNsHJFlS8kzgXbNMmGjX3C618iilZdeVzqZEXf1Ua/s1600/madres.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmpC_AJUe2dVmVwRoqY9C7diFLbvf6ISwcLIzEHF2pdWOrC_jt2bF4G017ZSKmAvXrKB18_-vnvo_546wIWgehyLB_zjS7zwoS6NokNsHJFlS8kzgXbNMmGjX3C618iilZdeVzqZEXf1Ua/s640/madres.jpg" width="604" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<b>Las madres de la
plaza y la persistencia de una sensibilidad común en un contexto de
individualismo pragmático<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>Lucas Rubinich<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
En el contexto de la extrema fragmentación producto del
predominio de la cultura del capital financiero, donde lo fuerte es la moral de ganadores y
perdedores atenuada por una escenografía republicana de cartón, vuelven viejas
preguntas sobre las posibilidades de construir colectivos sociales amplios y
sólidos sin renegar del archipiélago, o, ligadas a estas, si, por lo menos, existen elementos básicos que, ante
determinadas circunstancias, actualizan algo parecido a una moral común, posible
base de construcción futura de esos colectivos. Y son buenas preguntas sociológicas, pero también políticas, ya que es sabido que innumerables minorías
agrupadas muchas veces efímeramente
sobre derechos parciales, hacen muy difícil que la mayoría de la sociedad pueda
hacer escuchar su voz en asuntos fundamentales frente a los poderes de las grandes
corporaciones. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La sociedad argentina es afectada,
con sus terribles singularidades, desde la mitad de los años setenta, por
procesos de transformación de la economía que resultan en la destrucción de mercados
de trabajo, en la desvalorización de lo público, y del conjunto de instituciones
consideradas del viejo orden ( sindicatos, Ps Ps, legislación que considera
distintos derechos sociales, etc.), generadoras estas últimas, de condiciones para la creación
de colectivos sociales amplios con
intereses comunes capaces de realizar acciones en consecuencia. Ante el
deterioro, y en algunos casos destrucción, de esas viejas instituciones, la
cultura del individuo pragmático, que ya había encontrado distintas formas de
legitimación práctica, se afianza estructuralmente en los 90. La caída del muro
es la frutilla del postre para un proceso que se extendía arrolladoramente de
la mano del capital financiero en el escenario de las debilitadas democracias
republicanas. En Argentina, aún con respuestas como la del 2001, y con
atenuaciones de la política surgidas de esa experiencia social, las condiciones
estructurales y culturales de la fragmentación, continuaron presentes, y han revivido con
fuerza en el actual gobierno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La cultura de los ganadores exitosos, frente a la sociedad
fragmentada, da derechos a la manipulación de instituciones deterioradas de la
república, y al uso de la retórica política como una herramienta efímera,
circunstancial, que no supone ninguna afirmación de principios morales ni
políticos. Es la política del focus group y la encuesta para, mientras se hace
lo que se tiene que hacer, dar a cada grupo una lectura de lo hecho, de acuerdo
a sus deseos circunstanciales, aunque las afirmaciones sean contradictorias, Es
posible sostener una opinión en público dirigida a un núcleo duro de adherentes
y a los pocos minutos relativizarla, pensando en grupos más amplios. Se puede promover
una decisión política, satisfaciendo a
un sector, y ante reacciones en contra que se consideren más o menos
significativas, afirmar que se está en desacuerdo con ella, y eventualmente,
retroceder para intentarlo en otro momento. Los asesores gubernamentales aconsejan no dar mucha
importancia a los significados densos de las palabras, porque no hay colectivos
fuertes que puedan reaccionar frente a lo que se dice, y más vale actuar gestos que puedan hacer empatía con sensaciones
débiles y más o menos efímeras, que al fin resultan efectivos para sostener la imagen del día
a día <span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: "helvetica" , "arial" , sans-serif; font-size: 14px; white-space: pre-wrap;"> </span> <br />
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La clave de esta habilitación es que, efectivamente la relación entre el poder económico y político e individuos, o fragmentos
sumados de individuos reunidos sobre un interés parcial, sin causas
trascendentes que posibiliten elementos comunes para algún tipo de identidad
colectiva amplia, es una relación claramente asimétrica. Es así que en base a puras relaciones de fuerza, el poder construido sobre la fragmentación,
imagina que es posible atender esos intereses si no resultan molestos para los
propios, hacerlo parcialmente, o quizás directamente ignorarlos, en principio
sin grandes consecuencias. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Es verdad que en la sociedad argentina hay tradición de
distintas experiencias de lucha que llegan hasta el presente, también es cierto que existen sindicatos, y
que más allá de los cambios en el mercado de trabajo y desprestigios de alguna
dirigencia, son aun sindicatos fuertes; nadie ignora, por fin, que ante el desempleo
de los 90 surgieron y se mantienen distintas experiencias de autoorganización
popular. Sin embargo, una mirada atenta puede reconocer que muchas de esas
instituciones a las que el clima predominante ve como parte de un viejo orden,
sobreviven con distintos, y a veces graves, estados de deterioro. Los viejos partidos
políticos no existen como partidos. Son las hilachas de lo que fueron, los banderas desteñidas apenas se levantan en
grupos fragmentados que pueden moverse hacia distintas posiciones, sin las
inhibiciones de estar renegando de una tradición, simplemente porque no existe ese colectivo
que vitalizaba la institución y le confería poder inhibidor. Los cambios en el
mercado de trabajo dejaron a franjas de población de las periferias de las
grandes ciudades con dos generaciones sin conocer el trabajo formal, y sujetas
a la violencia, producto de complejas relaciones con las agencias policiales
implicadas en la distribución de droga. Los sectores medios con ingresos medios
y bajos, se encuentran con múltiples opciones culturales y religiosas para dar
sentido a una lucha por la vida en la que no les toca el lugar de los mejores.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En fin, hay una
situación estructural de fragmentación, y también prácticas en lugares
relevantes de la sociedad en la que parece afirmarse el reconocimiento de que
los fracasos de enteros grupos sociales son independientes de la
responsabilidad colectiva. Y que, en todo caso, vía la acción filantrópica, los
“mejores” podrán tender a los “peores” una mano paternal y caritativa. La
noción de autoafirmación individual que responsabiliza al individuo de sus
fracasos y de sus éxitos, deteriora progresivamente la idea de ciudadano que
puede intervenir sobre los mecanismos sociales que habilitan a la realización
de la ciudad como un todo, donde prime el
logro del bien común. Las instituciones republicanas colonizadas por el
individualismo pragmático les impiden
poco a los ganadores, y cuando los ganadores gobiernan sin la inhibición de
alguna tradición, los límites son todavía menores No obstante, es posible
imaginar que en las sociedades pueden existir, inclusive sobreviviendo a
cambios culturales importantes destructores de viejas conquistas, elementos deudores de algunas experiencias
míticas que ante determinadas situaciones actualizan un lazo común, un piso
básico de moral común.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hay algo de ese piso básico de moral común en la sociedad argentina,
y se construye como asociado y derivado de una experiencia fundamental que se
inició hace menos de 50 años: la de madres y abuelas de Plaza de Mayo. Esa
experiencia tiene dos aspectos que contribuirán a armar ese piso moral común. En
primer lugar la figura imborrable de un puñado de mujeres que con gran coraje y dignidad desafían a la
tiranía pidiendo por sus hijos, manifestando en una extraordinaria situación de
desprotección. Y el desafío es mayúsculo, porque sus cuerpos que el sentido común imagina frágiles, pisan con
decisión y seguramente con miedo, el ágora central. Están allí frente a los
edificios que albergan el poder, revalorizando un símbolo de la república en
momentos en que esta fue arrasada. El estado en su accionar clandestino secuestra
y mata a tres de las fundadoras, pero ellas continúan. Atropelladas por los
caballos de la guardia de infantería, estigmatizadas por sectores de la prensa,
su lucha continuó con persistencia y lograron ser un factor fundamental en la
revisión de la historia que posibilitó el juicio a las juntas, y la caracterización
de lo actuado por los militares como delitos de lesa humanidad. Ese es el otro
elemento fundamental que contribuirá a armar ese piso de moral común. La mirada
sensible y valiente de las madres a
través de la cual la sociedad tuvo una descripción de la barbarie estatal más
allá de las legítimas visiones ideológicas y políticas. Una mirada sensible de
mujeres que habían sido mujeres comunes, y que lograban recomponer una moral radicalmente
confrontativa con aquellas formas que los teóricos de la guerra antisubversiva habían
impuesto y un sector del mundo
dirigencial había aceptado como práctica habitual: el secuestro y cautiverio en condiciones de clandestinidad,
la tortura en diversas formas, el abuso sexual, el trabajo en condiciones de
sumisión y , en el caso argentino, el intento de abolir el pasado
desapareciendo los cuerpos y quitando la identidad a los hijos de los
secuestrados y desaparecidos<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Distintos sectores de la sociedad argentina a partir de la
democracia establecida en 1983, fueron rearmando su mirada de la historia
reciente a través de los ojos sensibles de las madres. Ellas expandieron ese
piso moral conmoviendo a distintos tipos
sociales de esta sociedad de movilidad social ascendente y de migraciones
diversas, que tiene características constitutivas que habilitan esa emoción. En
esta sociedad plebeya con arrolladora cultura igualitaria, conmueven, de manera
preideológica, los sufrimientos de los desprotegidos que no se resignan, tanto
como las rebeldías que se enfrentan, con éxito o sin él, a las arbitrariedades
de los poderosos. Sensibilidades construidas con las propias experiencias
familiares, con los miles de folletines estilizadores de la sensibilidad
romántica de Victor Hugo, con el Martín Fierro, con Chaplin, encuentran una
potente afinidad de sentimientos en la épica y la consecuencia de las madres y
abuelas de plaza de mayo, derribando barreras culturales, políticas y sociales. Y
tal vez estas mujeres cumpliendo el
papel civilizatorio de hacer ver la
barbarie estatal<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: "helvetica" , "arial" , sans-serif; font-size: 14px; white-space: pre-wrap;"> </span><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: "helvetica" , "arial" , sans-serif; white-space: pre-wrap;"><span style="font-size: x-small;">como formas nefastas de la condición humana</span></span>, construyeron
algo así como un humus potencialmente habilitador
de una base moral común, que quizás puede revivir ante situaciones particulares,
aún en el mundo de la sobrevivencia de los mejores.<br />
<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-15197554508436617552017-03-25T09:06:00.003-07:002017-03-25T09:06:44.880-07:00CARTA ABIERTA DE UN ESCRITOR A LA JUNTA MILITAR<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhy9BXMPPlyqoB7eW7yAAhCzPWhYv0JCdBWAKpb7Ld4vHRTEui06stgrlAea8qo3F47aw3F2NJde6O0WbMVdsdk-EO-_itrNThF2AZHeSYM-qdwD4qd0slNuy1tckjBvnX4sR6fKJM4HKDO/s1600/DSC03986.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhy9BXMPPlyqoB7eW7yAAhCzPWhYv0JCdBWAKpb7Ld4vHRTEui06stgrlAea8qo3F47aw3F2NJde6O0WbMVdsdk-EO-_itrNThF2AZHeSYM-qdwD4qd0slNuy1tckjBvnX4sR6fKJM4HKDO/s640/DSC03986.JPG" width="480" /></a></div>
<br />
<span style="font-size: xx-small;">Imágen. Huella de Rodas, Pomarola Talk, 2016</span><br />
<br />
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 10.5pt; margin: 0cm 0cm 9.25pt 2pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">CARTA ABIERTA DE UN ESCRITOR A LA
JUNTA MILITAR</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 13pt 9pt 2pt; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">1.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">La censura de prensa, la persecuci</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ón a intelectuales, el
allanamiento de<br />
mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la perdida de una<br />
hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a<br />
esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente<br />
como escritor y periodista durante casi treinta años.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 13pt 9pt 2pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">El primer aniversario de esta Junta
Militar ha motivado un balance de la<br />
acci</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ón de gobierno en
documentos y discursos oficiales, donde lo que<br />
ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son<br />
crímenes y lo que omiten son calamidades.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 13pt 9pt 2pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">El 24 de marzo de 1976 derrocaron
ustedes a un gobierno del que formaban<br />
parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su pol</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ítica<br />
represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para<br />
nueve meses más tarde.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 13pt 9pt 2pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">En esa perspectiva lo que ustedes
liquidaron no fue el mandato transitorio<br />
de Isabel Mart</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ínez sino la posibilidad
de un proceso democrático donde el<br />
pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 13pt 9pt 2pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Ileg</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ítimo en su origen, el
gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en<br />
los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones<br />
de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como<br />
expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de<br />
ese "ser nacional" que ustedes invocan tan a menudo.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 13pt 9pt 2pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Invirtiendo ese camino han restaurado
ustedes la corriente de ideas e<br />
intereses de mino</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">rías derrotadas que
traban el desarrollo de las fuerzas<br />
productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 13pt 8.8pt 2pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Una pol</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ítica semejante solo
puede imponerse transitoriamente prohibiendo<br />
los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e<br />
implantando el terror más profundo que ha
conocido la sociedad argentina.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.6pt; margin: 0cm 13pt 9.2pt 2pt; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">2.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Quince mil desaparecidos, diez mil
presos, cuatro mil muertos, decenas<br />
de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 13pt 9.2pt 2pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Colmadas las c</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">árceles ordinarias,
crearon ustedes en las principales<br />
guarniciones del país virtuales campos de
concentración donde no entra<br />
ningún juez, abogado, periodista, observador
internacional.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.1pt; margin: 0cm 13pt 0.0001pt 2pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">El secreto militar de los
procedimientos, invocado como necesidad de la<br />
investigaci</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ón, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que<br />
permiten la tortura sin límite y el
fusilamiento sin juicio. (1)</span><br clear="all" style="mso-special-character: line-break; page-break-before: always;" />
<o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 9pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">M</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ás de siete mil recursos
de habeas corpus han sido contestados<br />
negativamente este ultimo ano. En otros miles de casos de desaparición el<br />
recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su<br />
inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después<br />
que los cincuenta o sesenta que lo hacían
fueron a su turno secuestrados.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 9pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">De este modo han despojado ustedes a
la tortura de su l</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ímite en el tiempo.<br />
Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en<br />
diez días según
manda una ley que fue respetada aun en las cumbres<br />
represivas de anteriores dictaduras.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 9pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">La falta de l</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ímite en el tiempo ha
sido complementada con la falta de límite<br />
en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó
directamente sobre<br />
las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares<br />
quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos.<br />
El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores<br />
medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el<br />
"submarino", el soplete de las actualizaciones contemporáneas. (2)</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 9.2pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Mediante sucesivas concesiones al
supuesto de que el fin de exterminar a la<br />
guerrilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la<br />
tortura absoluta, intemporal, metaf</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ísica en la medida que
el fin original de<br />
obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la<br />
administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta<br />
quebrarla y hacerle perder la dignidad, que perdió el verdugo, que ustedes<br />
mismos han perdido.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.1pt; margin: 0cm 11pt 8.8pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">3. La negativa de esa Junta a publicar
los nombres de los prisioneros es<br />
asimismo la cobertura de una sistem</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ática ejecución de rehenes en lugares<br />
descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados<br />
combates e imaginarias tentativas de fuga.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 9pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Extremistas que panfletean el campo,
pintan acequias o se amontonan de a<br />
diez en veh</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ículos que se incendian
son los estereotipos de un libreto que no<br />
está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante<br />
ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de<br />
represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las<br />
acciones guerrilleras.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 0.0001pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Setenta fusilados tras la bomba en
Seguridad Federal, 55 en respuesta a la<br />
voladura del Departamento de Polic</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ía de La Plata, 30 por
el atentado en el<br />
Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año
Nuevo que siguió a la<br />
muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la<br />
comisaría de Ciudadela, forman parte de 1.200
ejecuciones en 300</span><br clear="all" style="mso-special-character: line-break; page-break-before: always;" />
<o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 6pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">supuestos combates donde el oponente
no tuvo heridos y las fuerzas a su<br />
mando no tuvieron muertos. (3)</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 6pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">El remate de guerrilleros heridos o
capturados en combates reales es<br />
asimismo una evidencia que surge de los comunicados militares que en un<br />
ano atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y solo 10 o 15 heridos,<br />
proporci</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ón desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión<br />
es confirmada por un muestreo periodístico de
circulación clandestina que<br />
revela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en<br />
40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y<br />
la guerrilla 63 muertos.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 6pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">M</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ás de cien procesados
han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga<br />
cuyo relato oficial tampoco está destinado a
que alguien lo crea sino a<br />
prevenir a la guerrilla y los partidos de que aun los presos reconocidos son<br />
la reserva estratégica de las represalias de
que disponen los Comandantes<br />
de Cuerpo según la marcha de los combates, la
conveniencia didáctica, el<br />
humor del momento.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 6pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">As</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">í ha ganado sus laureles
el general Benjamín Menéndez, jefe del Tercer<br />
Cuerpo del Ejército, antes del 24 de marzo con
el asesinato de Marcos<br />
Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca<br />
Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de<br />
fuga, ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor. (4) El asesinato de Dardo<br />
Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros<br />
siete prisioneros en jurisdicción del Primer
Cuerpo de Ejército que manda el<br />
general Suarez Mason, revela que estos episodios no son desbordes de<br />
algunos centuriones alucinados sino la política
misma que ustedes planifican<br />
en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen<br />
como comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de<br />
la Junta de Gobierno.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 6pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">4. Entre mil quinientas y tres mil
personas han sido masacradas en secreto<br />
despu</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">és que ustedes
prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres
que<br />
en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países,<br />
por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias<br />
fuerzas. (5)</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 0.0001pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Veinticinco cuerpos mutilados
afloraron entre marzo y octubre de 1976 en<br />
las costas uruguayas, peque</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ña parte quizás del cargamento de torturados<br />
hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de
la Armada, fondeados en el<br />
Rio de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años,<br />
Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, "con lastimaduras en la región<br />
anal y fracturas visibles" según su
autopsia. Un verdadero cementerio</span><br clear="all" style="mso-special-character: line-break; page-break-before: always;" />
<o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 16pt 6pt 2pt; text-align: justify;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">lacustre descubri</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ó en agosto de 1976 un
vecino que buceaba en el lago San<br />
Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no
le recibieron la denuncia<br />
y escribió a los diarios que no la publicaron.
(6)</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 6pt 2pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Treinta y cuatro cad</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">áveres en Buenos Aires
entre el 3 y el 9 de abril de<br />
1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Lujan el 9 de octubre,<br />
sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a<br />
15 kilometros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 6.2pt 2pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">En esos enunciados se agota la ficci</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ón de bandas de derecha,
presuntas<br />
herederas de las 3 A de Lopez Rega, capaces de atravesar la mayor<br />
guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río<br />
de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la 1<sup>a<br />
</sup>Brigada Aerea (7), sin que se enteren el general Videla, el almirante<br />
Massera o el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que<br />
ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre "violencias de
distintos<br />
signos" ni el arbitro justo entre "dos terrorismos", sino la
fuente misma del<br />
terror que ha perdido el rumbo y solo puede balbucear el discurso de la<br />
muerte. (8)</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.1pt; margin: 0cm 11pt 5.8pt 2pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">La misma continuidad hist</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">órica liga el asesinato
del general Carlos Prats,<br />
durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan<br />
José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz y
decenas de asilados,<br />
en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos<br />
en Chile, Bolivia y Uruguay. (9)</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 6pt 2pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">La segura participaci</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ón en esos crímenes del Departamento de Asuntos<br />
Extranjeros de la Policía Federal, conducido
por oficiales becados de la CIA a<br />
través de la AID, como los comisarios Juan
Gattei y Antonio Gettor,<br />
sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station<br />
Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las<br />
que hoy sacuden a la comunidad internacional, que no han de agotarse<br />
siquiera cuando se esclarezca el papel de esa agencia y de altos jefes del<br />
Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la
Logia<br />
Libertadores de América, que reemplazo a las 3
A hasta que su papel global<br />
fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 11pt 0.0001pt 2pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Este cuadro de exterminio no excluye
siquiera el arreglo personal de<br />
cuentas como el asesinato del capit</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">án Horacio Gándara, quien desde hace<br />
una decada investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o del<br />
periodista de "Prensa Libre", Horacio Novillo, apuñalado y calcinado después<br />
que ese diario denuncio las conexiones del ministro Martínez de Hoz con<br />
monopolios internacionales.</span><br clear="all" style="mso-special-character: line-break; page-break-before: always;" />
<o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.1pt; margin: 0cm 30pt 5.8pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">A la luz de estos episodios cobra su
significado final la definici</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ón de la<br />
guerra pronunciada por uno de sus jefes: "La lucha que libramos no<br />
reconoce límites morales ni naturales, se
realiza más allá del bien y del<br />
mal". (10)</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 1pt 6pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">5. Estos hechos, que sacuden la
conciencia del mundo civilizado, no son sin<br />
embargo los que mayores sufrimientos han tra</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ído al pueblo argentino
ni las<br />
peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la<br />
política económica
de ese gobierno debe buscarse no solo la explicación de<br />
sus crímenes sino una atrocidad mayor que
castiga a millones de seres<br />
humanos con la miseria planificada.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 1pt 6pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">En un a</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ño han reducido ustedes
el salario real de los trabajadores al 40 %,<br />
disminuido su participación en el ingreso
nacional al 30 %, elevado de 6 a<br />
18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta<br />
familiar (11), resucitando así formas de
trabajo forzado que no persisten ni<br />
en los últimos reductos coloniales.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 1pt 6pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Congelando salarios a culatazos
mientras los precios suben en las puntas de<br />
las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamaci</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ón colectiva,
prohibiendo<br />
asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la<br />
desocupación al record del 9 % (12) y
prometiendo aumentarla con<br />
300.000 nuevos despidos, han retrotraído las
relaciones de producción a los<br />
comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido<br />
protestar los han calificado de subversivos, secuestrando cuerpos enteros<br />
de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no<br />
aparecieron. (13)</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 1pt 6pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Los resultados de esa pol</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ítica han sido
fulminantes. En este primer año de<br />
gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40 %, el de ropa más<br />
del 50 %, el de medicinas ha desaparecido prácticamente
en las capas<br />
populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil<br />
supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las<br />
Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la<br />
rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como<br />
si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el<br />
presupuesto de la salud pública a menos de un
tercio de los gastos<br />
militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de<br />
médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo
provocado por el<br />
terror, los bajos sueldos o la "racionalizacion".</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 1pt 0.0001pt; text-align: justify;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Basta andar unas horas por el Gran
Buenos Aires para comprobar la rapidez<br />
con que semejante pol</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ítica la convierte en
una villa miseria de diez millones<br />
de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las</span><br clear="all" style="mso-special-character: line-break; page-break-before: always;" />
<o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 14pt 9pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">industrias monop</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ólicas saquean las napas
subterráneas, millares de cuadras<br />
convertidas en un solo bache porque ustedes solo pavimentan los barrios<br />
militares y adornan la Plaza de Mayo, el río más grande del mundo<br />
contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de<br />
Hoz arrojan en el sus residuos industriales, y la única medida de gobierno<br />
que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 14pt 9pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Tampoco en las metas abstractas de la
econom</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ía, a las que suelen
llamar<br />
"el país", han sido ustedes más afortunados. Un descenso del producto<br />
bruto que orilla el 3 %, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por<br />
habitante, una inflación anual del 400 %, un
aumento del circulante que en<br />
solo una semana de diciembre llego al 9 %, una baja del 13 % en la<br />
inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la<br />
fría deliberación y la cruda inepcia.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 14pt 9pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Mientras todas las funciones creadoras
y protectoras del Estado se atrofian<br />
hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve aut</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ónoma.<br />
Mil ochocientos millones de dólares, que
equivalen a la mitad de las<br />
exportaciones argentinas, presupuestados para Seguridad y Defensa en<br />
1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en<br />
la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero<br />
industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se<br />
elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120 %,<br />
prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y<br />
de la muerte, único campo de la actividad
argentina donde el producto<br />
crece y donde la cotización por guerrillero
abatido sube más rápido que el<br />
dólar.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 14pt 9pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">6. Dictada por el Fondo Monetario
Internacional seg</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ún una receta que se<br />
aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política<br />
económica de esa Junta solo reconoce como
beneficiarios a la vieja<br />
oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de<br />
monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las<br />
automotrices, la U.S. Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente<br />
el ministro Martínez de Hoz y todos los
miembros de su gabinete. Un<br />
aumento del 722 % en los precios de la producción
animal en 1976 define<br />
la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez
de Hoz<br />
en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su<br />
presidente Celedonio Pereda: "Llena de asombro que ciertos grupos<br />
pequeños pero activos sigan insistiendo en que
los alimentos deben ser<br />
baratos". (14)</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 14pt 0.0001pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">El espect</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">áculo de una Bolsa de
Comercio donde en una semana ha sido<br />
posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento,</span><br clear="all" style="mso-special-character: line-break; page-break-before: always;" />
<o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 13pt 9pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">d</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ónde hay empresas que de
la noche a la mañana duplicaron su capital sin<br />
producir más que antes, la rueda loca de la
especulación en dólares, letras,<br />
valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son<br />
hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía
a acabar con el "festín de<br />
los corruptos". Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito<br />
nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la<br />
Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las<br />
bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso,<br />
rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o<br />
Singapur y desocupación en la Argentina.
Frente al conjunto de esos hechos<br />
cabe preguntarse quienes son los apátridas de
los comunicados oficiales,<br />
donde están los mercenarios al servicio de
intereses foráneos, cual es la<br />
ideología que amenaza al ser nacional.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 13pt 9.2pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Si una propaganda abrumadora, reflejo
deforme de hechos malvados, no<br />
pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los<br />
derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aun cab</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ría pedir<br />
a los señores Comandantes en Jefe de las 3
Armas que meditaran sobre el<br />
abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aun<br />
si mataran al último guerrillero no haría más que empezar bajo nuevas<br />
formas, porque las causas que hace más de
veinte años mueven la<br />
resistencia del pueblo argentino no estarán
desaparecidas sino agravadas<br />
por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades<br />
cometidas.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.1pt; margin: 0cm 13pt 0.95pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Estas son las reflexiones que en el
primer aniversario de su infausto<br />
gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin<br />
esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al<br />
compromiso que asum</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">í hace mucho tiempo de
dar testimonio en momentos<br />
difíciles.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 25.2pt; margin: 0cm 13pt 31.9pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Rodolfo Jorge Walsh. - C.I. 2845022<br />
Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 13pt 9pt 1pt; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">1<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Desde enero de 1977 la Junta empez</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ó a publicar nominas
incompletas de<br />
nuevos detenidos y de "liberados" que en su mayoría no son tales sino<br />
procesados que dejan de estar a su disposición
pero siguen presos. Los<br />
nombres de millares de prisioneros son aun secreto militar y las condiciones<br />
para su tortura y posterior fusilamiento permanecen intactas.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 13pt 0.0001pt 1pt; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">2<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">El dirigente peronista Jorge Lizaso
fue despellejado en vida; un ex<br />
diputado radical, Mario Amaya, muerto a palos, el ex diputado Mu</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ñiz</span><br clear="all" style="mso-special-character: line-break; page-break-before: always;" />
<o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 12pt 9.9pt 1pt;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Barreto, desnucado de un golpe.
Testimonio de una sobreviviente: "Picana<br />
en los brazos, las manos, los muslos, cerca de la boca cada vez que lloraba<br />
o rezaba... Cada veinte minutos ab</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">rían la puerta y me decían que me iban a<br />
hacer fiambre con la máquina de sierra que se
escuchaba".</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 10.5pt; margin: 0cm 0cm 9.25pt 1pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">3<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">"Cadena Informativa",
mensaje N° 4, febrero de 1977.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 12pt 6pt 1pt; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">4<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Una versi</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ón exacta aparece en
esta carta de los presos en la Cárcel de<br />
Encausados al obispo de Córdoba, monseñor Primatesta: "El 17 de mayo<br />
son retirados con el engaño de ir a la enfermería seis compañeros que
luego<br />
son fusilados. Se trata de Miguel Angel Mosse, Jose Svaguza, Diana<br />
Fidelman, Luis Veron, Ricardo Yung y Eduardo Hernandez, de cuya muerte<br />
en un intento de fuga informo el Tercer Cuerpo de Ejército. El 29 de mayo<br />
son retirados Jose Puchet, y Carlos Sgadurra. Este último había sido<br />
castigado al punto de que no se podía mantener
en pie, sufriendo varias<br />
fracturas de miembros. Luego aparecen también
fusilados en un intento de<br />
fuga".</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 12pt 0.0001pt 1pt; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">5<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">En los primeros 15 d</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ías de gobierno militar
aparecieron 63 cadáveres,<br />
según los diarios. Una proyección anual da la cifra de 1.500. La presunción<br />
de que puede ascender al doble se funda en que desde enero de 1976 la<br />
información periodística era incompleta y en el aumento global de la<br />
represión después del golpe. Una estimación global
verosímil de las muertes<br />
producidas por la Junta es la siguiente. Muertos en combate: 600.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 0cm 5.8pt 1pt; text-align: justify;">
<span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Fusilados: 1.300. Ejecutados en
secreto: 2.000. Varios: 100. <span lang="EN-US">Total:
4.000.</span></span><span lang="EN-US"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.6pt; margin: 0cm 12pt 6.4pt 1pt; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">6<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Carta de Isafas Zanotti, difundida por
ANCLA, Agencia Clandestina de<br />
Noticias.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.1pt; margin: 0cm 12pt 5.8pt 1pt; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">7<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">"Programa" dirigido entre
julio y diciembre de 1976 por el brigadier<br />
Mariani, jefe de la Primera Brigada Aerea del Palomar. <span lang="EN-US">Se usaron<br />
transportes Fokker F-27.</span></span><span lang="EN-US"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 12pt 6pt 1pt; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">8<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">El canciller vicealmirante Guzzeti en
reportaje publicado por "La Opinion"<br />
el 3-10-76 admiti</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ó que "el
terrorismo de derecha no es tal" sino "un<br />
anticuerpo".</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 12pt 0.0001pt 1pt; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">9<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">El general Prats, ultimo ministro de Ejercito
del presidente Allende,<br />
muerto por una bomba en setiembre de 1974. Los ex parlamentarios<br />
uruguayos Michelini y Gutierrez Ruiz aparecieron acribillados el 2-5-76. El<br />
c</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">adáver del general
Torres, ex presidente de Bolivia, apareció el
2-6-76,<br />
después que el ministro del Interior y ex jefe
de Policía de Isabel Martínez,<br />
general Harguindeguy, lo acusó de
"simular" su secuestro.</span><br clear="all" style="mso-special-character: line-break; page-break-before: always;" />
<o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.1pt; margin: 0cm 12pt 8.8pt 1pt; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">10<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Teniente Coronel Hugo Ildebrando
Pascarelli, segun "La Razon" del 12-6-<br />
76. Jefe del Grupo I de Artille</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">ría de Ciudadela.
Pascarelli es el presunto<br />
responsable de 33 fusilamientos entre el 5 de enero y el 3 de febrero de<br />
1977.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 12pt 12.9pt 1pt; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">11<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Union de Bancos Suizos, dato
correspondiente a junio de 1976. Despu</span><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">és<br />
la situación se agravó aún más.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 10.5pt; margin: 0cm 0cm 9.25pt 1pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">12<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT"><span lang="EN-US">Diario "Cla</span><span lang="EN-US">rín".</span></span><span lang="EN-US"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 15.35pt; margin: 0cm 12pt 12.9pt 1pt; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">13<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT">Entre los dirigentes nacionales
secuestrados se cuentan Mario Aguirre de<br />
ATE, Jorge Di Pasquale de Farmacia, Oscar Smith de Luz y Fuerza. Los<br />
secuestros y asesinatos de delegados han sido particularmente graves en<br />
metalurgicos y navales.</span><o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 10.5pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 1pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="EN-US">14<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span class="MSGENFONTSTYLENAMETEMPLATEROLEMSGENFONTSTYLENAMEBYROLETEXT"><span lang="EN-US">"Prensa Libre", 16-12-76.</span></span><span lang="EN-US"><o:p></o:p></span></div>
Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-51056532240769568592017-01-23T10:41:00.001-08:002017-01-23T10:41:18.625-08:00Profesor Félix Schuster<br />
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">Murió un profesor de la Universidad de Buenos Aires. Quizás sea ese el título más honorable con que le hubiese gustado lo mencionaran a Félix Schuster. Para un hombre que hizo de su práctica en distintas aulas y fuera de ellas un ritual de relación productiva con distintas zonas del conocimiento universal, para quien como heredero de la gran tradición de la universidad pública argentina se implicó ocupando altos cargos en su gobierno, para quien- tal como lo recuerdan varias generaciones de estudiantes- ponía en el mismo lugar de interlocutor válido tanto a un principiante de introducción a la filosofía como a un posgraduado, es bastante probable que las otras legítimas distinciones que portaba puedan quedar a un costado a la hora de las caracterizaciones fuertes.</span><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br /></span><br />
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">Como otros argentinos de su generación es una de las posibles expresiones del complejo país aluvional. Apenas dos generaciones atrás está el inmigrante que llegó a la colonia judía del oeste de la provincia de Buenos Aires. Las duras tareas del campo para quienes no habían sido antes campesinos no eran obstáculo para frenar una voluntad de integración en donde la educación cumplía un papel fundamental. La colonia Mauricio Hirsch, seguramente como parte del relato familiar, algunos mínimos recuerdos de infancia de una farmacia de su padre en el pueblo de Pehuajó, formaron parte de la memoria intergeneracional que recordaba la relativa movilidad social ascendente facilitada por la existencia de la educación pública. Y quizás no es muy arriesgado suponer que la pasión de Felix Schuster por la enseñanza o, mejor, por la democratización del conocimiento, tenga que ver con una particular apropiación sensible de esa historia de migrantes que está ahí nomás en el árbol genealógico.</span><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br /></span><br />
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">En verdad, mi autoridad para sostener estas afirmaciones no se diseña a partir de una larga amistad, ni de mi potencial condición de estudiante de Félix, que lo podría haber sido como varios compañeros generacionales, sino de pequeños encuentros, que no obstante creo tienen una especial significación. Porque quizás hay situaciones, por efímeras que sean, que permiten conocer sin vueltas la sensibilidad del otro. El origen de estos encuentros tiene que ver con una simple y pequeña historia. A fines de los años veinte del siglo XX en la escuela N 1 de Carlos Casares mi madre tuvo como maestra de aquellas que se recuerdan toda la vida, a una tía de Félix. Cuando a través de su hijo Federico le hice saber de estos hilos que nos conectaban- aunque mínimamente- con ese otro tiempo, no hubo ocasión en que nos encontrásemos en la que no tuviésemos una charla sobre ese mundo que tanto él como yo conocíamos solo través de relatos orales del mundo familiar. En cada una de las despedidas de estos encuentros que podían ser en el intermedio de una reunión, en un congreso, o en las aulas de Filosofía y letras o de Ciencias Sociales, Félix me repetía con un afecto que no podía ser más sincero: un saludo afectuoso a tu mamá. El no conocía a mi madre, pero eso no importaba. El afecto era real y tenía que ver con un mundo más imaginado que vivido, pero que irremediablemente forma parte de la historia personal. Y sobre todo creo que había algo de reconstrucción de un pasado que posibilitaba un recuerdo amable y quizás la imaginación de un mismo camino en el recuerdo de la joven hija del colono convertida en maestra que había dejada su marca de educadora transcurridos más de setenta años. De alguna manera nos conectaba una historia casi fundacional de desposeídos inmigrantes de las zonas rurales tradicionales de argentina, de países limítrofes, de la europa pobre y con esperanzas de progreso que llegaban de distintas maneras a la pampa argentina y algunos de ellos ( quizás los de origen más integrado)pudieron hacer coincidir la voluntad de mejoramiento de las condiciones de vida con estructuras educativas extendidas que posibilitaron la realización de esa voluntad. Con toda la complejidad que una mirada aguda del presente encuentra en ellas, esas estructuras educativas tuvieron una arrolladora fuerza democrática.</span><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br /></span><br />
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">Yo imagino que en muchos que hicieron ese recorrido intergeneracional hay elementos de una sensibilidad que comprende que no hay esfuerzos individuales que valgan, si no hay deseos colectivos y estructuras que posibiliten su cumplimiento. Y digo una sensibilidad, porque es precisamente eso: una experiencia sensible que puede incorporarse y de hecho lo hace a distintas miradas políticas e ideológicas. Y cuando esa sensibilidad impregna de manera fuerte la biografía personal se transforma en experiencia práctica. De esa manera se manifestaba en Felix Schuster, otorgándole a su práctica de formador un sentido trascendente. Impidiendo que el prestigio se transforme en un obstáculo para el diálogo mano a mano, en la preocupación porque se leyese tal o cual libro; en el acompañamiento minucioso, entonces, de las trayectorias de sus estudiantes.</span><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br /></span><br />
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">En momentos en que la educación se intenta convertir en un bien transable, en que la academia oscila entre la burocratización y la pérdida de autonomía transformando la carrera en un fin en sí mismo, es bueno apropiarse de estas sensibilidades, como las que informaron la experiencia práctica de este viejo profesor. Y por supuesto no como un recuerdo nostálgico, sino para imbricarlo con nuestras propias experiencias. En la lucha por la reinvención de la universidad pública habrá que descartar y transformar prácticas, pero sin lugar a dudas que en la construcción de una perspectiva radicalmente democrática en que el alto nivel académico esté guiado por una mirada política que piensa en la propia sociedad, deben incorporarse sensibilidades que confronten con la concepción de cultura como cultura cosa, como instrumento de distinción. Sensibilidades, que propongan una relación vital con el conocimiento, y que conciban entonces la cultura como modus operandi, como instrumento de libertad. Una sensibilidad, en fin, como la que consecuentemente supo actualizar en cada momento de su práctica cotidiana el profesor Felix Schuster.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">L.R.</span>Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-48152375944967994392017-01-16T15:51:00.001-08:002017-01-16T15:53:13.818-08:00La justicia social en la era de las “políticas de identidad”: redistribución, reconocimiento y participación”<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFcHN_Jo3jl2478U-Qw3U2plCZHNWJR_Jn3SS30hj1daRa7BmZpSmugqEejRvcSveC0QaPWK_tu8zZ5E4s5aWQEk6tq7zIPMwPmBQmrLlNNjtcZWxTOCl_A1pBEP8uKUhvG4k1RuANWpbh/s1600/IMG_2612.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFcHN_Jo3jl2478U-Qw3U2plCZHNWJR_Jn3SS30hj1daRa7BmZpSmugqEejRvcSveC0QaPWK_tu8zZ5E4s5aWQEk6tq7zIPMwPmBQmrLlNNjtcZWxTOCl_A1pBEP8uKUhvG4k1RuANWpbh/s640/IMG_2612.JPG" width="480" /></a></div>
<br />
Imágen Sin título Pomarola Talk 2013<br />
<div class="MsoNormal">
<b><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"><br /></span></b>
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12pt;">Publicado en Apuntes de Investigación Nº 2/3, mayo 1998 Buenos Aires</span><br />
<b><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">La
justicia social en la era de las “políticas de identidad”<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[1]</span></b></span><!--[endif]--></span></a>:
redistribución, reconocimiento y participación”</span></b><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"><o:p></o:p></span><br />
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Nancy
Fraser</span><a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn2" name="_ftnref2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-MX" style="font-family: "symbol"; font-size: 12.0pt;">*</span></span></a><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-size: xx-small;">Traducción:
Ernesto Funes</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">En el mundo de hoy, los reclamos de justicia
social parecen agruparse crecientemente en dos tipos. Los primeros y más
familiares son los reclamos redistributivos, que buscan un reparto más justo de
recursos y bienes. Los ejemplos incluyen reclamos por redistribución del Norte
hacia el Sur, de los ricos hacia los pobres, o de los propietarios hacia los trabajadores.
A decir verdad, el reciente resurgimiento del pensamiento de libre mercado ha
puesto a la defensiva a los propulsores de la redistribución. A pesar de ello,
los reclamos por una redistribución igualitaria han constituido el caso
paradigmático para la mayor parte de la teoría en torno de la justicia social
en los últimos 150 años.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn3" name="_ftnref3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Hoy sin embargo encontramos cada vez más
frecuentemente un segundo tipo de reclamo de justicia social constituido por
las “políticas del reconocimiento”. En este caso, el objetivo, en su forma más
plausible, es un mundo que acepte las diferencias, en el que la asimilación a
las normas culturales dominantes o de la mayoría ya no sea el precio a pagar
por un respeto equitativo. Los ejemplos incluyen reclamos por el reconocimiento
de las distintas perspectivas de las minorías étnicas, raciales o sexuales, así
como las diferencias de género. Más aún, este tipo de reclamo atrajo
recientemente el interés de los filósofos políticos, algunos de quienes están
tratando de desarrollar un nuevo paradigma de justicia que se centre en el
reconocimiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Nos vemos enfrentados entonces a una nueva
constelación. El discurso de la justicia social, otrora centrado en torno de la
distribución, está ahora dividido cada vez más entre los reclamos por
redistribución, por un lado, y los reclamos por reconocimiento, por el otro.
Asimismo, los reclamos por reconocimiento tienden a predominar cada vez más. La
caída del comunismo, el surgimiento de la ideología del libre mercado, el
ascenso de las “políticas de identidad” tanto en sus formas fundamentalistas
como progresistas, todos estos desarrollos han contribuido a desplazar – sino a
extinguir – las políticas de redistribución.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">En esta nueva constelación, los dos tipos de
reclamos de justicias se hallan disociados unos de otros tanto intelectual como
prácticamente. En el interior de algunos movimientos sociales, por ejemplo el
feminismo, las tendencias que consideran que la redistribución es el remedio
para eliminar la dominación masculina se han distanciado progresivamente de las
tendencias que, por el contrario, consideran que la solución pasa por el
reconocimiento. Lo mismo se aplica a la academia estadounidense, en la que los
teorizadores del feminismo social y los del feminismo cultural mantienen una
coexistencia incómoda y distanciada. El caso feminista ejemplifica una
tendencia más general en los Estados Unidos (y en otras partes también) a
separar las políticas de la diferencia (en el ámbito de lo cultural) de las
políticas de la igualdad (en el ámbito de lo social).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Más aún, en algunos casos la disociación ha
devenido polarización. Algunos defensores de la redistribución rechazan en
forma categórica las políticas de reconocimiento; conciben los reclamos por el
reconocimiento de la diferencia como “falsa conciencia”, como un obstáculo en
la persecución de la justicia social.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn4" name="_ftnref4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Por el contrario, algunos defensores del reconocimiento celebran el eclipse
relativo de las políticas de redistribución; entienden las políticas
distributivas como parte de un materialismo fuera de moda que no puede
articular ni cambiar las experiencias de injusticia más importantes.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn5" name="_ftnref5" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></a>
En estos casos, en efecto, se nos presenta una cuestión que se construye como
una alternativa excluyente: ¿redistribución o reconocimiento? ¿Políticas de
clase o políticas de identidad? ¿Multiculturalismo o igualdad social?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Estas son, a mi juicio, antítesis falsas. Mi
tesis general es que la justicia en la actualidad requiere tanto de la
redistribución como del reconocimiento, y ninguno de ellos es suficiente por sí
solo. Tan pronto como uno acepta esta tesis, sin embargo, la pregunta sobre
cómo combinarlos se vuelve primordial. Mi argumento es el siguiente: los
aspectos emancipatorios de estas dos problemáticas deberían ser integrados en
un único marco comprensivo. En teoría, la tarea consiste en desarrrollar una
concepción “bivalente” de la justicia que pueda contener tanto reclamos de
igualdad social como de reconocimiento de la diferencia que resulten
defendibles. En la práctica, la tarea consiste en diseñar una orientación
política programática que integre lo mejor de las políticas de redistribución
con lo mejor de las políticas de reconocimiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Desarrollaré mi argumento en tres etapas.
Primero, me propongo bosquejar los puntos centrales de contraste entre los dos
paradigmas políticos, tal como son comprendidos actualmente. En segundo lugar,
problematizaré la actual disociación del uno respecto del otro, introduciendo
un caso de injusticia que no puede ser solucionado por ninguno de ellos por
separado, sino que requiere de su integración. Finalmente, consideraré algunas
cuestiones filosófico-normativas que aparecen cuando consideramos la
integración de la redistribución y el reconocimiento en un mismo marco
comprensivo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">¿Redistribución
o reconocimiento?<o:p></o:p></span></i></b></div>
<h1>
<span lang="ES-MX">Anatomía de una antítesis falsa<o:p></o:p></span></h1>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Comienzo por una cuestión terminológica: el
paradigma de la redistribución, a mi entender, contiene no sólo orientaciones
centradas en la clase tales como el liberalismo del <i>New Deal</i>, la social democracia y el socialismo, sino también
aquellas formas del feminismo y del antirracismo que consideran que la
transformación o a la reforma socioeconómica constituyen el remedio para la
injusticia de género y racial-étnica. Por lo tanto, adopta un alcance más amplio
que las políticas de clase en su sentido convencional. El paradigma del
reconocimiento, por el contrario, comprende no sólo movimientos orientados a
revalorizar las identidades injustamente devaluadas – por ejemplo, el feminismo
cultural, en nacionalismo cultural negro y las políticas gay de identidad –
sino también las tendencias deconstructivas como las <i>queer politics<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn6" name="_ftnref6" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[5]</span></b></span><!--[endif]--></span></a></i>,
las políticas de “raza” de contenido crítico y el feminismo deconstructivo, que
rechazan el “esencialismo” de las políticas de identidad tradicionales. sí,
esta visión es más amplia que las políticas de identidad en su sentido
convencional.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">En general, entonces, rechazo la presunción
familiar acerca de que el paradigma de la redistribución centra su atención en
injusticias que caracteriza como socioeconómicas y que presume están enraizadas
en la estructura económica de la sociedad. Los ejemplos incluyen la
explotación, las privaciones y la marginación económica. El paradigma del
reconocimiento, por el contrario, entiende las injusticias en términos
culturales, lo que presupone su enraizamiento en patrones culturales de valor
institucionalizados en el orden estamental. Los ejemplos incluyen la dominación
cultural, el no-reconocimiento y la falta de respeto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Segundo, los dos enfoques proponen diferentes
tipos de remedios para la injusticia. En el paradigma de la redistribución, el
remedio para la injusticia es algún tipo de reestructuración económica. Esta
podría comprender la redistribución del ingreso, la reorganización de la
división del trabajo o la transformación de otras estructuras económicas
básicas. A pesar de que estos remedios difieren sustancialmente unos de otros,
me referiré a ellos por el término genérico de “redistribución”. En el
paradigma del reconocimiento, por el contrario, el remedio para la injusticia
lo constituye alguna forma de cambio cultural o simbólico. Este podría
involucrar una revalorización ascendente de las identidades menospreciadas, una
valorización positiva de la diversidad cultural o una deconstrucción de las
jerarquías de valor de modo tal de modificar las identidades de todos. A pesar
de que esto remedios también difieren sustancialmente unos de otros, me
referiré al conjunto de ellos con el término genérico de “reconocimiento”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Tercero, los dos paradigmas presuponen
diferentes concepciones de las colectividades que sufren injusticias. En el
paradigma de la redistribución, los sujetos colectivos de la injusticia son
clases o colectividades cuasi clasísticas, definidas económicamente por una
relación distintiva con la estructura económica de la sociedad. El ejemplo
clásico en el paradigma marxista es la clase trabajadora explotada.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn7" name="_ftnref7" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></a>
No obstante, esta concepción también puede abarcar otros casos, por ejemplo,
grupos radicalizados que pueden definirse económicamente, digamos, como una
“infraclase”<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn8" name="_ftnref8" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></a>,
excluidos en gran medida del trabajo asalariado continuo y considerados
superfluos e indignos de ser explotados. Cuando la noción de economía se amplía
de tal manera que comprende el trabajo no asalariado, entonces incluso los
grupos categorizados como de género quedan comprendidos dentro de él.
Finalmente, también están incluidos los agrupamientos de definición compleja
que aparecen cuando teorizamos la economía política en términos de la
intersección de clase, “raza” y género.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">En el paradigma del reconocimiento, por el
contrario, las víctimas de las injusticias son más del tipo de los grupos de
estatus weberianos que de las clases en el sentido marxista. Estas víctimas no
se definen en términos de las relaciones de producción, sino, sobre todo, de
las relaciones de reconocimiento; se distinguen por el prestigio, el honor y la
estima menor de los que gozan en relación con otros grupos que conforman la
sociedad. El clásico ejemplo en el paradigma weberiano es el grupo étnico de
baja condición, cuyos miembros son
señalados como diferentes y menos dignos por los patrones culturales de
interpreatción y valoración dominantes. No obstante, esta concepción también
abarca otros casos. Hoy en día las políticas de reconocimiento se han extendido
a gays y lesbianas, cuya sexualidad se interpreta como desviada y desvalorizada
en la cultura dominante; a los grupos racializados, señalados como diferentes y
de menor jerarquía; y a la smujeres, quienes son trivializadas, objetivizadas
sexualmente y menospreciadas en miles de formas. Finalmente, este concepto ha
sido extendido hasta abarcar la complejidad de asociaciones que resultan de
teorizar las relaciones de reconocimiento en términos de “raza”, genero y
sexualidad simultáneamente, como codigos culturales que se intersecan.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Se sigue de este razonamiento – y este es el
cuarto punto – que los dos enfoques presuponen distintas formas de entender las
diferencias grupales. El paradigma de la redistribución trata tales diferneicas
como diferenciales injustos que deben ser abolidos. El paradigma de
reconocimiento, en cambio, trata a las difernecias ya sea como variaciones
culturales que deberían celbrarse o como oposiciones jerárquics construidas
discursivamente que deberían deconstruirse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Crecientemente, y tal como señalé desde el
comienzo, los paradigmas de la redistribución y del reconocimiento se
consideran como alternativas mutuamente excluyentes. lgunos defensores del
primero rechazan las “políticas de identidad” por consdierarlas una distracción
contraproducente respecto de los problemas económicos reales, argumentando, en
efecto, que “es la economía, estúpido”.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn9" name="_ftnref9" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Alternativamente, algunos defensores de las políticas de reconocimiento
rechazan las políticas de redistribución ciegas a la diferencia por
asimilacionistas, argumentando en efecto que “es la cultura, estúpido”.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn10" name="_ftnref10" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Sin embargo, esta es una antítesis falsa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Clases
explotadas, sexualidades menoscabadas y colectividades bivalentes:<o:p></o:p></span></i></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> una crítica de la justicia trunca</span></i></b><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Imaginemos un espectro conceptual de diferentes
tipos de colectividades sociales. En un extremo se encuentran las formas de
colectividad que se ajustan al paradigma de la redistribución. En el otro
extremo están los tipos de colectividad que se ajustan al paradigma del
reconocimiento. En el medio están los casos que revisten cierta dificultad
porque se ajustan a los dos paradigmas simultáneamente.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn11" name="_ftnref11" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Consideremos primero el extremo
redistribucionista del espectro. En éste encontramos una forma típico-ideal de
colectividad cuya existencia está enteramente enraizada en la economía política
de la sociedad y no en su orden estamental. Así, todo tipo de injusticia
estructural que sufran sus miembros podrá rastrearse, en última instancia,
hasta la economía política. La raíz de la injusticia, así como su núcleo, será
la mala distribución socioeconómica, mientras que toda injusticia cultural
concomitante se derivará, en última instancia, de dicha raíz económica. En el
fondo, por lo tanto, el remedio requerido para corregir la injusticia habrá de
ser la redistribución político-económica, en lugar del reconocimiento cultural.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Un ejemplo que parece aproximarse a este modelo
típico-ideal es el proletariado explotado, tal como lo entiende el marxismo
ortodoxo y economicista. En esta concepción la diferenciación de clase es un
artefacto de una política económica injusta, y la injusticia es en el fondo una
cuestión de distribución. Los hombros del proletariado deben soportar una
proción indebida de las cargas sociales mientras que se les niega una porción
justa de los beneficios del sistema. En verdad, sus miembros también sufren
injusticias culturales muy serias, los “invisibles (y no tan invisibles)
agravios de clase”.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn12" name="_ftnref12" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Pero lejos de estar directamente enraizadas en un orden estamental
autónomamente injusto, dichas injusticias derivan de la economía política en la
medida en que proliferan las ideologías de la inferioridad de clase para
justificar la explotación. El remedio, en consecuencia, es la redistribución,
no el reconocimeinto. Lo último que el proletariado necesita es el
reconocimiento de su diferencia. Por el contrario, la única forma de remediar
la injusticia es reestructurar la política económica de modo tal que ésta
elimine al proletariado como grupo distintivo.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn13" name="_ftnref13" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Ahora consideremos el otro extremo del espectro
conceptual. En éste planteemos una forma típico-ideal de colectividad que se
ajuste al paradigma del reconocimiento. Una colectividad de este tipo está
enraizada enteramente en el orden estamental, como opuesto a la estructura
económica de la sociedad. Así, todas las injusticias estructurales que sufran
sus miembros podrán ser rastreadas, en última instancia, hasta el ámbito de los
patrones culturales de valor reinantes. La raíz de la injusticia, así como su
núcleo, será el des-conocimiento cultural, al tiempo que todas las pretendidas
injusticias económicas habrán de derivarse, en última instancia, de tal ráiz.
El remedio requerido para reparar la injusticias será el reconocimiento
cultural, y no la redistribución político-económica.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Un ejemplo que parece aproximarse a este tipo
ideal es la sexualidad menoscabada, entendida en términos del concepto
weberiano de estatus. Desde esta perspectiva, la diferenciación sexual está
enraizada en patrones de valor cultural institucionalizados. Por otra parte, la
injusticia del heterosxismo es en el fondo una cuestión de reconocimiento: las
normas que privilegian la heterosexualidad están institucionalizadas en la ley,
la medicina, las políticas sociales y los patrnes informales de la interacción
social. De resultas de ello, los gays y las lesbianas sufren agravios
específicos a su condición sexual, incluyendo la denigración y la agresión, la
exclusión de los derechos y los privilegios del matrimonio y la
paternidad/maternidad, las restricciones en sus derechos de expresión y
asociación, la ausencia de autonmía sxual, la degradación estereotípica de su
imagen en los medios, el acoso sexual y el desprecio en la vida cotidiana, así
como la negación de todos sus derechos legales y de sus protecciones
equitativas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Estos agravios son injusticias de
reconocimiento. En verdad, los gays y las lesbians también sufren graves
injusticias económicas: pueden ser sumariamente separados del trabajo y se les
niegan los beneficios del bienestar social fundados en la familia. No obstante,
lejos de estar directamente enraizados en la estructura económica, por el
contrario, estos perjuicios derivan de la institucionalización de un patrón
injusto de interpretación y valoración cultural. El remedio para la injusticia,
por consiguiente, es el reconocimiento, no la redistribución. Para superar la
homofobia y el heterosexismo es necesario modificar los patrones culturales de
valor institucionalizdos que privilegian la heterosexualidad y niegan el
respeto equitativo a los gays y las lesbianas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">De este modo, los problemas han sido planteados
correctamente en ls dos extremos de nuestro espectro conceptual. Cuando
tratamos con colectividades que se aproximan al tipo ideal de la clase
trabajadora explotada, nos enfrentamos con injusticias distributivas que
requieren remedios distributivos. Lo que se requiere es distribución. Cuando
tratmos con coelctividades que se aproximan al tipo idal de la sexualidad
menoscabada, por el contrario, nos enfrentamos a injusticias de des-reconocimiento
que requieren remedios de reconocimiento. Lo que se necesita <i>en estos casos</i> es reconocimiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Las cosas se vuelven más oscuras, sin embargo,
una vez que nos apartamos de los extremos, cuando planteamos un tipo de
colectividad que se localiza en el medio del espectro conceptual. Nos
enfrentamos aquí con una forma híbrida, que combina rasgos de la clase
explotada con rasgos de la sexualidad menoscabada. Llamaré a tal colectividad
una colectividad “bivalente”. Lo que la diferencia como colectividad son tanto
la estructura económica como el orden estamental de la sociedad. Cuando sea
subordinada u oprimida, por ende, sufrirá injusticias que podrán rastrearse
hasta la política económica y la cultura simultáneamente. Las colectividades
bivalentes, en suma, pueden sufrir tanto de mala distribución socioeconómica
como de des-reconocimiento sociocultural, <i>de
manera tal que ninguna de estas injusticias es un efecto indirecto de la otra,
sino que ambas son primarias y co-originarias</i>. En estos casos, ni las
políticas de redistribución ni las de reconocimiento por sí solas habrán de
bastar. Las colectividades bivalentes requieren de ambas a la vez.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Yo sostengo que el género es una colectividad
bivalente: ni simplemente una clase, ni simplemente un grupo estamental, sino
más bien un híbrido o una categoría que contiene rasgos de ambos tipos.
enraizado simultáneamente en la estructura económica y en el orden estamental
de la sociedad, el sexismo implica tanto una mala distribución como un
des-reconocimiento. En la economía oficial, el género organiza la división
estructural en “trabajos masculinos” y “trabajos femeninos”, al tiempo que
también organiza la división aún más profunda entre trabajo pago e impago. Como
resultado de ello, la estructura económica genera formas género-específicas de
mala distribución que sólo pueden ser remediadas con una política de
redistribución. Mientras tanto, en el orden estamental, el atrincheramiento de
normas androcéntricas privilegia rasgos asociados con la masculinidad, en tanto
que desacredita todo aquello codificado como “femenino”, paradigmáticamente –
pero no sólo – mujeres. Como resultado de esto, no sólo las mujeres, sino todos
los grupos de baja condición estamental, corren el riesgo de ser feminizados y,
de este modo, degradados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Al estar profundamente institucionalizados,
estos patrones de valor androcéntricos generan agravios de estatus
genérico-específicos, incluyendo la agresión sexual, la violencia doméstica, el
estereotipo mediático, el acoso sexual y la denegación de plenos derechos
legales y protecciones equitativas; daños que sólo pueden ser remediados por el
reconocimiento. Más aún, ninguna de estas dos dimensiones del sexismo es
enteramente un efecto indirecto de la otra. Ninguna puede ser corregida indirectamente
por medio de remedios orientados exclusivamente a resolver la otra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">El carácter bivalente del género arrasa con la
idea de una alternativa excluyente entre el paradigma de la redistribución y el
paradigma del reconocimiento. Aquí tenemos un eje en la injusticia que es un
compuesto tanto del estatus como de la clase; que abarca tanto injusticias de
mala distribución como de des-reconocimiento, cuyo rasgo distintivo es un
compuesto de diferenciales económicos y de distinciones construidas culturalmente.
Para remeidar la injusticia de género, por lo tanto, es necesario un enfoque
que contemple tanto la redistribución como el reconocimiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Asimismo, el género no es inusual en este
aspecto. La “raza” también es una modalidad bivalente de colectividad, un
compuesto de estatus y clase. Enraizadas simultáneamente en la estructura
económica y en el orden estamental de la sociedad, las injusticias del racismo
incluyen tanto la mala distribución como el des-reconocimiento. En lo
económico, la “raza” organiza divisiones estructurales entre trabajos pagos
serviles y no serviles, por un lado, y entre fuerza de trabajo explotable y
“superflua”, por el otro. De resultas de lo cual la structura económica genera
formas racialmente specífivas de mala distribución que sólo pueden ser
remediadas con un apolítica de redistribución. Al mismo tiempo, en el orden
estamental el atrincheramiento de normas racistas y eurocéntricas privilegia
rasgos asociados con la “condición blanca”, mientras que estigmatiza todo
aquello codificado como “negro”, “moreno” y “amarillo”, paradigmáticamente –
pero no sólo – gente de color. Cuando están profundamente institucionalizadas,
las normas racistas y eurocéntricas generan agravios de estatus
racial-específicos, tales como la violencia policial, el estereotipo mediático
y el hostigamiento en la vida cotidiana, que sólo pueden ser remediados por una
política de reconocimiento. Superar las injusticias del racismo, en suma,
requiere tanto de la redistribución como del reconocimiento. Ninguno de ellos
resultará suficiente por sí solo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Probablemente, , a pesar de mi anterior
exposición, la clase puede comprenderse mejor si se la considera como
bivalente. El tipo ideal economicista que invoqué con fines heurísticos vela la
complejidad de las clases en el mundo real. A decir verdad, la causa última de
la injusticia social es la estructura económica de la sociedad capitalista.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn14" name="_ftnref14" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Sin embargo, los perjuicios resultantes incluyen tanto el des-reconocimiento
como la mala distribución, y los daños culturales que se originan como
resultado de la estructura económica pueden haber cobrado vida propia. Más aún,
si no se le presta atención, el des-reconocimiento de clase puede obstaculizar
la capacidad de movilización contra la mala distribución. Hoy en día, la
consturcción de un apoyo amplio para la transformación económica puede requerir
primero el cuestionamiento a las actitudes culturales que menoscaban a la gente
pocbre y a los trabajadores, por ejemplo, las ideologías de la “cultura de la
pobreza” que sugieren que los pobres se merecen lo que les toca. Así, una
política de reconocimiento de clase podría llegar a ser necesaria, tanto en sí
misma como apra poner en marcha una política de redistribución.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn15" name="_ftnref15" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">¿Y
qué, entonces, de la sexualidad? ¿Es también una categoría bivalente? Aquí
también el tipo ideal que esbocé anteriormente con fines heurísticos es
inadecuado para las complejidades del mundo real. En verdad, la causa última de
la injusticia heterosexista es el orden estamental, no la estructura económica
de la sociedad capitalista.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn16" name="_ftnref16" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></a>
No obstante,</span><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">
los agravios que resultan de ella incluyen tanto la mala distribución como el
des-reconocimiento, y los perjuicios económicos que se originan como resultado
del orden estamental tienen un innegable peso propio. Más aún, si se los deja
hacer, pueden obstaculizar la capacidad
de movilizarse en contra del des-reconocimiento, desde que cualquiera que defienda abiertamente los
derechos homosexuales puede ser tildado
de gay y discriminado impunemente. En la atmósfera actual, puede ser más
fácil desafiar las inequidades distributivas con las que se enfrentan los gays
y las lesbianas que confrontar las ansiedades estamentales profundamente
instaladas que alimentan la homofobia.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn17" name="_ftnref17" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Así, una política de redistribución sexual puede ser necesaria tanto por sí
misma como para poner en marcha una
política de reconocimiento sexual.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> En
términos prácticos, entonces, virtualmente todos los ejes de la injusticia en
el mundo real son bivalentes. Virtualmente todos ellos perpetran tanto mala
distribución como des-reconocimiento, de tal forma que cada una de estas
injusticias tiene algún peso propio, al margen de cuáles fueran sus raíces
últimas. En verdad, no todos los ejes de la opresión son bivalentes del mismo
modo, ni en el mismo grado. Algunos, como la clase, se inclinan más fuertemente
hacia el extremo distributivo del espectro; otros, como la sexualidad, se
inclinan más hacia el extremo del reconocimiento; mientras que otros, tales
como el género y la “raza”, se agrupan en torno al centro. A pesar de ello,
virtualmente en todos los casos los perjuicios de los que estamos hablando
comprenden tanto mala distribución como des-reconocimiento, en forma que
ninguna de estas injusticias puede ser
reparada enteramente de manera indirecta, sino que cada una de ellas requiere algún grado de
atención práctica. Desde un punto de vista pragmático, entonces, superar la
injusticia requiere virtualmente en todos los casos de la redistribución y del
reconocimiento. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> La necesidad de un enfoque a dos
puntas de este tipo se vuelve más imperioso aún tan pronto como dejamos de
considerar los ejes de la injusticia por separado y comenzamos, por el
contrario, a considerarlos juntos, como mutuamente entrecruzados. Por ejemplo,
cualquier persona que sea al mismo tiempo gay y miembro de la clase trabajadora
va a necesitar tanto de la redistribución como del reconocimiento,
independientemente de cómo entendamos cada una de estas categorías tomadas
separadamente. Vistas las cosas de este modo, virtualmente todo individuo que
sufre injusticias necesita integrar estos dos tipos de reclamos. Más aún, así
le ocurrirá a cualquier persona que se preocupe por la justicia social,
independientemente de su propia localización social. En general, entonces, uno
debería rechazar completamente la construcción del reconocimiento y la
redistribución como paradigmas mutuamente excluyentes. El objetivo debería ser,
más bien, desarrollar un único paradigma comprensivo que pueda contener los
reclamos legítimos de ambos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> <b><i>3-
Cuestiones filosófico normativas: <o:p></o:p></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><i><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> para una
teoría bivalente de la justicia<o:p></o:p></span></i></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> ¿Cómo
podemos, entonces, desarrollar un único paradigma comprensivo de la justicia
social? En lo que queda de este trabajo voy a considerar tres cuestiones
filosóficas que surgen una vez que consideramos la integración de la
redistribución y del reconocimiento en un único paradigma conceptual. Primero,
¿es el reconocimiento realmente una cuestión de justicia o es una cuestión de
auto-realización? Segundo, ¿constituyen la justicia distributiva y el
reconocimiento dos paradigmas normativos distintos, <i>sui generis</i>, o puede uno de ellos ser subsumido en el otro?
Tercero, ¿exige la justicia el reconocimiento de lo que distingue a los
individuos o grupos, o es suficiente el reconocimiento de nuestra común humanidad? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> <b><i>¿Justicia
o auto-realización?</i></b><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> Acerca
de la primera cuestión, dos grandes teóricos, Charles Taylor y Axel Honneth,
entienden el reconocimiento como una cuestión de auto-realización. A diferencia
de ellos, sin embargo, yo propongo tratarlo como una cuestión de justicia. Así,
uno no debería responder la pregunta “qué tiene de malo el des-reconocimiento”
haciendo referencia a una teoría densa del bien, como lo hace Taylor;<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn18" name="_ftnref18" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[17]</span></span><!--[endif]--></span></a>
ni seguir a Honneth y apelar a una “concepción formal de la vida ética” apoyada
en una consideración de las “condiciones intersubjetivas” para una “relación
práctica no distorsionada consigo mismo”.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn19" name="_ftnref19" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[18]</span></span><!--[endif]--></span></a> Uno debería decir, más bien, que es injusto
que a algunos individuos y grupos se les
niegue el estatus de plenos participantes en la interacción social, simplemente
como consecuencia de patrones institucionalizados de valor cultural en cuya
construcción ellos no han participado igualitariamente y que desprecian sus
características distintivas o las características distintivas que les asignan.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> Esta
explicación ofrece varias ventajas. Primero, permite justificar los reclamos de
reconocimiento como moralmente vinculantes bajo las condiciones modernas de un
pluralismo de valores.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn20" name="_ftnref20" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[19]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Bajo estas condiciones, no hay una única concepción de la auto-realización o
del bien que sea compartida universalmente, ni ninguna que pueda ser establecida como la autorizada. De este modo,
todo intento de justificar reclamos de reconocimiento que apele a una
consideración de la auto-realización o del bien, tiene necesariamente que ser
sectario. Ningún enfoque de este tipo puede establecer tales reclamos como
normativamente vinculantes para aquellos que no comparten dicha concepción
teórica del valor ético. Ninguno justifica los reclamos de reconocimiento en
términos que puedan ser aceptados por todos aquellos a quienes esos reclamos
pretenden comprometer. <b><i><o:p></o:p></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> A
diferencia de tales abordajes, el desarrollo propuesto aquí es deontológico y
no sectario. Abrazando el espíritu de la “libertad subjetiva”que es el sello
distintivo de la modernidad, este enfoque acepta que son los individuos y
grupos los que tienen que definir por sí mismos lo que ellos consideran que es
una vida buena y proyectar por sí mismos el camino para alcanzarla dentro de
los límites que aseguren tal libertad para los otros. Así, la interpretación
propuesta apela a una concepción de la
auto-realización o del bien pero, sobre todo, a una concepción de la
justicia que pueda ser aceptada por personas con concepciones divergentes del
bien. Desde este punto de vista, lo que convierte al des-reconocimiento en
moralmente erróneo o equivocado es que les niega a algunos individuos y grupos
la posibilidad de participar a la par de los otros en la interacción social. La
norma de la <i>paridad participativa </i>invocada
aquí es no-sectaria en el sentido requerido. Puede justificar que los reclamos
de reconocimiento sean normativamente vinculantes para todos aquellos que
acuerden mantener términos justos de interacción bajo las condiciones del
pluralismo de valores. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> Tratar
el reconocimiento como una cuestión de justicia tiene, a su vez, una segunda
ventaja: que concibe el des-reconocimiento como un <i>agravio de estatus</i>, cuyo ámbito son las relaciones sociales, no la
psicología individual. Desde este punto de vista, ser des-reconocido no es
simplemente que se piense mal de uno, que se le mire con desdén o que se lo
desvalorice en las actitudes conscientes o en las creencias de los demás. Es
más bien que se le niegue a alguien el estatus de pleno participante en la
interacción social y se le impida la participación como un par en la vida
social como consecuencia de patrones <i>institucionalizados
</i>de valor cultural que lo constituyen, comparativamente, como indigno de
respeto o estima. Cuando tales patrones de falta de respeto y de desestimación
están institucionalizados, obstaculizan la paridad de participación, del mismo
modo en que, seguramente, lo hacen las inequidades distributivas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> Al
evitar la psicologización, por ende, el enfoque de la justicia elude las
dificultades de las que están plagados los abordajes rivales. Cuando el
des-reconocimiento se identifica con distorsiones internas en la estructura de
la auto-conciencia del oprimido, se está a sólo un paso de acusar a la víctima,
desde que se añade el insulto al agravio<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn21" name="_ftnref21" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[20]</span></span><!--[endif]--></span></a>.
Por el contrario, cuando el des-reconocimiento es equiparado con el prejuicio
instalado en la mente de los opresores, superarlo parece requerir la vigilancia
de las creencias, un enfoque autoritario. Desde el punto de vista de la
justicia, en cambio, el des-reconocimiento es una cuestión que se relaciona con
los impedimentos manifiestos
externamente y verificables públicamente para que algunas personas puedan ser
consideradas miembros plenos de la sociedad. Tales ordenamientos son moralmente
indefendibles, distorsionen o no la subjetividad de los oprimidos. De acuerdo
con este razonamiento, para superar el des-reconocimiento es necesario cambiar
las instituciones y las prácticas sociales. Más específicamente, requiere
cambiar las interpretaciones institucionalizadas y las normas que crean clases
de personas desvalorizadas, a quienes se impide alcanzar la paridad
participativa<i>. <o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> </span></i><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Finalmente, considerar el reconocimiento
desde el punto de vista de la justicia evita la visión de que cada quien tiene
igual derecho a la estima social. Esta visión, por supuesto, es insostenible, puesto que le quita todo
sentido a la noción de estima, aunque parece ser la visión que se deriva de por
lo menos una explicación del reconocimiento en términos de auto-realización,
que ha sido muy influyente. En el enfoque de Honneth, la estima social se
encuentra entre “las condiciones intersubjetivas para la formación de una
identidad no distorsionada”, que la moral, se supone, debe proteger. Se sigue
de esto que toda persona es moralmente merecedora de estima social. La definición del reconocimiento propuesta
aquí, por el contrario, no implica tal <i>reductio
ad absurdum. </i>Lo que <i>sí</i> conlleva
es que cada quien tiene igual derecho a perseguir el logro de la estima social
bajo condiciones justas de igualdad de oportunidades. Tales condiciones no
rigen cuando, por ejemplo, los patrones institucionalizados de interpretación
degradan de manera generalizada la femineidad, la “no blancura”, la
homosexualidad, y a todos aquellos culturalmente asociados con ellos. Cuando
este es el caso, las mujeres y/o las personas de color y/o los gays y lesbianas
enfrentan obstáculos en su procura de estima que otros no encuentran. De la
misma manera, todo el mundo, incluso los hombres blancos heterosexuales,
encuentran mayores obstáculos si optan por emprender proyectos y cultivar
relaciones que están codificadas culturalmente como femeninos, homosexuales o
“no blancos”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> Por
todas estas razones, es mejor entender el reconocimiento como una cuestión de
justicia que como una cuestión de auto-realización. Pero, ¿qué puede concluirse
de esto para avanzar hacia una teoría de la justicia? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> <b><i>La
justicia como paridad participativa:<o:p></o:p></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><i><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> una
concepción bivalente<o:p></o:p></span></i></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><i><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> </span></i></b><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">¿Podemos concluir, pasando a
la segunda cuestión, que la distribución y el reconocimiento constituyen dos
concepciones distintas, <i>sui generis</i>,
de la justicia, o puede reducirse cada una a la otra? La cuestión de la
reducción debe ser considerada desde dos aspectos diferentes. Por un lado, si
las teorías estándar de la justicia distributiva pueden subsumir adecuadamente
problemas de reconocimiento. Desde mi punto de vista, la respuesta es no. En
verdad, muchas teorías distributivas aprecian la importancia del estatus por
encima del bienestar material y buscan acomodarlo en sus explicaciones.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn22" name="_ftnref22" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[21]</span></span><!--[endif]--></span></a>
No obstante, los resultados no son enteramente satisfactorios. Muchos de estos
teóricos asumen una explicación reduccionista y económico-legalista del
estatus, suponiendo que una justa
distribución de recursos y derechos es suficiente para eliminar el
des-reconocimiento. Sin embargo, de hecho, no todo des-reconocimiento es
producto de la mala distribución, ni tampoco de la mala distribución más la discriminación
legal. Como caso testigo, tenemos al banquero afroamericano de Wall Steet que
no puede conseguir un taxi que lo lleve. Para tratar con tales casos, una
teoría de la justicia debe ir más allá de la distribución de derechos y bienes
para examinar los patrones de valor cultural. Ella debe considerar si los
patrones culturales institucionalizados de interpretación y de valoración
impiden la paridad de participación en la vida social.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn23" name="_ftnref23" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[22]</span></span><!--[endif]--></span></a>
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> ¿Qué
ocurre, entonces, con el otro lado de la cuestión? ¿Pueden las teorías del
reconocimiento existentes subsumir adecuadamente los problemas de distribución?
Aquí también sostengo que la respuesta es no. Si bien es cierto que algunos teóricos del reconocimiento valoran
la importancia de la igualdad económica y buscan darle lugar en sus
explicaciones, una vez más, tampoco aquí los resultados son enteramente
satisfactorios. Axel Honneth, por ejemplo, reivindica una visión culturalista y
reduccionista de la distribución. Suponiendo que las desigualdades económicas están
enraizadas en un orden cultural que privilegia algunos tipos de trabajos por
sobre otros, presupone que cambiar el orden cultural es suficiente para
eliminar la mala distribución.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn24" name="_ftnref24" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[23]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Sin embargo, de hecho, no toda mala distribución es consecuencia del des-reconocimiento.
Como caso testigo de ello tenemos el del trabajador industrial de piel
blanca que se convierte en un desocupado
debido a un cierre de fábrica que resulta de una fusión especulativa de dos
corporaciones. En ese caso la injusticia de la mala distribución tiene poco que
ver con el des-reconocimiento; es más bien una consecuencia de imperativos
intrínsecos a un orden de relaciones económicas especializadas cuya razón de
ser es la acumulación de ganancias. Para manejar estos casos, una teoría de la
justicia debe ir más allá de los patrones culturales de valor para examinar la
estructura del capitalismo. Debe considerar si los mecanismos económicos que
están relativamente desacoplados de los patrones de valor cultural y que operan
de un modo relativamente impersonal pueden impedir la paridad de participación
en la vida social. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> En
general, entonces, ni los teóricos de la distribución ni los del reconocimiento
han tenido demasiado éxito en subsumir adecuadamente los intereses del otro.
Por otra parte, en ausencia de una reducción operativa, las subsunciones
puramente verbales son de poco uso. Es poco lo que se gana al insistir, desde
una perspectiva semántica, en que, por ejemplo, el reconocimiento también es un
bien a ser distribuido; ni, a la inversa, al sostener que por definición todo
patrón distributivo expresa una matriz subyacente de reconocimiento. En ambos
casos, el resultado es una tautología. El primer argumento convierte, por
definición, a todo reconocimiento en distribución, mientras que el segundo
meramente afirma lo contrario. En ningún caso se logra un progreso tangible en
la resolución de los problemas señalados anteriormente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> ¿Qué
abordaje normativo les queda a aquellos que buscan integrar distribución y
reconocimiento? En lugar de apoyar cada uno de estos paradigmas de la justicia
excluyendo al otro, se debería adoptar lo que yo llamo una concepción
“bivalente” de la justicia. Tal concepción comprende tanto distribución como
reconocimiento, <i>sin reducir ninguno de
ellos al otro</i>. Así, ella no trata al reconocimiento como un bien a ser
distribuido, ni a la distribución como una expresión de reconocimiento. Más
bien, una concepción bivalente trata a la distribución y al reconocimiento como
distintas perspectivas acerca de la justicia y como dimensiones de ésta,
mientras que, al mismo tiempo, contiene ambos enfoques dentro de una estructura
más amplia y comprensiva que lo usual. <b><i> <o:p></o:p></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> Como
ya lo he mencionado varias veces, el núcleo normativo de mi concepción es la
idea de <i>paridad de participación</i>. De
acuerdo con esta norma, la justicia requiere de arreglos sociales que permitan
a todos los miembros (adultos) de la
sociedad interactuar entre sí como pares. Para que la paridad participativa sea
posible, sostengo que es necesario, pero no suficiente, establecer formas
estándar de igualdad legal formal. Además de este requerimiento, deben ser
satisfechas por lo menos dos condiciones adicionales.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn25" name="_ftnref25" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[24]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Primero, la distribución de recursos materiales debe ser tal que asegure la
independencia y la “voz” de los
participantes. A esto yo lo llamo la precondición “objetiva” de la paridad
participativa. Esta excluye las formas y los niveles de inequidad material y de
dependencia económica que impiden la paridad de participación. Quedan afuera,
por lo tanto, los arreglos sociales que institucionalizan la privación, la
explotación, y las grandes disparidades de riqueza, ingreso y tiempo libre,
negándoles así a algunas personas los medios y las oportunidades de interactuar
con otros como pares.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn26" name="_ftnref26" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[25]</span></span><!--[endif]--></span></a>
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> A
la segunda condición adicional para la paridad participativa, por el contrario,
la llamo “intersubjetiva”. Ésta requiere que los patrones culturales
institucionalizados de interpretación y valoración expresen igual respeto por
todos los participantes y aseguren la igualdad de oportunidades para alcanzar
la estima social. Esta condición excluye los patrones culturales que
sistemáticamente desvalorizan a algunas categorías de personas y las cualidades
asociadas con ellos. Deja afuera, por lo tanto, los patrones interpretativos
institucionalizados que les niegan a ciertas personas la posibilidad de
interactuar con otros como pares, ya sea
por cargarlos con una “diferencia” adscripta excesiva respecto de otros,
o por no reconocer sus cualidades distintivas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> Tanto
la precondición objetiva como la intersubjetiva son necesarias para la paridad
participativa, y ninguna es suficiente sin la otra. La condición objetiva trae
a la luz cuestiones tradicionalmente asociadas con la teoría de la justicia distributiva, especialmente
cuestiones pertinentes a la estructura económica de la sociedad y a las
diferenciaciones de clase económicamente
definidas. La precondición intersubjetiva ilumina cuestiones recientemente
señaladas por la filosofía del reconocimiento, especialmente aquellas atinentes
al orden estamental de la sociedad y a las jerarquías de estatus
definidasculturalmente. Allí donde la condición objetiva no se cumple, el
remedio es la distribución. Allí donde la condición intersubjetiva no se
cumple, el remedio es el reconocimiento. Así, una concepción bivalente de la
justicia orientada hacia la norma de la paridad participativa comprende tanto
la redistribución como el reconocimiento, sin reducir ninguno de ellos al otro.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b><i><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">¿Reconociendo
la distintividad?<o:p></o:p></span></i></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><i><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">
Un enfoque pragmático</span></i></b><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> <b><i> <o:p></o:p></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><i><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> </span></i></b><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> Esto
nos lleva a la tercera cuestión: ¿requiere la justicia del reconocimiento de lo
que distingue a individuos o grupos, por encima del reconocimiento de nuestra
común condición humana? Es importante señalar aquí que la paridad participativa
es una norma universalista en dos sentidos . Primero, porque abarca a todos los
participantes (adultos) en la interacción, y segundo, porque presupone el valor
moral idéntico de los seres humanos. No obstante, el universalismo moral, en
estos sentidos, deja abierta aún la cuestión acerca de si el reconocimiento de
las cualidades distintivas (<i>distinctiveness</i>)
individuales o grupales podría ser uno de los requisitos de la justicia para
que se cumpliera la condición intersubjetiva de la paridad participativa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> ¿Cómo
podríamos responder a esta pregunta? Muchos teóricos apelan a un argumento
filosófico <i>a priori</i>. Algunos buscan
mostrar que la justicia nunca puede requerir el reconocimiento de la
diferencia; otros, demostrar que siempre debe hacerlo así. Sin embargo, a
diferencia de ambos grupos, yo propongo abordar la cuestión en el espíritu del
pragmatismo. Así, uno no debería responder a la pregunta “¿requiere la justicia
del reconocimiento de las cualidades distintivas?” por medio de un enfoque <i>a priori</i> acerca de qué tipo de
reconocimiento es necesario siempre y en todos los casos. Más bien, uno debería
decir que la(s) forma(s) de reconocimiento que la justicia requiere en un caso
dado depende(n) de la(s) forma(s) del des-reconocimiento a ser enmendado. En
los casos en los que el des-reconocimiento significa una negación de la común
humanidad de algunos participantes, el remedio es un reconocimiento
universalista. Por el contrario, en los casos en los que el des-reconocimiento
conlleva una denegación de las cualidades distintivas de algunos participantes,
el remedio <i>podría</i> ser el
reconocimiento de la diferencia.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn27" name="_ftnref27" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[26]</span></span><!--[endif]--></span></a>
En cada caso, el remedio debería ser considerado a la medida del daño. Así, el
foco de atención debería estar en qué tipo de reconocimiento es necesario para
superar los obstáculos específicos existentes para alcanzar la paridad
participativa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> Este
abordaje pragmático tiene muchas ventajas importantes. Primero, evita el punto
de vista apriorístico sostenido por muchos teóricos distributivos de que el
reconocimiento es universalista <i>per se</i>.
Tales teóricos equiparan el reconocimiento con el respeto equitativo que se le
debe a todas las personas en virtud de su “igual valor moral”. Lo que es
reconocido desde esta visión es lo que todas las personas comparten:
usualmente, las capacidades para la autonomía y la racionalidad. No hay lugar,
en cambio, para el reconocimiento de lo que distingue a unas personas de otras.
Por el contrario, se sostiene habitualmente que el respeto equitativo excluye
el reconocimiento público de las cualidades distintivas. Como resultado de
ello, se vuelve imposible considerar si el reconocimiento de los rasgos
distintivos podría, en algunos casos, ser un requisito de la justicia para
superar los obstáculos a la paridad participativa. Un abordaje pragmático, en
cambio, permite la consideración de estos casos. Adecuando los remedios que proporciona el reconocimiento
a los perjuicios que genera la falta del mismo, uno puede manejar un amplio
espectro de los diferentes obstáculos a los que se enfrenta la paridad
participativa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> El
abordaje pragmático tiene, a su vez, una segunda ventaja: elude los dudosos
argumentos que sostienen que el reconocimiento de las cualidades distintivas es
una necesidad humana universal en las sociedades modernas. Algunos teóricos del
reconocimiento, incluyendo a Taylor y a Honneth, sostienen que tal
reconocimiento, conjuntamente con el respeto equitativo, son inherentemente
necesarios para la auto-realización de los modernos.<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn28" name="_ftnref28" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[27]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Así, estos autores proponen (al
menos) dos formas de
reconocimiento necesarias para cada uno y que todos deben gozar: el respeto
igual universal y la estima social diferencialista. A pesar de que estas
posturas mejoran el universalismo unilateral de muchas teorías distributivas,
van demasiado lejos en el sentido opuesto. Por tratar el reconocimiento de los
rasgos distintivos como una necesidad humana universal y abstracta, estos
teóricos son incapaces de considerar que las necesidades de reconocimiento de
los grupos subordinados difieren de aquellas de los grupos dominantes. Debido a
que eliminan eficazmente la cuestión del poder, no pueden explicar por qué los
grupos dominantes, tales como los hombres y los heterosexuales, rehuyen
usualmente el reconocimiento de sus rasgos distintivos (de género y sexo), no
reclamando especificidad sino universalidad. Del mismo modo, tampoco pueden
explicar por qué los movimientos sociales de los grupos subordinados, tales
como las mujeres y los afroamericanos, plantean exigencias de reconocimiento de
sus propias cualidades distintivas sólo en aquellos momentos históricos en los
que parecería imposible acceder a una plena paridad de participación de otro
modo, ni por qué sus reclamos, muy frecuentemente, han asumido la estrategia de
hacer pública la especificidad de los grupos dominantes, que había sido
falsamente exhibida como universalidad. El enfoque pragmático propuesto aquí,
por el contrario, sitúa los reclamos por
el reconocimiento de la diferencia directamente en el contexto del poder
social. Como resultado de ello, esta aproximación considera que muchos de tales
reclamos son contextuales y auto-eliminables. Invocadas como remedios
transicionales más que como fines en sí mismos, estas demandas pierden su <i>raison d’etre<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftn29" name="_ftnref29" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[28]</span></b></span><!--[endif]--></span></a> </i>una
vez que los obstáculos específicos a la paridad participativa han sido
eliminados. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> En
general, por ende, la pregunta “¿requiere la justicia del reconocimiento de la
diferencia?” debería ser enfocada en el espíritu de un pragmatismo enriquecido
por los aportes de la teoría social crítica. Todo depende de qué es,
precisamente, lo que las personas que hoy son des-reconocidas necesitan para
poder participar como pares en la vida social, ya que no hay razón para suponer
que todos ellos necesitan lo mismo en cualquier contexto. En algunos casos,
pueden necesitar ser liberados de rasgos distintivos excesivos que se les
adjudican. En otros casos, pueden necesitar que se tomen en cualidades distintivas
no suficientemente reconocidas hasta ahora, mientras que en otros, incluso,
pueden necesitar desplazar la atención hacia los grupos dominantes o
aventajados, revelando esos rasgos distintivos que habían sido falsamente
exhibidos como universalidad. Alternativamente, pueden necesitar deconstruir
los términos mismos en los cuales se formulan habitualmente las diferencias
atribuidas. Finalmente, pueden necesitar todas o varias de estas cosas en
combinación entre sí o combinadas con la redistribución. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> Qué
personas necesitan qué tipo(s) de reconocimiento en qué contexto depende de la
naturaleza de los obstáculos que ellos enfrentan en relación con la paridad
participativa. Esto, repito, no puede ser determinado por medio de un argumento
filosófico abstracto. Sólo puede serlo con la ayuda de una teoría social
crítica que esté normativamente orientada, empíricamente informada y guiada por
la intención práctica de superar la injusticia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> <b><i>Conclusión<o:p></o:p></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><i><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> </span></i></b><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Permítanme concluir con una
recapitulación de mi argumento general. He sostenido que plantear una
alternativa excluyente entre las políticas de redistribución y las de
reconocimiento es presentar una antítesis falsa. Por el contrario, hoy la
justicia requiere tanto de la redistribución como del reconocimiento. Así, he
argumentado a favor de un marco político comprensivo que contenga tanto la
redistribución como el reconocimiento, de modo de desafiar a la injusticia en
ambos frentes. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> He examinado
luego algunos problemas filosófico-normativos que surgen cuando consideramos
elaborar un marco tal. Propongo una única concepción bivalente de la justicia,
que contenga tanto redistribución como reconocimiento, sin reducir la una al
otro, y he propuesto la noción de <i>paridad
de participación </i>como su núcleo normativo. He sostenido que la paridad
participativa es imposible en la ausencia de la “condición objetiva” de una
distribución justa, y la “condición intersubjetiva” de un reconocimiento
recíproco. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> Este
abordaje proporciona al menos algunos de
los recursos conceptuales que se necesitan para comenzar a responder la que
considero la cuestión política clave de nuestro tiempo: ¿cómo podemos
desarrollar una orientación coherente que integre redistribución y
reconocimiento? ¿Cómo podemos construir un marco que integre aquello de la
visión socialista que continúa siendo convincente e inusurpable, con aquello
que resulta sólido e irrefutable en la nueva, aparentemente “post-socialista”, visión multicultural? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"> Si
no hacemos esta pregunta, si nos aferramos por el contrario a falsas antítesis
o dicotomías excluyentes engañosas, perderemos la posibilidad de proyectar
arreglos sociales que puedan revertir tanto las injusticias económicas como las
culturales. Sólo buscando enfoques integradores que vinculen la redistribución
y el reconocimiento al servicio de la paridad participativa podremos cumplir los requisitos de una
justicia para todos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div>
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></a><span lang="EN-US"> En inglés, <i>“identity
politics”</i> (N.del T.)<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn2">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "symbol"; mso-ascii-font-family: "Times New Roman"; mso-char-type: symbol; mso-hansi-font-family: "Times New Roman"; mso-symbol-font-family: Symbol;">*</span></span></a><span lang="EN-US"> Profesora de la <i>New School for Social Research</i>, Nueva
York. Publicó recientemente <i>Justice
Interruptus: Critical Reflections on the “Postsocialist” Condition</i>,
Routledge, 1997.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn3">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref3" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></a> El financiamiento para la
elaboración de este trabajo fue suministrado por la <i>Tanner Foundation for Human Values</i> y por la Universidad de
Stanford. Agradezco los comentarios de Elizabeth Anderson y Axel Honneth y las
discusiones muy estimulantes con Richard J. Berstein, Rainer Forst, Steven
Lukes, Theodore Koditshek, Jane Mansbridge, Linda Nicholson y Eli Zaretsky.<o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn4">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref4" name="_ftn4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></a> Véase por ejemplo las
contribuciones de Martha Nussbaum en Nussbaum, Martha y Jonathan Glover, comps.
<i><span lang="EN-US">Women, Culture, and Development: A Study of Human Capabilities</span></i><span lang="EN-US"> (Oxford: Clarendon Press, 1995).<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn5">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref5" name="_ftn5" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></a><span lang="EN-US"> Véase por ejemplo la crítica de Iris Marion
Young al paradigma distributivo en su libro <i>Justice
and the Politics of Difference</i> (Princeton: Princeton University Press,
1990). <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn6">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref6" name="_ftn6" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></a> Se trata de grupos
activistas homosexuales radicales que han redefinido el sentido de la identidad
sexual, apropiándose de un término - <i> queer</i> (raro) - que tenía un sentido
negativo en el discurso heterosexual. El término ha sido adoptado también en el
ámbito académico para definir las tendencias más críticas y radicales de los
estudios gay y lesbianos (<i>queer theory</i>).
(N. del T.)<o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn7">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref7" name="_ftn7" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></a> Para el punto de vista
marxista de clase, véase por ejemplo Marx, Karl: “Wage Labor and Capital”,
en Tucker, Robert, ed. <i>The Marx-Engels Reader</i> (Norton, 1978).<o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn8">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref8" name="_ftn8" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></a> En inglés, <i>“underclass”</i> (N. del T.)<o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn9">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref9" name="_ftn9" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></a><span lang="EN-US"> Rorty, Richard: <i>Achieving Our Country: The American Left in the 20<sup>th</sup> Century</i>
(mímeo). Gitlin, Todd: <i>The Twilight of
Common Dreams: Why America is Wracked by Culture Wars</i> (Nueva York:
Metropolitan Books, Henry Holt and Co., 1995).<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn10">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref10" name="_ftn10" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></a><span lang="EN-US"> Taylor, Charles: “The Politics of
Recognition”, en Gutmann, Amy, ed. </span><i>Multiculturalim:
Examining the Politics of Recognition</i> (Princeton: Princeton University
Press, 1994). Young, I. , op.cit.<o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn11">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref11" name="_ftn11" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></a> La siguiente dsicusión se
retoma en una sección de mi ensayo “From Redistribuion to Recognition? <span lang="EN-US">Dilemmas of Justice in a “Postsocialist”
Age”, en <i>New Left Review</i>, 212
(Julio/Agosto 1995), pp. 68-93, reimpreso en Fraser, Nancy, op.cit.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn12">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref12" name="_ftn12" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></a><span lang="EN-US"> Sennett, Richard y Jonathan Cobb: <i>The Hidden Injuries of Class</i> (Knopf,
1973).<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn13">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref13" name="_ftn13" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></a> Uno podría objetar que el
resultado no implicaría la abolición del proletariado sino su universalización.
Aún en este caso, sin embargo, el carácter distintivo del proletariado en tanto
grupo desaparecería.<o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn14">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref14" name="_ftn14" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></a> Es verdad que las
distinciones de estatus pre existentes, por ejemplo, entre señores y plebeyos,
contribuyern a la emergencia del sistema capitalista. Sin embargo, fue sólo la
creación de un orden económico diferenciado con una relativa autonomía en su
funcionamiento lo que permitió la distinción entre capitalistas y trabajadores.<o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn15">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref15" name="_ftn15" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></a> Le agradezco a Erik Olin
Wright algunas de las formulaciones desarrolladas en este párrafo (comunicación
personal, 1997).<o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn16">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref16" name="_ftn16" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></a> En la sociedad
capitalista, la regulación de la secualidad deriva, relativamente, de la
estructura económica, que comprende un orden re relacones económicas diferenciadas
y orientadas a la expanción de la plusvalía. Más aún, en la fase actual del
capitalismo “posfordista”, la sexualidad encuentra crecientemente su espacio en
la relativamente nueva, moderna-tardía esfera “de la vida personal”, en la que
las relaciones íntimas que no pueden ser ya identificadas con la familia se
viven de forma distanciada de los imperativos de la producción y la
reproducción. Por lo tanto, hoy en día, y de manera creciente, la regulación
heteronormativa de la sexualidad está alejada del orden económico capitalista y
no le es necesariamente funcional. De resultas de esto, los agravios económicos
del heterosexismo no derivan simplemente de la estructura económica, sino que
están enraizados más bien en el orden estamental heterosexista, el cual se
aleja cada vez más de la economía. Para un argumento más completo en relación
con este tema, véase Fraser, Nancy: “Heterosexism, Misrecognition, and
Capitalism: A Response to Judith Butler”, en <i>Social Text</i> 53/4 (Invierno/Primavera 1998). La respuesta de Judith
Butler se encuentra en “Merely Cultural”, <i>Social
Text</i> 53/4 (Invierno/Primavera 1998).<o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn17">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref17" name="_ftn17" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></a> Le debo el “punto débil”a
Erik Olin Wright (comunicación personal, 1997).<o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn18">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref18" name="_ftn18" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[17]</span></span><!--[endif]--></span></a><span lang="EN-US"> Ver Charles Taylor, “The Politics of
Recognition<i>”, </i> op. cit.; y <i>Sources of the Self. </i><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn19">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref19" name="_ftn19" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[18]</span></span><!--[endif]--></span></a><span lang="EN-US"> Ver Axel Honneth, <i>The Struggle for Recognition: The Moral Grammar of Social
Conflicts, </i>tr. </span>Loel Anderson
(Poity Press, 1995); e “Integrity and Disrespect Principles of a Conception of
Morality Based on the Theory of Recognition”<i>,
</i>en <i>Political Theory</i>, 20:2 (May
1992).<o:p></o:p></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="ftn20">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref20" name="_ftn20" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[19]</span></span><!--[endif]--></span></a> Le agradezo a Rainer
Forst por ayudarme en la formulación de este punto.<o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn21">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref21" name="_ftn21" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[20]</span></span><!--[endif]--></span></a> Juego de palabras con la
expresión en inglés “<i>to add insult to
injury</i>”: echar sal en la herida. (N. del T.)<o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn22">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref22" name="_ftn22" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[21]</span></span><!--[endif]--></span></a> John Rawls, por ejemplo,
concibe los “bienes primarios”, tales como ingreso y trabajo, como “bases
sociales de auto-respeto”, mientras que también se refiere al auto-respeto en
sí mismo, específicamente, como un bien primario cuya distribución es una
cuestión de justicia. De la misma manera, Ronald Dworkin defiende la idea
de “igualdad de recursos” en cuanto
expresión distributiva de la “igualdad moral de las personas”. Amartya Sen,
finalmente, considera relevantes tanto el “sentido del ser”como la capacidad de
“aparición en público sin verguenza”, de ahí su imposibilidad de alcanzar un
enfoque de justicia que contemple una igual distribución de capacidades
básicas. <span lang="EN-US">Ver John Rawls, <i>A Theory of Justice </i>(Harvard University
Press, 1971)<i>, </i>pág. 67 y 82; y <i>Political Liberalism </i>(Columbia
University Press, 1993)<i>, </i>pág. 82,
181, y 318 ff; Ronald Dworkin, “What is Equality? Part 2: Equality of
Resources”, en <i>Philosophy and Public
Affairs</i>, 10: 4 (Fall 1981)<i>: </i>283-345;
y Amartya Sen, <i>Commodities and
Capabilities </i>(North- Holland ,
1985). <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn23">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref23" name="_ftn23" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[22]</span></span><!--[endif]--></span></a> La excepción
extraordinaria de un teórico que ha intentado incorporar temas de la cultura
dentro de un marco distributivo es Will Kymlicka. Kymlicka propone tratar el
acceso a una “estructura cultural intacta” como un bien primario a ser
justamente distribuido. Este enfoque es el adoptado por políticas
multinacionales como las de Canadá, a diferencia de políticas poliétnicas, como
las de los Estados Unidos. De este modo, no es aplicable a casos en los que los
que reclaman reconocimiento no se dividen perfectamente (o al menos no tan
perfectamente) en grupos con culturas diferentes y relativamente separadas. Tampoco se aplica en aquellos
casos en los que los reclamos por reconocimiento no adoptan la forma de
demandas de (algún nivel de) soberanía, sino sobre todo apuntan a una paridad
de participación en un sistema atravesado por líneas de diferencias e inequidad
múltiples y entrecruzadas. Para el argumento que sostiene que una estructura
cultural intacta es un bien primario, véase Will Kymlicka, <i>Liberalism, Community and Culture (Oxford University Press, 1989). </i>Para
la distinción entre políticas multinacionales y poliétnicas, ver Will Kymlicka,
“Three Forms of Group-Differentiated Citizenship in Canada”, en <i>Democracy and Difference, </i>ed. Seyla
Benhabib (Princeton University Press, 1996).<o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn24">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref24" name="_ftn24" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[23]</span></span><!--[endif]--></span></a><span lang="EN-US"> Honneth, <i>The
Struggle for Recognition, op. cit. </i><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn25">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref25" name="_ftn25" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[24]</span></span><!--[endif]--></span></a> Digo “que deben ser
satisfechas <i>por lo menos </i> dos condiciones adicionales”, para permitir la posibilidad de más de dos
condiciones. Específicamente, tengo en mente una posible tercera clase de
obstáculos a la paridad participativa que podríamos llamar “política”, en
oposición a la económica y a la
cultural. Este obstáculo incluiría aquellos procedimientos de toma de
decisiones que sistemáticamente marginan a algunas personas, aún en la ausencia
de mala distribución o
des-reconocimiento, por ejemplo, las reglas electorales de mayoría simple que
le niegan la voz, casi permanentemente, a las minorías. [Para un agudo enfoque
que contempla este ejemplo, ver, Lani Guinier, <i>The Tyranny of the Majority </i>(The Free Press, 1994)<i>. </i>La posibilidad de una tercera clase de
obstáculos - “políticos” - a la paridad participativa le agrega una nueva
vuelta de tuerca a mi utilización de la distinción entre clase y estatus. La
propia distinción weberiana entre “clases, status y partidos” es tripartita, no
bipartita. El tercer obstáculo de tipo “político” a la paridad participativa
podría ser llamado “marginalización” o “exclusión”. De todas maneras, no voy a
desarrollar este punto aquí. Tan sólo me detengo en el análisis de la mala
distribución y del des-reconocimiento, dejando el análisis del carácter de los obstáculos “políticos” a la paridad
participativa para otra ocasión. <o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn26">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref26" name="_ftn26" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[25]</span></span><!--[endif]--></span></a> Queda como pregunta qué
cantidad de inequidad económica es consistente con la paridad de participación.
Algún grado de inequidad es inevitable e inobjetable, pero hay un punto en el
que la disparidad de recursos llega a tal nivel que impide la paridad
participativa. Cuál es exactamente ese punto es materia de otra investigación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="ftn27">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref27" name="_ftn27" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[26]</span></span><!--[endif]--></span></a> Digo que el remedio <i>podría </i>ser el reconocimiento de la
diferencia, no que debe ser. Como voy a explicar en la próxima sección, hay
otros posibles remedios de reconocimiento para aquellos casos de
des-reconocimiento que implique negar la distintividad.<o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn28">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref28" name="_ftn28" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[27]</span></span><!--[endif]--></span></a><span lang="EN-US"> Taylor, “<b><i>The Politics of Recognition”, </i></b>op.
cit. </span>Honneth, <i>The Struggles for
Recognition, </i>op. cit. <o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn29">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/Apuntes2/fraser%C3%BAltima%20versi%C3%B3n.doc#_ftnref29" name="_ftn29" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[28]</span></span><!--[endif]--></span></a> En francés en el original
(N. del T.)<o:p></o:p></div>
</div>
</div>
<br />
<br />
<br />Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-16309407013806965272016-11-24T09:42:00.004-08:002016-11-24T09:42:42.524-08:00Los fusilados de José León Suárez, de Gustavo Moscona, en el aula 115<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5O77lNYaX4bWqSUv17UA0Hq-fbAAuwnyO_FXQ-9ExSA7fecIRzNwhuEycj4N8qr7HSF_W4faxUR3VQ9JlClQ3EKlSZMGMdkRDSXrdBD2RIncW2GPeXZ6PkclJEND_QJVOZOcFktV5Mqnk/s1600/moscona+fusilados+BB.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5O77lNYaX4bWqSUv17UA0Hq-fbAAuwnyO_FXQ-9ExSA7fecIRzNwhuEycj4N8qr7HSF_W4faxUR3VQ9JlClQ3EKlSZMGMdkRDSXrdBD2RIncW2GPeXZ6PkclJEND_QJVOZOcFktV5Mqnk/s640/moscona+fusilados+BB.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">Noche política en en la facultad de sociales. El grupo de Gustavo Moscona realizó la obra ( performance colectiva, instalación teatral) en la que se aborda la cuestión de los fusilamientos de José León Suárez. Un hecho histórico que en el mundo reciente inauguraría el accionar represivo clandestino del estado. Un hecho que se transformaría en bandera de resistencia y rebelión, que de la mano de Rodolfo Walsh haría de la literatura un hecho vital recolocando la literatura pol</span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">icial y convirtiendo al autor en proptagonista implicado. Un hecho histórico también fetichizado, transformado en la literatura cosa, con lectores que matan su vitalidad. Esto que es un problema político del presente ( la transformación en pines para poner en la solapa de lo que fueron banderas revolucionarias, el cumpleaños bobo de hechos rebeldes) está abordado en esta obra. No hay homenaje productivo que sea nostalgia desprendida del presente. Esta obra es productiva sin vueltas. Recuerda que hoy hay fusilados e interpela al público con una retórica, (si se quiere extemporánea) sobre la relación con el presente que si se sostiene en una mirada política crítica tiene que ser irremediable, aunque se dirija a un mundo fragmentado. El artista Diego Bugallo y su equipo del taller La panadería imprimían serigrafías con la imágen que Ricardo Carpani dibujó para el afiche que conmemoraba a los asesinados de 1956 y que firmaba como "Bloque peronista de la CGT de los argentinos". Los presentes se agrupaban frente a los afiches y las remeras. Y se hablaba al fin de la obra sobre Luciano Arruga, sobre la experiencia de Carpani, sobre el papel de Rodolfo Walsh en una organización revolucionaria, se preguntaba sobre la CGT de los argentinos. Los artistas que conforman el grupo de Moscona provienen de distintos lugares sociales y políticos y conforman un colectivo apasionado. Algunos de ellos volvían ya a la noche tarde a Pablo Nogués, a Garín, habían venido con sus hijos, con sus compañeros del barrio. No había militantes peronistas de la facultad en el evento, pero había estudiantes y muchachas y muchachos del conurbano que se encontraban con un hecho histórico que los interpelaba a pensar el presente. Las obras que interpelan de esta manera en un presente de archipiélagos con puentes rotos o deteriorados no son corrientes, quizás porque se imagina que al no haber efervescencia no resultan vitales y no poseen eficacia política. En esta noche en el aula 115 lo que estábamos allí no nos quedó ninguna duda, de que esa apuesta, es una apuesta vital y políticamente válida.</span><br />
<span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br /></span>
<span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">Patricio Dean</span>Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-44039082855921374122016-08-24T14:56:00.003-07:002016-08-24T15:06:18.318-07:00Juanito Laguna, Ángel del espanto (Sobre la película “Pibe chorro”, de Andrea Testa)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCbyke6uG7C1Zs6SAgf_gmvGNUl_rbS0x3OGSosczy2Fch8rLOAhEA7zc5unO1vPeRklAlNx4SzfCNMhvayxf_vm3I57ElZfWhq0TKlELVGorNdYgcOK8ZFG4lSAlzfNdfidf2hrEcrZ_k/s1600/DSC03956.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCbyke6uG7C1Zs6SAgf_gmvGNUl_rbS0x3OGSosczy2Fch8rLOAhEA7zc5unO1vPeRklAlNx4SzfCNMhvayxf_vm3I57ElZfWhq0TKlELVGorNdYgcOK8ZFG4lSAlzfNdfidf2hrEcrZ_k/s640/DSC03956.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: "helvetica" , "arial" , sans-serif; line-height: 18px; white-space: pre-wrap;"><span style="font-size: xx-small;">Imágen Babel Nº3 Pomarola Talk 2016</span></span><br />
<h2>
Juanito Laguna, Ángel del espanto (<span style="font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Sobre la película “Pibe chorro”, de Andrea Testa)<o:p></o:p></span></h2>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Lucas
Rubinich</span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 9.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
¿Cómo se dice algo sobre el otro social y cultural? Y,
específicamente , ¿cómo se dice algo
cuando esa condición de otro genera sentidos comunes fuertes que lo convierten
no solo en un desacreditado por extraño,
sino en portador de un estigma para un
sentido común generalizado? ¿cómo se dice algo sin que la voluntad develadora de los
productores culturales sensibles convierta lo que son situaciones sociales
trágicas, en una tranquilizadora confrontación con ese sentido común, mostrando
limpiamente su falsedad? Sobre estas preguntas, que son un problema, se
construye la Película documental “Pibe Chorro”. Y aunque en el abordaje concreto del documental surjan
elementos disonantes, expresivos de distintas posiciones en el problema, hay al
fin, una mirada con fuerza dramática que se impondrá impregnando al conjunto. El
núcleo de esa mirada, que es la fuerza política del documental, está en la
convivencia de definiciones trágicas sobre el mundo en el que se vive, con
apuestas resistentes que adquieren una
dimensión trascendente al estar montadas sobre esas definiciones, naturalmente imantadoras
de gestos nihilistas <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El escenario sobre el que la película se construye, es familiar a
la periferia de las grandes ciudades. Allí, en el presente argentino, en los
barrios atravesados por situaciones de alta tasa de desempleo, de escasas opciones en cuanto a las formas de obtención de recursos para
los jóvenes, ligadas principalmente al
empleo informal temporario mal pago o la venta de droga barata en relación con
la agencia policial, el centro de la escena lo ocupa la fragmentación del lazo social. Y esto se produce en un marco de agujereamiento en
distinta intensidad de las instituciones estatales con trato directo con esas
poblaciones. Es sobre ese humus que se surgen formas concretas de vida juvenil
diversas, que incluyen también un tipo de práctica delincuencial cuyas
características remiten a hechos llevados a cabo por consumidores de droga
barata. Estos hechos tienen la particularidad de la no obtención de grandes
resultados en términos económicos para el que delinque, pero se implementan con
altos niveles potenciales o reales de violencias en relación a los objetivos y,
además, pueden realizarse contra agentes del propio espacio social y
territorial de pertenencia. Estas experiencias son el material con que se
alimenta la imagen de sentido común
predominante de distintos sectores de la población y de los medios de
comunicación para referir potencialmente al conjunto de los jóvenes de los
barrios de los cinturones urbanos que están en los niveles más bajos de la estructura social<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En un lugar concreto del Partido de La Matanza, en un barrio
popular, el equipo de filmación comienza a interactuar con muchachos y chicas
del barrio contenidos por Mecha, una líder territorial que forma parte de un
grupo de izquierda con persistente presencia en el lugar. Organizan el eje del
guion en relación con un muchacho de 17 años que fue muerto mientras estaban en
proceso de filmación. Lo que se va develando en el transcurso de la película, a través del testimonio de Mecha, es que el
muchacho muerto, Gaby, era uno de los que no robaba y que participa
intensamente en las actividades del grupo y del proceso del documental. A Gaby
lo mata David, otro muchacho de 17 años, vecino del barrio. El sentido de esta
historia básica hecha objeto cultural dependerá, por supuesto, de los elementos
estéticos, culturales, ideológicos que coloreando de una u otro manera, con una
u otra intensidad la historia, conformarán el relato documental<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
II<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En principio, en Pibe Chorro hay elementos de las visiones
del mundo progresistas circulantes en el
campo cultural que se despliegan cuando se construyen objetos culturales sobre
otros sociales y culturales, estigmatizados por las miradas convencionales
predominantes. Esas visiones del mundo fundadas en saberes legitimados académicamente, atienden al papel perverso de
las instituciones disciplinarias y represivas, y a la ignorancia de este papel por el sentido
común generalizado alentado por los discursos de medios de comunicación de
masas. En muchos objetos analíticos y estéticos construidos con estos
materiales, el adversario principal es ese sentido común corporizado en
sectores medios acomodados social y económicamente. Y todo el poder de fuego
está puesto en demostrar el funcionamiento perverso de esas instituciones, tanto
como la ignorancia o complicidad de esos sectores. Los resultados de esas
miradas suelen ser correctos, indudablemente dicen una verdad que además es
amable con la sensibilidad progresista, pero suelen ser artefactos con piezas
tan bien encastradas que no producen desacomodamientos <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hay algo de eso en Pibe Chorro: Y si ese algo hubiese sido
predominante, la película no tendría la capacidad de conmover intelectualmente
como efectivamente ocurre. Porque hay una dimensión trágica que le otorga a
esta película una fuerza singular, y que se impone sobre los elementos antes mencionados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero vale la mención de esos elementos que conforman esa
forma de sensibilidad progresista porque tienen presencia fuerte en zonas de la
cultura como las que generan este documental. En Pibe Chorro a los pocos
minutos de iniciada la película y luego de un extenso poema de decidida impronta dramática dicho por
Vicente Zito Lema, hay una escena con fondo de bosques de Palermo: verdes
salpicados de colores, jacarandáes
violáceos florecidos, lapachos rosados cayendo sobre el lago, y las elegantes
columnas blancas de una pérgola. En ese
contexto se entrevista a dos mujeres que podemos suponer habitando barrios de
clases medias con pretensiones, o medios altos, y con hijos o hermanos en
colegios compatibles con esas expectativas. Se le pregunta a una de ellas su
opinión sobre la baja de edad de imputabilidad y la respuesta, con un decir amable
y correcto en el uso de la lengua legítima, sostiene la necesidad de encierro
para su reeducación. La entrevistadora pregunta si conoce las cárceles y la
entrevistada contesta que no. Con la misma escenografía de fondo una estudiante
universitaria habla de intranquilidad cotidiana frente a los robos. Y en una escenografía más específicamente
urbana, con un fondo de mármol de edificio público un hombre afirma que no se
puede vivir, que matan por centavos y que el estado debe arbitrar los medios
para impedir esa situación. Como en el caso de las otras dos entrevistadas este
rostro también aparece borroso quizás
queriendo significar que eso que se dice va más allá de una opinión individual Cuando el hombre termina su parlamento la
entrevistadora repregunta:¿ A usted le han robado? Y el entrevistado
responde: No. Nunca. Las sonrisas de
superioridad moral del público en el cine Gaumont confirma que esa
sensibilidad progresista fundada en un preciso conocimiento académico,
construye a esa persona blanca de clase media en un objetivo particular de su
confrontación dado que por su condición
de privilegiado social y educativo puede
ser calificado, o bien de ignorante, o una clara expresión de la maldad del
sistema. La misma reacción se presenta cuando un estandapero de barrio
conurbano hace distintos chistes con el miedo que produce su figura aunque no
haga nada Y la verdad, está ironía sobre
un sector estigmatizador, es, para decirlo de algún modo que deje las cuentas
claras, simplificadora. Resulta cómodo dejar la mirada estigmatizadora solo en
los sectores sociales que la sensibilidad política asociada a este sentido
común culto progresista identifica como el que debe ser denunciado. Lo que no
se ve en la película, porque tampoco esa sensibilidad política lo habilita, es
que esa mirada estigmatizadora es
compartida por grandes sectores de trabajadores habitantes en barrios populares más o menos integrados. Y se podría sostener
que quizás la descalificación al pibe chorro es más violenta allí, porque es
más cercana y cotidiana la agresión concreta contra alguien que trabaja y vive
austeramente. El conjunto de esas miradas que omiten lo anterior encastran de manera perfecta con los
correctos y fundados discursos de profesionales que explican conceptos de la
criminología crítica. Las instituciones en el castigo actúan selectivamente
sobre una clase social y son administradoras del dolor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
III<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
A estos aspectos denuncialistas, tan verdaderos como simples, se enfrentan, en
tanto mirada que expresa de algún modo una estética distinta, a la
mayoría de las escenas de la película que sin lugar a dudas tiene aspectos
claramente problematizadores de algunas fuertes convenciones circulantes sobre
la cuestión. Refieren a una zona oscura del mundo popular pero que es relevante
cualitativamente. Hay en ese mundo como en cualquier espacio de la sociedad con
mucha población juvenil, multiplicidad de colores, alegría, vitalidad; pero la
elección acá es dar cuenta de esa zona oscura que efectivamente existe e
impregna de distintas maneras a todo el espacio, Y es en el trabajo sobre esos
aspectos en donde se encuentra su verdadera fuerza política y su potencial
artístico. La participación de Vicente
Zito Lema en tanto decidor de su poesía es fundamental en este sentido. Al
respecto es imprescindible no descuidar que la letra y la entonación clásica de la que se vale Zito Lema
tematizando la preocupación por el otro, provocan en muchas sensibilidades
culturales del presente, una fuerte desconfianza. Fundamentalmente porque esas
entonaciones asociadas a morales humanistas quedaron como manifestaciones
retóricas, despegadas del mundo concreto, como gestos de un paternalismo
abstracto cercano al patetismo. No es este el caso. Ese prejuicio fundado, acá,
se derrumba estrepitosamente<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Las cuatro escenas con las poesías de Vicente
Zito Lema con su voz y entonación clásica- centrales para la identidad estética
más poderosa de la película, junto a una de los testimonios de Mecha la
dirigente barrial-son, coherentemente, escenas oscuras. En la primera la cámara
recorre los pasillos de una fábrica vieja mientras la voz recita. Tambores de
chapa vacíos, alguna maquinaria en desuso, piso de cemento, una oficina con
paredes de madera de los años cuarenta Un espacio que recuerda quizás momentos
vitales, pero que así se ve fantasmal. Y
al fin, se encuentra con el narrador de la voz que parece voz en off y es el
poeta que recita con el papel en la mano en una sala con austeros sillones de
madera y un alambre tejido que a mitad de la pared separa de otros espacios. Allí
el rostro del poeta con la voz que había nombrado al niño de la pobreza como “Angel
del espanto”, le dice los últimos versos a cámara: “¡Oh, alma de niño!/Cuerpo
de la pobreza/Sombra mía,/¿La muerte que besó tus labios/También te arrancó del
paraíso?.”<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En la segunda escena
la voz se escucha con la misma solemnidad y entonación clásica y la
cámara recorre distintas imágenes dibujadas de Gaby , el muchacho muerto. ”Condenados
por el delito de nacer/ donde y cuando no se debía”. No hay aquí culpas tranquilamente localizables
en otros en lo que va diciendo esa voz. Al contrario, en la tercera escena la voz
poética se vale de la primera persona del plural. Y quizás no sea para hablar
en nombre de la sociedad en abstracto, sino de una porción de la sociedad que
en un tiempo no tan lejano pudo construir definiciones concretas sobre los
males del mundo terrestre y que por ello tomó el toro por las astas. Porque las
heridas en una parte del colectivo eran para esas definiciones las propias
heridas. La cámara, en una toma de aficionado o registro de cámaras de seguridad,
muestra desde lo alto de un edificio en la noche, el linchamiento de un
muchacho de parte de otros jóvenes quizás cerca de un boliche. El viejo poeta
de una generación rebelde se vale de
palabras creíbles, en las que se percibe un dolor sin sobreactuaciones, el peso en el alma del que mira el campo de
batalla del lado de los derrotados con una mezcla de tristeza apagada y silencioso desconcierto y se pregunta : ¿La
primera piedra la tiró el miedo?/¿Y detrás del miedo,/Quién abrió las
puertas?/¿Nuestras almas que todo lo podían, cuando sucumbieron?/¿Cuando
nuestra gloria se desvaneció entre los ronquidos de la agonía/Bajo la ciénaga
de la naturalización?” No hay lugar para ambiguedades cuando se ha decidido no
tranquilizar la moral derrotada disfrazándola con tibios fuegos artificiales
que cantan a los derechos en abstracto y
portan íconos fetichizados. Las palabras del poeta portadoras de una belleza
oscura dicen de manera contundente lo
que por razones distintas es difícil de decir para todos: El niño de la pobreza
ya está muerto/Solo espera una palada de tierra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En la cuarta escena el poeta camina por el escenario
fantasmal de la fábrica vieja hasta llegar a un espacio en el que hay colgados,
cual ropa de un cordel, decenas de
papeles con el dibujo en blanco y negro de Gaby. Se ve la espalda del poeta que mira los retratos y la voz dice lo que no es fácil de pensar cuando se
entiende a ese otro como víctima de formas injustas y crueles de organización
de la sociedad. Dice lo directamente innombrable para esas morales derrotadas
que disimulan sus agujeros con ejercicios retóricos que remiten patéticamente a
antiguas efervescencias: El peor de los suplicios en los confines de la
pobreza/Es el niño que nació para la vida/Y mata./Mata porque ya está muerto en
su primer grito/Y en la muerte del otro igual no renace/Ni escapa del destino
oscuro/De los dioses vengativos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Decir que la víctima
mata es comprender hasta límites trágicos la densidad escabrosa de su condición
de víctima .La fuerza política de estas afirmaciones poéticas está en que en su
oscuridad se convierten en crítica radical. El espectador percibe a
través de estas historia una forma de organización del mundo productora de espacios
que se convierten perversamente en un sin salida, que además no espera
pasivamente su destino, sino que lo acelera con potencia autodestructiva,
quebrando las tramas que posibilitan a los oprimidos pararse frente a los
poderosos e imaginar un futuro. Porque no hay otra posibilidad para los
oprimidos que el fortalecimiento del lazo social, lo que el sabio árabe del
1300 Ibn Jaldún llamaba asabiya y que se
traduce como fuerte solidaridad, espíritu del clán. No hay clán, no hay
espíritu de grupo con la víctima convertida en victimario también de los
propios. Y ese es el elemento más trágico que contribuye a la reproducción der
una forma de organización social, política y económica: la destrucción de la
potencialidad política de los más oprimidos. Y hay que reafirmarlo: no la
atenuación y restricción de la capacidad de las formas de expresión política de
los oprimidos, sino, claramente , la destrucción de los elementos básicos que
posibilitan la construcción de lazos que pueden ser transformados en
herramientas de organización y lucha política.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Las sombras, la oscuridad de estas escenas expresan el clima
de tierra arrasada. Y es puesta de
manifiesto también, y en un primerísimo plano, en un diálogo entre pibes privados de la
libertad. La pantalla directamente en
negro durante todo el tiempo en el que se escucha la entrevista entre chicos de
un instituto de menores en un taller de derechos humanos reafirma las crueles
formas de la fragmentación. Es solo la voz de dos chicos con las
entonaciones de un castellano del mundo
juvenil excluido del conurbano. Se
escucha lo que es seguramente un
ejercicio del taller: entrevistas. El ejercicio consiste en que uno pregunta: “¿qué
es lo más feo de estar privado de la libertad . A partir de allí se desata un
diálogo en el que el entrevistador ante
los dichos del entrevistado afirma que “él haría lo necesario para no volver a
ese lugar”. Entonces el entrevistado repregunta provocadoramente:” -¿Harías
algo para no pasar de nuevo por esto? ¿Y si afuera necesitás plata y la gente
no te da trabajo, qué hacés?” Y el otro contesta:“-Y bueno… antes de pasar de
nuevo por esto agarraría un carro y me pondría a juntar cartones, algo. A pedir
monedas. Algo haría. Esto es muy feo. Viste…”. El interrogado cuestiona, y pregunta si sabe que lo van a discriminar.
El otro contesta con la que sabe que es la respuesta convencional, la que
remite a una virtud universal improductiva en el presente globalizado e individualizado,
aunque no necesariamente crea que pueda transformar
eso en una práctica real. Dirá que no le
importa. Que lo importante es dejar al hijo un buen ejemplo para el día de
mañana. Y la intervención final del que había comenzado siendo el entrevistado,
quizás un tanto molesto por que entiende que hay algo de actuación “para el
afuera” del entrevistador, es cruda, sin vueltas:-<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
- ¿Y vos pensás que tu hijo cuando crezca y diga que vos sós
un fracasado y que juntás cartones y todo eso….? ¿Vos te pensás que tu hijo al ver otra gente y otros nenes que tienen
mejores cosas... Vos te pensás que tu hijo te va a querer por eso…? <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El clima sombrío está presente también, aunque de otra forma
en la entrevista al defensor de menores. La figura voluntariosa y con algún
signo de agotamiento del defensor se presenta en el pasillo exterior de un piso
alto que da al patio interno a de un viejo edificio de la justicia rodeado de
estructuras metálicas que sostendrán andamios, quizás para un trabajo de reparación. Es esa figura de luchador, tan cansado como
convencido y persistente, que parece llevar en su gestualidad una voluntad
acostumbrada cada vez más a confirmar la incompatibilidad de la letra jurídica
con la experiencia concreta, la que expresa desazón y llena de nubes oscuras la
posibilidad de alguna alborada. Es el soldado de una Cruz roja sin recursos que trata dignamente de realizar su tarea en el terreno
de los derrotados mientras continua el
bombardeo, y esgrime recursos contra la
flagrante injusticia de esas acciones, aunque el bombardeo luego de alguna
interrupción vuelve a comenzar. La apuesta allí no es cambiar nada, ya que es
imposible dadas así las cosas, sino atenuar algún dolor, quizás solo por un
momento; evitar el castigo indiscriminado contra, por lo menos, algunos de los
miles y miles de afectados. Es por su persistencia y su carencia de fuerzas
objetiva una tarea con algo de heroicidad romántica. Cuando el defensor escucha
que el chico no se quiere ir del lugar de detención porque come todos los días
y tiene pileta, y le intenta explicar
que para garantizar sus derechos a la alimentación y a la recreación no debe
estar privado de su libertad, le cae encima el peso abrumador de un proceso que
cuenta con fortaleza no solo coercitiva sino cultural, y que entonces
desacomoda distintas morales hasta una
situación de crisis anómica. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
IV<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero la escena en la que se llega al grado de reflexión dramática más atropelladora de sentidos comunes, en la que
hay densidad analítica, potencia dramatúrgica y, si se toma en cuenta quien habla, el mayor
grado de radicalidad, de subversión filosófico política, es la intervención de
Mecha, la dirigente barrial, cuando cuenta los detalles de cómo vive el
anoticiamiento de la muerte de Gaby. Mecha es dirigente barrial de un
movimiento de izquierda, criada en ese barrio. Su mirada sobre el mundo es
compleja y sin demasiado esfuerzo perceptivo imaginamos solidez en sus acciones.
En la capacidad argumentativa se observa tanto su cultura de izquierda como su
experiencia sensible como militante territorial. Y es en ese cruce , donde la
tradición iluminista se funde con la sensibilidad romántica, que se habilita un relato que tiene
teatralidad de tragedia griega y capacidad filosófico política.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La pantalla muestra
el rastro en primer plano de una mujer. Es un primer plano como el de los
canales de TV dedicados a noticias policiales que se detienen en las imágenes
sufrientes de la madre o compañera que han perdido hijos o maridos, y que dicen,
como es habitual escuchar con cierta indiferencia con la que se escucha lo
habitual: queremos justicia. Esta es una mujer de barrio y también su rostro es
por momentos un rostro sufriente, pero en este caso su narración camina por una
zona que conmueve, generando sentimientos
que van más allá de la simple identificación con el dolor del otro, aunque también este eso. Es
verdad que el género de primer plano
sufriente incita a la emoción sin
mediaciones. Pero no es así en este caso. Conmueve sí, pero de otra manera;
conmueve, emocional e intelectualmente. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Se trata de una narradora protagonista de un hecho trágico
al que su monólogo final le agrega un singular componente a la tragedia-. En la
primera parte del relato Mecha presenta a Gaby con una anécdota que lo muestra
con voluntad de zafar del destino social marcado, no escapando del lugar, sino
incorporándose a las peleas capilares por evitar en los iguales cercanos ese
destino. Poco tiempo antes de su muerte se ocupaba de dos chicos que querían “rescatarse”.
Mecha cuenta que efectivamente los chicos comenzaron a venir y que uno de ellos
estaba con Gaby el día que lo mataron .<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y ese es el pie para el centro del relato en donde cuenta la
escena en que recibe un llamado confuso de una compañera alterada diciendo que
lo mataron a Gaby. Dice que salió corriendo y que todos salieron corriendo
porque ella seguramente gritó:¡ lo
mataron a Gaby!. El relato y la
gestualidad de la narradora que, claramente no puede evitar la conmoción por el
recuerdo, permiten imaginar la intensidad de esa carrera de Mecha, de otras
mujeres y muchachos del barrio , hasta llegar al lugar de nombre impersonal de película distópica
(Rama 4 y La Central), seguramente familiar
para los del lugar. Allí todos, y ella también, lo ven tirado a Gaby. Tiene la
marca de un tiro en la cabeza . Mecha hace un mínimo alto en el relato, y dice que se desesperó. Un compañero seguramente con autoridad militante, pero en
el lugar del coro en la escena, le propone a Mecha que abandone el coro. Seguramente
porque en esa confrontación pública con la autoridad la mujer es más efectiva.
Le dirá que tiene dos opciones: una es seguir llorando como las otras mujeres
del coro, o limpiar simbólicamente a Gaby.
Le propone que vaya al centro del escenario ocupado por el cuerpo del joven con
un tiro en la cabeza y de una pelea que es una pelea simbólica, una pelea por
la definición de lo ocurrido, que en este caso de acuerdo sea una u otra,
afectará o no, lo que la sensibilidad del grupo entiende que es fundamental: la
honorabilidad del pibe muerto . Las consecuencias jurídicas prácticas de esa
definición realmente no importan. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No interesa que esa definición por la que se lucha tenga
como probable resultado la caracterización penal de otro como victimario y
quizás una condena correspondiente. No. Se trata de dejar claro que el muchacho
muerto, aunque potencialmente podría valerse de ellas porque no es algo extraño
en el barrio, no usaba armas. Y entonces es que efectivamente Mecha ocupará un lugar en el centro de la
escena y modificará el libreto burocrático policial. Porque es seguramente por
comodidad burocrática que se arregla la escena para que este tipo de muertes
sean caracterizadas como “enfrentamiento entre bandas”. Para ello es
imprescindible que se demuestre que la víctima fue el perdedor de una
confrontación armada. La manera de hacerlo es dejar al lado del cuerpo un arma
que sea el tipo de arma usada más corrientemente en los barrios. El papel
protagónico de Mecha en la escena es
cuando, habiendo salido del coro, y advertida por la señal de un
compañero, observa que uno de los policías lleva un revolver calibre 22 y está
por dejarlo al lado del cuerpo. Mecha interpela allí a la secretaria del fiscal
y le advierte cual es la intencionalidad del policía. Logra que saquen a todos
los policías de la escena y que solo quede la policía científica. No permitió
los cambios de un elemento significativo en la escena y logró, al fin, ganar
esa mínima batalla simbólica.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y claro es una batalla mínima y en realidad quizás a otros
vecinos cercanos que no conocían personalmente al muchacho muerto no les
conmueva demasiado el cambio porque, en verdad, también es cierto que el que
ocupa el lugar de Gaby podía haber
portado un arma. No se trata de una denuncia que da cuenta que eso es siempre
así. Es así unas tantas veces y otras tantas veces no. Pero tampoco para Mecha y para sus compañeros es solo una
lucha afectiva por “limpiar” a un individuo, aunque también y fuertemente lo
es. Se trata, sobre todo, en un contexto extraordinariamente adverso, de dar
cuenta, desde esa moral universalista heredera del iluminismo, de cómo las lógicas absurdas de la crisis anómica,
castigaron a un muchacho igual que los otros. Igual que los otros, pero que,
sin embargo, había incorporado una sensibilidad,- no una ideología, ni una
conciencia política-, una sensibilidad, que le permitía avizorar algo relativo
a la posibilidad de pensar que esa forma de vida quizás no formaba parte de un
destino inexorable. Una mínima experiencia de vida que de algún modo puede expresar algo que a primera vista no posee fuerza política,
pero que brota como algo fresco en medio de la tierra arrasada, de los
escombros. Y esta dirigente y sus compañeros creen, o quieren creer, que en estas mínimas luchas hay algo así como una
capacidad constitutiva de los seres humanos de experimentar sensibilidades
alternativas a todas las formas de dominación y también a esta que
infernalmente parece clausurar hasta la
capacidad humana de imaginar futuros.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lo más significativo, no obstante, es lo que podríamos
llamar el monólogo final de este relato que es cuando Mecha, la dirigente barrial se hace preguntas que
desacomodan no solo las seguridades ideológicas, sino también los sostenes que
dan sentido a la convencionalidad de la vida cotidiana. Produce una
objetivación radical y lo hace desde un lugar en el que el afecto, la
sensibilidad, vitaliza con una fuerza arrolladora una mochila cultural
conformada por experiencias de luchas territoriales y tradiciones de
izquierdas. Mecha dice:” David es un pibe de la 20. Como cualquiera de los
otros pibes. La misma edad que Gaby: 17 años.” La cámara toma en primer plano
todo el tiempo el rostro de Mecha. Y un recurso que habitualmente se destina a despertar
la emoción fácil, aquí se convierte en el indicador tajante de credibilidad.
Porque ¿cómo se cree en lo que dice alguien, cuando nadie cree en nada? No es fácil, pero cuando dice lo que dice esta voz y este rostro
observado en sus mínimos gestos, no hay vueltas: cualquiera le cree. Está
hablando del pibe que mató a Gaby por el que ella, como expresa su mirada ,
tenía un cariño especial. Y dice lo que dice de ese otro muchacho con la calma
y la tristeza comprensiva de quien percibió
sin mediaciones, con crudeza intelectual, las formas perversas que
adquiere la organización social y política del mundo en las banquinas de la
estructura social. Y entonces dialoga, como personaje de una tragedia, con la
voz y la entonación clásica de Vicente Zito Lema (El niño de la pobreza ya está
muerto/ solo espera una palada de tierra).Es en ese momento cuando dirá que su
organización le pedía y le exigía que exigieran justicia.Y entonces, utilizando
el recurso de la interrogación retórica, es que el personaje Mecha se yergue
con grandeza trágica para hablarle ya no al interlocutor inmediato, sino a
todos. ¿Me estaban pidiendo que fuera a la fiscalía a pedir que metan preso a
otro pibe como Gaby? ¿Qué lo mande a un penal? ¿Para qué? ¿Justificaba que a
una fiscalía y a un juez que le importan tres carajos todos los pibes nuestros,
les pidiera justicia? No”<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y allí se hace más explícito el diálogo con la voz de Zito
Lema. Y su singularidad, la que convierte a ese diálogo en un diálogo mano a
mano, está en la ternura desolada, que se vale del diminutivo cuando vuelve a
mencionar al muchacho matador:”-David, ya estaba condenado… él solito…” E inmediatamente cuando en su
condición de política ideológica debe encontrar algún elemento explicativo lo
hace con sensibilidad iluminadora describiendo
un leviatán decadente y marginal “tan perverso y tan cruel” que “ajusticiaba a
los pibes, y los sigue ajusticiando, al pedo” Que mata y los convierte también
en matadores de los otros y también de los propios. Por eso hay un victimario
que también es víctima. “Costó muchos que me entendieran”, dice Mecha. Y sentencia con firmeza que sabe que no tiene
que rendirle cuentas a nadie, pero-y la expresión se subraya con un gesto
deseado de bajar la guardia- que sintió alivio cuando la mamá de Gaby la
comprendió. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
V<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Inmediatamente después de este monólogo intenso hay imágenes
sin sonido en la pantalla. Se ve a Gaby, el pibe que mataron. Un primer plano.
Tiene ojos a los que rápidamente se los llama despiertos, y una sonrisa. Quizás
como cualquiera de los otros pibes. Lleva un gorro celeste con viscera, una
remara azul y una campera deportiva roja. Limpias, cuidadas. Es el rostro delicado,
fresco y vital del inocente. De uno de los que no usaba un arma. Y es desacomodador
que él sea el rostro de la película, porque es el que no mató. El que no quería
matar. La imagen, entonces, tiene algo de brutal, porque nos recuerda que la
tirada de dados marcados, producto de
las determinaciones de un proceso generado por un leviatán decadente,
subalterno y oscuro, hacen que cualquiera sea el niño de la pobreza- también el
mismo Gaby- “que nació para la vida”, potencialmente pueda matar y hacerlo con
sus iguales. En ese escenario de ciudad bombardeada y humeante, también está la
infinita capacidad de reconstitución de la naturaleza humana. La voluntad que
no surge “naturalmente” de un estado de efervescencia social, sino la que
existe en la peor de las derrotas. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El final del documental
da cuenta de eso y nuevamente a
través de Mecha la dirigente barrial.Y podría haberlo expresado en sus acciones diarias. En la práctica
cotidiana que acumula frustraciones, pero que no amilana el espíritu guerrero,
aunque los resultados opresivos de la
experiencia triunfante se expanda por los vericuetos más sutiles de la población. Pero se elige
hacerlo con una apuesta personal de la mujer. La escena final, que puede ser
recurrente si se quiere convencional, no
lo es porque corona la experiencia anterior. Es en la sala de espera de un
hospital y luego en la camilla en donde a Mecha se le practica una ecografía.
Es una nena y pesa tanto. Se mueve mucho. Risas de la embarazada y palabras
amables de la médica. Es una apuesta personal y es también una apuesta
política. Como la poesía de Zito Lema, Mecha sabe que en ese escenario
cualquiera de los pibes ( que ella llama los pibes nuestros) puede morir y
matar absurdamente. Al final del monólogo Mecha se pregunta a sí misma y se lo
pregunta a la memoria de Gaby, y responde:” No tiene sentido la muerte de Gaby.
Y mucho menos la de David. No tiene ningún sentido…”. Sin embargo, no es el abismo. No es Macbeth.
Porque hay una apuesta guerrera. Y por eso la escena pierde su convencionalidad.
Porque se va a criar el hijo en ese escenario y entonces no es retórica la idea de lo personal es
político. Aquí es extraordinariamente vital: se hace imprescindible la apuesta
por transformar el mundo para continuar transitando ese trozo del mundo en el
que va a vivir su hija<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
VI<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Allí, sobre los arrabales
de una gran urbe
sudamericana, sobre escenas que se
desarrollan en un pedazo de ese territorio que se llama La Matanza se construye,
a través de un diálogo poético reflexivo
y un poco desordenado, algo potente. Ese diálogo encausa productivamente la
emoción y termina dando cuenta de un nuevo personaje del mundo popular, nacido tanto de los desconciertos de las estéticas
con sensibilidad social, como de las derrotas de múltiples experiencias que se
propusieron cambiar el mundo. Y esto, es un hecho singular. Porque distintas
formas artísticas que son, entre otras cosas, también condensadores de
experiencias, no parecen encontrar en las últimas décadas la manera de abordar productivamente esta
complejidad. Se intentan
estilizaciones sostenidas en los
residuos de un viejo humanismo, a la vez que, y confrontando con ella, se
esbozan formas atravesadas por la ironía que ya no pueden creer en esa
conmiseración retórica hacia los otros, y apuestan a destruirla<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sin lugar a dudas la literatura y las artes visuales habían
construido durante todo el siglo xx, personajes del mundo popular que con
distintas intensidades y por ello con sesgos diferentes, tenían algo en común. Y ese algo en común no se manifestaba en todos los casos en banderas
explícitas, sino más bien, con algún elemento, con gestos, con maneras de
definir una pequeña situación, que
referían desde distintas identidades estéticas e ideológicas a un humanismo que
atendía, en el sentido más fuerte de estos significantes, a los humillados y
ofendidos, a los condenados de la tierra. Los habrá sufrientes soportando el
peso de la injusticia en el principio del siglo XX en la literatura de Boedo,
en el mundo en blanco y negro de los Artistas del pueblo. Más tarde, desde los
albores de los años sesenta y durante esa larga década, las calles de las
ciudades industriales de la Argentina, se encontrarán con los trabajadores
dignos, orgullosos, inquebrantables de
Ricardon Carpani, a través de murales, afiches y los periódicos de organizaciones
sindicales. La Familia obrera de Oscar
Bony surgirá desde un espacio celebrador de la modernidad desarrollista y delineará un tipo social, autodisciplinado y correcto,
portador de una voluntad de integración y una identidad colectiva, que serán
los pertrechos con los que el referente concreto, frustrada la modernidad
política, participará de huelgas y rebeliones callejeras de los años sesenta.
La rebeldía prepolítica, en el cabecita negra de Germán Rozenmacher, en el
Isidro Velásquez de Roberto Carri y en
el Moreira de Leonardo Favio,
acompañará, proporcionándole vitalidad
romántica, a la radicalización política. En cada uno de estas construcciones
artísticas no estará ausente, aunque más no sea a través de algún elemento, esa
sensibilidad común que implícitamente refiere a
los últimos, que algún día, serán los primeros. Tampoco está ausente,
aunque de una manera peculiar que ofendería a los humanistas ingenuos, en el
sufrimiento del mundo popular que volverá con el Niño proletario de Osvaldo
Lamborghini, ya no para la conmiseración
con el dolor de los explotados, sino para redefinir el lugar de la barbarie
encontrándola en la perversidad con ribetes de grandiosidad wagneriana de los
poderosos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero quizás el personaje arquetípico que puede permitir
cruces entre elementos de distintas tradiciones y que
resulta condensador de las
sensibilidades que arman la zona común
impregnada de tonos humanísticos con los que los distintos espacios artísticos
de la argentina han delineado sus miradas sobre el mundo de las clases
subordinadas, sea el Juanito Laguna de Antonio Berni. Juanito habitante de las
villas miserias. Pero de unas Villas Miserias que son el espacio más pobre, pero
no de cualquier sociedad, sino de una
sociedad integrada. El primer Juanito en un grabado blanco y negro camina
descalzo llevando dos baldes de agua, otro se bañará en un riacho o laguna
conurbana, otros jugarán con un trompo o remontarán un barrilete .Se lo verá
sentado junto a otros niños aprendiendo a leer. La familia sufrirá con la
inundación, o festejará en la austeridad de una mesa común la navidad. Podrá
ser ciruja y se lo verá descansando entre los residuos. Ya un Juanito joven
caminará seguro y tranquilo hacia el
trabajo (Going to the fábrica). Y no importa cuando estén fechadas. Todas esas
imágenes de Juanito y el resto dan cuenta de un mundo de la pobreza en una
sociedad integrada y con expectativas, en la que aun en los confines del
suburbio hay espacios tranquilos para el ocio
infantil y juvenil. Hay lazo social fuerte entre los iguales, el
territorio propio está pacificado. Puede caminar tranquilo en el amanecer rumbo
al trabajo. Se vive entre ( y con ) los restos y la basura de la sociedad
industrial; las condiciones del hábitat son indignas. Pero en ese contexto, la
mirada de Juanito es tranquila. Hay dificultades de la pobreza, pero se
afrontan con la calma, con las expectativas de percibir que se camina hacia un futuro.
Hay movilidad social ascendente y altas tasas de empleo. Juanito Laguna es
portador de una cultura del trabajo de los años cincuenta, primeros sesenta. Es un trabajador o hijo de un
trabajador Es parte de algo en común. Es un pobre que está preparado para
mejorar en la vida y eso es un sentimiento colectivo que valoriza la vida de
todos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En el presente cualquier muchacho de los barrios pobres del conurbano
puede ser dibujado con la imagen que un
sentido común generalizado asocia al pibe Chorro. Cada uno de esos muchachos
más allá de cual sea cual sea el papel que le ha tocado en el reparto de
mínimas opciones de integración, llega a un mundo en el que el desempleo creció
a niveles altos y una gran parte de la obtención de recursos se logra a través
de lo que se llama el trabajo informal.Y en el medio de todo esto surge una
nueva opción real de obtención de recursos: otra economía informal, que
afectará a poblaciones juveniles y que se organizará en función de la venta de
droga barata en un complejo entramado que incluye a sectores de las agencias
policiales y que sin vueltas, de manera arrolladora, desarma lazos sociales. Además,
consecuentemente, produce individuos sin futuro; actores posibles de una
absurda guerra de todos contra todo marcada por el sinsentido, por la
inexistencia de horizonte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sobre este mundo se
mueven los nuevos Juanitos Laguna. Y no es fácil dar cuenta de ellos para una
mirada artística con sensibilidad política, a menos que se omitan algunas de
esas potenciales características que ocupan un lugar no menor y que se
relacionan con que adelante de sus ojos no hay caminos, ni habilitación a soñar
con llegar a algún lugar. Y entonces emerge la violencia sin brújula, y no
solamente por la arbitrariedad estatal a través de sus fuerzas represivas, sino
porque formas diversas de un proceso económico, político y cultural, quiebran permanentemente los
entramados que puedan dar sentido autónomo al mundo de los oprimidos. Esta
película da cuenta de esta situación compleja. Puede describir las sombras de
un abismo e imaginar con resistente persistencia que quizás no hay una caída
irremediable en él. Y allí está su fuerza política, en no disimular esos aspectos, en incorporarlos
productivamente construyendo un nuevo Juanito Laguna, disonante para las
sensibilidades artísticas del siglo XX argentino. Este, que puede caminar por
los senderos de un asentamiento urbano en el partid de La Matanza, es un
Juanito Laguna que” nació para la vida y mata”. Y “mata porque ya está muerto
en su primer grito “. Pero es también el
muerto. Es el niño que lleva la muerte sobre su alma. El que “.. en la muerte
del otro igual no renace/Ni escapa del destino oscuro/De los dioses vengativos”.
Es el Juanito Laguna, "Angel del espanto".<o:p></o:p></div>
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<br />Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-2910616006042947522016-08-24T14:56:00.001-07:002016-08-24T15:05:17.477-07:00Juanito Laguna, Ángel del espanto (Sobre la película “Pibe chorro”, de Andrea Testa)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCbyke6uG7C1Zs6SAgf_gmvGNUl_rbS0x3OGSosczy2Fch8rLOAhEA7zc5unO1vPeRklAlNx4SzfCNMhvayxf_vm3I57ElZfWhq0TKlELVGorNdYgcOK8ZFG4lSAlzfNdfidf2hrEcrZ_k/s1600/DSC03956.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCbyke6uG7C1Zs6SAgf_gmvGNUl_rbS0x3OGSosczy2Fch8rLOAhEA7zc5unO1vPeRklAlNx4SzfCNMhvayxf_vm3I57ElZfWhq0TKlELVGorNdYgcOK8ZFG4lSAlzfNdfidf2hrEcrZ_k/s640/DSC03956.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: "helvetica" , "arial" , sans-serif; line-height: 18px; white-space: pre-wrap;"><span style="font-size: xx-small;">Imágen Babel Nº3 Pomarola Talk 2016</span></span><br />
<h2>
Juanito Laguna, Ángel del espanto (<span style="font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Sobre la película “Pibe chorro”, de Andrea Testa)<o:p></o:p></span></h2>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Lucas
Rubinich</span><o:p></o:p></div>
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<span style="font-size: 9.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
¿Cómo se dice algo sobre el otro social y cultural? Y,
específicamente , ¿cómo se dice algo
cuando esa condición de otro genera sentidos comunes fuertes que lo convierten
no solo en un desacreditado por extraño,
sino en portador de un estigma para un
sentido común generalizado? ¿cómo se dice algo sin que la voluntad develadora de los
productores culturales sensibles convierta lo que son situaciones sociales
trágicas, en una tranquilizadora confrontación con ese sentido común, mostrando
limpiamente su falsedad? Sobre estas preguntas, que son un problema, se
construye la Película documental “Pibe Chorro”. Y aunque en el abordaje concreto del documental surjan
elementos disonantes, expresivos de distintas posiciones en el problema, hay al
fin, una mirada con fuerza dramática que se impondrá impregnando al conjunto. El
núcleo de esa mirada, que es la fuerza política del documental, está en la
convivencia de definiciones trágicas sobre el mundo en el que se vive, con
apuestas resistentes que adquieren una
dimensión trascendente al estar montadas sobre esas definiciones, naturalmente imantadoras
de gestos nihilistas <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El escenario sobre el que la película se construye, es familiar a
la periferia de las grandes ciudades. Allí, en el presente argentino, en los
barrios atravesados por situaciones de alta tasa de desempleo, de escasas opciones en cuanto a las formas de obtención de recursos para
los jóvenes, ligadas principalmente al
empleo informal temporario mal pago o la venta de droga barata en relación con
la agencia policial, el centro de la escena lo ocupa la fragmentación del lazo social. Y esto se produce en un marco de agujereamiento en
distinta intensidad de las instituciones estatales con trato directo con esas
poblaciones. Es sobre ese humus que se surgen formas concretas de vida juvenil
diversas, que incluyen también un tipo de práctica delincuencial cuyas
características remiten a hechos llevados a cabo por consumidores de droga
barata. Estos hechos tienen la particularidad de la no obtención de grandes
resultados en términos económicos para el que delinque, pero se implementan con
altos niveles potenciales o reales de violencias en relación a los objetivos y,
además, pueden realizarse contra agentes del propio espacio social y
territorial de pertenencia. Estas experiencias son el material con que se
alimenta la imagen de sentido común
predominante de distintos sectores de la población y de los medios de
comunicación para referir potencialmente al conjunto de los jóvenes de los
barrios de los cinturones urbanos que están en los niveles más bajos de la estructura social<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En un lugar concreto del Partido de La Matanza, en un barrio
popular, el equipo de filmación comienza a interactuar con muchachos y chicas
del barrio contenidos por Mecha, una líder territorial que forma parte de un
grupo de izquierda con persistente presencia en el lugar. Organizan el eje del
guion en relación con un muchacho de 17 años que fue muerto mientras estaban en
proceso de filmación. Lo que se va develando en el transcurso de la película, a través del testimonio de Mecha, es que el
muchacho muerto, Gaby, era uno de los que no robaba y que participa
intensamente en las actividades del grupo y del proceso del documental. A Gaby
lo mata David, otro muchacho de 17 años, vecino del barrio. El sentido de esta
historia básica hecha objeto cultural dependerá, por supuesto, de los elementos
estéticos, culturales, ideológicos que coloreando de una u otro manera, con una
u otra intensidad la historia, conformarán el relato documental<o:p></o:p></div>
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II<o:p></o:p></div>
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En principio, en Pibe Chorro hay elementos de las visiones
del mundo progresistas circulantes en el
campo cultural que se despliegan cuando se construyen objetos culturales sobre
otros sociales y culturales, estigmatizados por las miradas convencionales
predominantes. Esas visiones del mundo fundadas en saberes legitimados académicamente, atienden al papel perverso de
las instituciones disciplinarias y represivas, y a la ignorancia de este papel por el sentido
común generalizado alentado por los discursos de medios de comunicación de
masas. En muchos objetos analíticos y estéticos construidos con estos
materiales, el adversario principal es ese sentido común corporizado en
sectores medios acomodados social y económicamente. Y todo el poder de fuego
está puesto en demostrar el funcionamiento perverso de esas instituciones, tanto
como la ignorancia o complicidad de esos sectores. Los resultados de esas
miradas suelen ser correctos, indudablemente dicen una verdad que además es
amable con la sensibilidad progresista, pero suelen ser artefactos con piezas
tan bien encastradas que no producen desacomodamientos <o:p></o:p></div>
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Hay algo de eso en Pibe Chorro: Y si ese algo hubiese sido
predominante, la película no tendría la capacidad de conmover intelectualmente
como efectivamente ocurre. Porque hay una dimensión trágica que le otorga a
esta película una fuerza singular, y que se impone sobre los elementos antes mencionados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero vale la mención de esos elementos que conforman esa
forma de sensibilidad progresista porque tienen presencia fuerte en zonas de la
cultura como las que generan este documental. En Pibe Chorro a los pocos
minutos de iniciada la película y luego de un extenso poema de decidida impronta dramática dicho por
Vicente Zito Lema, hay una escena con fondo de bosques de Palermo: verdes
salpicados de colores, jacarandáes
violáceos florecidos, lapachos rosados cayendo sobre el lago, y las elegantes
columnas blancas de una pérgola. En ese
contexto se entrevista a dos mujeres que podemos suponer habitando barrios de
clases medias con pretensiones, o medios altos, y con hijos o hermanos en
colegios compatibles con esas expectativas. Se le pregunta a una de ellas su
opinión sobre la baja de edad de imputabilidad y la respuesta, con un decir amable
y correcto en el uso de la lengua legítima, sostiene la necesidad de encierro
para su reeducación. La entrevistadora pregunta si conoce las cárceles y la
entrevistada contesta que no. Con la misma escenografía de fondo una estudiante
universitaria habla de intranquilidad cotidiana frente a los robos. Y en una escenografía más específicamente
urbana, con un fondo de mármol de edificio público un hombre afirma que no se
puede vivir, que matan por centavos y que el estado debe arbitrar los medios
para impedir esa situación. Como en el caso de las otras dos entrevistadas este
rostro también aparece borroso quizás
queriendo significar que eso que se dice va más allá de una opinión individual Cuando el hombre termina su parlamento la
entrevistadora repregunta:¿ A usted le han robado? Y el entrevistado
responde: No. Nunca. Las sonrisas de
superioridad moral del público en el cine Gaumont confirma que esa
sensibilidad progresista fundada en un preciso conocimiento académico,
construye a esa persona blanca de clase media en un objetivo particular de su
confrontación dado que por su condición
de privilegiado social y educativo puede
ser calificado, o bien de ignorante, o una clara expresión de la maldad del
sistema. La misma reacción se presenta cuando un estandapero de barrio
conurbano hace distintos chistes con el miedo que produce su figura aunque no
haga nada Y la verdad, está ironía sobre
un sector estigmatizador, es, para decirlo de algún modo que deje las cuentas
claras, simplificadora. Resulta cómodo dejar la mirada estigmatizadora solo en
los sectores sociales que la sensibilidad política asociada a este sentido
común culto progresista identifica como el que debe ser denunciado. Lo que no
se ve en la película, porque tampoco esa sensibilidad política lo habilita, es
que esa mirada estigmatizadora es
compartida por grandes sectores de trabajadores habitantes en barrios populares más o menos integrados. Y se podría sostener
que quizás la descalificación al pibe chorro es más violenta allí, porque es
más cercana y cotidiana la agresión concreta contra alguien que trabaja y vive
austeramente. El conjunto de esas miradas que omiten lo anterior encastran de manera perfecta con los
correctos y fundados discursos de profesionales que explican conceptos de la
criminología crítica. Las instituciones en el castigo actúan selectivamente
sobre una clase social y son administradoras del dolor.<o:p></o:p></div>
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III<o:p></o:p></div>
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A estos aspectos denuncialistas, tan verdaderos como simples, se enfrentan, en
tanto mirada que expresa de algún modo una estética distinta, a la
mayoría de las escenas de la película que sin lugar a dudas tiene aspectos
claramente problematizadores de algunas fuertes convenciones circulantes sobre
la cuestión. Refieren a una zona oscura del mundo popular pero que es relevante
cualitativamente. Hay en ese mundo como en cualquier espacio de la sociedad con
mucha población juvenil, multiplicidad de colores, alegría, vitalidad; pero la
elección acá es dar cuenta de esa zona oscura que efectivamente existe e
impregna de distintas maneras a todo el espacio, Y es en el trabajo sobre esos
aspectos en donde se encuentra su verdadera fuerza política y su potencial
artístico. La participación de Vicente
Zito Lema en tanto decidor de su poesía es fundamental en este sentido. Al
respecto es imprescindible no descuidar que la letra y la entonación clásica de la que se vale Zito Lema
tematizando la preocupación por el otro, provocan en muchas sensibilidades
culturales del presente, una fuerte desconfianza. Fundamentalmente porque esas
entonaciones asociadas a morales humanistas quedaron como manifestaciones
retóricas, despegadas del mundo concreto, como gestos de un paternalismo
abstracto cercano al patetismo. No es este el caso. Ese prejuicio fundado, acá,
se derrumba estrepitosamente<o:p></o:p></div>
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Las cuatro escenas con las poesías de Vicente
Zito Lema con su voz y entonación clásica- centrales para la identidad estética
más poderosa de la película, junto a una de los testimonios de Mecha la
dirigente barrial-son, coherentemente, escenas oscuras. En la primera la cámara
recorre los pasillos de una fábrica vieja mientras la voz recita. Tambores de
chapa vacíos, alguna maquinaria en desuso, piso de cemento, una oficina con
paredes de madera de los años cuarenta Un espacio que recuerda quizás momentos
vitales, pero que así se ve fantasmal. Y
al fin, se encuentra con el narrador de la voz que parece voz en off y es el
poeta que recita con el papel en la mano en una sala con austeros sillones de
madera y un alambre tejido que a mitad de la pared separa de otros espacios. Allí
el rostro del poeta con la voz que había nombrado al niño de la pobreza como “Angel
del espanto”, le dice los últimos versos a cámara: “¡Oh, alma de niño!/Cuerpo
de la pobreza/Sombra mía,/¿La muerte que besó tus labios/También te arrancó del
paraíso?.”<o:p></o:p></div>
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En la segunda escena
la voz se escucha con la misma solemnidad y entonación clásica y la
cámara recorre distintas imágenes dibujadas de Gaby , el muchacho muerto. ”Condenados
por el delito de nacer/ donde y cuando no se debía”. No hay aquí culpas tranquilamente localizables
en otros en lo que va diciendo esa voz. Al contrario, en la tercera escena la voz
poética se vale de la primera persona del plural. Y quizás no sea para hablar
en nombre de la sociedad en abstracto, sino de una porción de la sociedad que
en un tiempo no tan lejano pudo construir definiciones concretas sobre los
males del mundo terrestre y que por ello tomó el toro por las astas. Porque las
heridas en una parte del colectivo eran para esas definiciones las propias
heridas. La cámara, en una toma de aficionado o registro de cámaras de seguridad,
muestra desde lo alto de un edificio en la noche, el linchamiento de un
muchacho de parte de otros jóvenes quizás cerca de un boliche. El viejo poeta
de una generación rebelde se vale de
palabras creíbles, en las que se percibe un dolor sin sobreactuaciones, el peso en el alma del que mira el campo de
batalla del lado de los derrotados con una mezcla de tristeza apagada y silencioso desconcierto y se pregunta : ¿La
primera piedra la tiró el miedo?/¿Y detrás del miedo,/Quién abrió las
puertas?/¿Nuestras almas que todo lo podían, cuando sucumbieron?/¿Cuando
nuestra gloria se desvaneció entre los ronquidos de la agonía/Bajo la ciénaga
de la naturalización?” No hay lugar para ambiguedades cuando se ha decidido no
tranquilizar la moral derrotada disfrazándola con tibios fuegos artificiales
que cantan a los derechos en abstracto y
portan íconos fetichizados. Las palabras del poeta portadoras de una belleza
oscura dicen de manera contundente lo
que por razones distintas es difícil de decir para todos: El niño de la pobreza
ya está muerto/Solo espera una palada de tierra.<o:p></o:p></div>
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En la cuarta escena el poeta camina por el escenario
fantasmal de la fábrica vieja hasta llegar a un espacio en el que hay colgados,
cual ropa de un cordel, decenas de
papeles con el dibujo en blanco y negro de Gaby. Se ve la espalda del poeta que mira los retratos y la voz dice lo que no es fácil de pensar cuando se
entiende a ese otro como víctima de formas injustas y crueles de organización
de la sociedad. Dice lo directamente innombrable para esas morales derrotadas
que disimulan sus agujeros con ejercicios retóricos que remiten patéticamente a
antiguas efervescencias: El peor de los suplicios en los confines de la
pobreza/Es el niño que nació para la vida/Y mata./Mata porque ya está muerto en
su primer grito/Y en la muerte del otro igual no renace/Ni escapa del destino
oscuro/De los dioses vengativos.<o:p></o:p></div>
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Decir que la víctima
mata es comprender hasta límites trágicos la densidad escabrosa de su condición
de víctima .La fuerza política de estas afirmaciones poéticas está en que en su
oscuridad se convierten en crítica radical. El espectador percibe a
través de estas historia una forma de organización del mundo productora de espacios
que se convierten perversamente en un sin salida, que además no espera
pasivamente su destino, sino que lo acelera con potencia autodestructiva,
quebrando las tramas que posibilitan a los oprimidos pararse frente a los
poderosos e imaginar un futuro. Porque no hay otra posibilidad para los
oprimidos que el fortalecimiento del lazo social, lo que el sabio árabe del
1300 Ibn Jaldún llamaba asabiya y que se
traduce como fuerte solidaridad, espíritu del clán. No hay clán, no hay
espíritu de grupo con la víctima convertida en victimario también de los
propios. Y ese es el elemento más trágico que contribuye a la reproducción der
una forma de organización social, política y económica: la destrucción de la
potencialidad política de los más oprimidos. Y hay que reafirmarlo: no la
atenuación y restricción de la capacidad de las formas de expresión política de
los oprimidos, sino, claramente , la destrucción de los elementos básicos que
posibilitan la construcción de lazos que pueden ser transformados en
herramientas de organización y lucha política.<o:p></o:p></div>
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Las sombras, la oscuridad de estas escenas expresan el clima
de tierra arrasada. Y es puesta de
manifiesto también, y en un primerísimo plano, en un diálogo entre pibes privados de la
libertad. La pantalla directamente en
negro durante todo el tiempo en el que se escucha la entrevista entre chicos de
un instituto de menores en un taller de derechos humanos reafirma las crueles
formas de la fragmentación. Es solo la voz de dos chicos con las
entonaciones de un castellano del mundo
juvenil excluido del conurbano. Se
escucha lo que es seguramente un
ejercicio del taller: entrevistas. El ejercicio consiste en que uno pregunta: “¿qué
es lo más feo de estar privado de la libertad . A partir de allí se desata un
diálogo en el que el entrevistador ante
los dichos del entrevistado afirma que “él haría lo necesario para no volver a
ese lugar”. Entonces el entrevistado repregunta provocadoramente:” -¿Harías
algo para no pasar de nuevo por esto? ¿Y si afuera necesitás plata y la gente
no te da trabajo, qué hacés?” Y el otro contesta:“-Y bueno… antes de pasar de
nuevo por esto agarraría un carro y me pondría a juntar cartones, algo. A pedir
monedas. Algo haría. Esto es muy feo. Viste…”. El interrogado cuestiona, y pregunta si sabe que lo van a discriminar.
El otro contesta con la que sabe que es la respuesta convencional, la que
remite a una virtud universal improductiva en el presente globalizado e individualizado,
aunque no necesariamente crea que pueda transformar
eso en una práctica real. Dirá que no le
importa. Que lo importante es dejar al hijo un buen ejemplo para el día de
mañana. Y la intervención final del que había comenzado siendo el entrevistado,
quizás un tanto molesto por que entiende que hay algo de actuación “para el
afuera” del entrevistador, es cruda, sin vueltas:-<o:p></o:p></div>
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- ¿Y vos pensás que tu hijo cuando crezca y diga que vos sós
un fracasado y que juntás cartones y todo eso….? ¿Vos te pensás que tu hijo al ver otra gente y otros nenes que tienen
mejores cosas... Vos te pensás que tu hijo te va a querer por eso…? <o:p></o:p></div>
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El clima sombrío está presente también, aunque de otra forma
en la entrevista al defensor de menores. La figura voluntariosa y con algún
signo de agotamiento del defensor se presenta en el pasillo exterior de un piso
alto que da al patio interno a de un viejo edificio de la justicia rodeado de
estructuras metálicas que sostendrán andamios, quizás para un trabajo de reparación. Es esa figura de luchador, tan cansado como
convencido y persistente, que parece llevar en su gestualidad una voluntad
acostumbrada cada vez más a confirmar la incompatibilidad de la letra jurídica
con la experiencia concreta, la que expresa desazón y llena de nubes oscuras la
posibilidad de alguna alborada. Es el soldado de una Cruz roja sin recursos que trata dignamente de realizar su tarea en el terreno
de los derrotados mientras continua el
bombardeo, y esgrime recursos contra la
flagrante injusticia de esas acciones, aunque el bombardeo luego de alguna
interrupción vuelve a comenzar. La apuesta allí no es cambiar nada, ya que es
imposible dadas así las cosas, sino atenuar algún dolor, quizás solo por un
momento; evitar el castigo indiscriminado contra, por lo menos, algunos de los
miles y miles de afectados. Es por su persistencia y su carencia de fuerzas
objetiva una tarea con algo de heroicidad romántica. Cuando el defensor escucha
que el chico no se quiere ir del lugar de detención porque come todos los días
y tiene pileta, y le intenta explicar
que para garantizar sus derechos a la alimentación y a la recreación no debe
estar privado de su libertad, le cae encima el peso abrumador de un proceso que
cuenta con fortaleza no solo coercitiva sino cultural, y que entonces
desacomoda distintas morales hasta una
situación de crisis anómica. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
IV<o:p></o:p></div>
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Pero la escena en la que se llega al grado de reflexión dramática más atropelladora de sentidos comunes, en la que
hay densidad analítica, potencia dramatúrgica y, si se toma en cuenta quien habla, el mayor
grado de radicalidad, de subversión filosófico política, es la intervención de
Mecha, la dirigente barrial, cuando cuenta los detalles de cómo vive el
anoticiamiento de la muerte de Gaby. Mecha es dirigente barrial de un
movimiento de izquierda, criada en ese barrio. Su mirada sobre el mundo es
compleja y sin demasiado esfuerzo perceptivo imaginamos solidez en sus acciones.
En la capacidad argumentativa se observa tanto su cultura de izquierda como su
experiencia sensible como militante territorial. Y es en ese cruce , donde la
tradición iluminista se funde con la sensibilidad romántica, que se habilita un relato que tiene
teatralidad de tragedia griega y capacidad filosófico política.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La pantalla muestra
el rastro en primer plano de una mujer. Es un primer plano como el de los
canales de TV dedicados a noticias policiales que se detienen en las imágenes
sufrientes de la madre o compañera que han perdido hijos o maridos, y que dicen,
como es habitual escuchar con cierta indiferencia con la que se escucha lo
habitual: queremos justicia. Esta es una mujer de barrio y también su rostro es
por momentos un rostro sufriente, pero en este caso su narración camina por una
zona que conmueve, generando sentimientos
que van más allá de la simple identificación con el dolor del otro, aunque también este eso. Es
verdad que el género de primer plano
sufriente incita a la emoción sin
mediaciones. Pero no es así en este caso. Conmueve sí, pero de otra manera;
conmueve, emocional e intelectualmente. <o:p></o:p></div>
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Se trata de una narradora protagonista de un hecho trágico
al que su monólogo final le agrega un singular componente a la tragedia-. En la
primera parte del relato Mecha presenta a Gaby con una anécdota que lo muestra
con voluntad de zafar del destino social marcado, no escapando del lugar, sino
incorporándose a las peleas capilares por evitar en los iguales cercanos ese
destino. Poco tiempo antes de su muerte se ocupaba de dos chicos que querían “rescatarse”.
Mecha cuenta que efectivamente los chicos comenzaron a venir y que uno de ellos
estaba con Gaby el día que lo mataron .<o:p></o:p></div>
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Y ese es el pie para el centro del relato en donde cuenta la
escena en que recibe un llamado confuso de una compañera alterada diciendo que
lo mataron a Gaby. Dice que salió corriendo y que todos salieron corriendo
porque ella seguramente gritó:¡ lo
mataron a Gaby!. El relato y la
gestualidad de la narradora que, claramente no puede evitar la conmoción por el
recuerdo, permiten imaginar la intensidad de esa carrera de Mecha, de otras
mujeres y muchachos del barrio , hasta llegar al lugar de nombre impersonal de película distópica
(Rama 4 y La Central), seguramente familiar
para los del lugar. Allí todos, y ella también, lo ven tirado a Gaby. Tiene la
marca de un tiro en la cabeza . Mecha hace un mínimo alto en el relato, y dice que se desesperó. Un compañero seguramente con autoridad militante, pero en
el lugar del coro en la escena, le propone a Mecha que abandone el coro. Seguramente
porque en esa confrontación pública con la autoridad la mujer es más efectiva.
Le dirá que tiene dos opciones: una es seguir llorando como las otras mujeres
del coro, o limpiar simbólicamente a Gaby.
Le propone que vaya al centro del escenario ocupado por el cuerpo del joven con
un tiro en la cabeza y de una pelea que es una pelea simbólica, una pelea por
la definición de lo ocurrido, que en este caso de acuerdo sea una u otra,
afectará o no, lo que la sensibilidad del grupo entiende que es fundamental: la
honorabilidad del pibe muerto . Las consecuencias jurídicas prácticas de esa
definición realmente no importan. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No interesa que esa definición por la que se lucha tenga
como probable resultado la caracterización penal de otro como victimario y
quizás una condena correspondiente. No. Se trata de dejar claro que el muchacho
muerto, aunque potencialmente podría valerse de ellas porque no es algo extraño
en el barrio, no usaba armas. Y entonces es que efectivamente Mecha ocupará un lugar en el centro de la
escena y modificará el libreto burocrático policial. Porque es seguramente por
comodidad burocrática que se arregla la escena para que este tipo de muertes
sean caracterizadas como “enfrentamiento entre bandas”. Para ello es
imprescindible que se demuestre que la víctima fue el perdedor de una
confrontación armada. La manera de hacerlo es dejar al lado del cuerpo un arma
que sea el tipo de arma usada más corrientemente en los barrios. El papel
protagónico de Mecha en la escena es
cuando, habiendo salido del coro, y advertida por la señal de un
compañero, observa que uno de los policías lleva un revolver calibre 22 y está
por dejarlo al lado del cuerpo. Mecha interpela allí a la secretaria del fiscal
y le advierte cual es la intencionalidad del policía. Logra que saquen a todos
los policías de la escena y que solo quede la policía científica. No permitió
los cambios de un elemento significativo en la escena y logró, al fin, ganar
esa mínima batalla simbólica.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y claro es una batalla mínima y en realidad quizás a otros
vecinos cercanos que no conocían personalmente al muchacho muerto no les
conmueva demasiado el cambio porque, en verdad, también es cierto que el que
ocupa el lugar de Gaby podía haber
portado un arma. No se trata de una denuncia que da cuenta que eso es siempre
así. Es así unas tantas veces y otras tantas veces no. Pero tampoco para Mecha y para sus compañeros es solo una
lucha afectiva por “limpiar” a un individuo, aunque también y fuertemente lo
es. Se trata, sobre todo, en un contexto extraordinariamente adverso, de dar
cuenta, desde esa moral universalista heredera del iluminismo, de cómo las lógicas absurdas de la crisis anómica,
castigaron a un muchacho igual que los otros. Igual que los otros, pero que,
sin embargo, había incorporado una sensibilidad,- no una ideología, ni una
conciencia política-, una sensibilidad, que le permitía avizorar algo relativo
a la posibilidad de pensar que esa forma de vida quizás no formaba parte de un
destino inexorable. Una mínima experiencia de vida que de algún modo puede expresar algo que a primera vista no posee fuerza política,
pero que brota como algo fresco en medio de la tierra arrasada, de los
escombros. Y esta dirigente y sus compañeros creen, o quieren creer, que en estas mínimas luchas hay algo así como una
capacidad constitutiva de los seres humanos de experimentar sensibilidades
alternativas a todas las formas de dominación y también a esta que
infernalmente parece clausurar hasta la
capacidad humana de imaginar futuros.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lo más significativo, no obstante, es lo que podríamos
llamar el monólogo final de este relato que es cuando Mecha, la dirigente barrial se hace preguntas que
desacomodan no solo las seguridades ideológicas, sino también los sostenes que
dan sentido a la convencionalidad de la vida cotidiana. Produce una
objetivación radical y lo hace desde un lugar en el que el afecto, la
sensibilidad, vitaliza con una fuerza arrolladora una mochila cultural
conformada por experiencias de luchas territoriales y tradiciones de
izquierdas. Mecha dice:” David es un pibe de la 20. Como cualquiera de los
otros pibes. La misma edad que Gaby: 17 años.” La cámara toma en primer plano
todo el tiempo el rostro de Mecha. Y un recurso que habitualmente se destina a despertar
la emoción fácil, aquí se convierte en el indicador tajante de credibilidad.
Porque ¿cómo se cree en lo que dice alguien, cuando nadie cree en nada? No es fácil, pero cuando dice lo que dice esta voz y este rostro
observado en sus mínimos gestos, no hay vueltas: cualquiera le cree. Está
hablando del pibe que mató a Gaby por el que ella, como expresa su mirada ,
tenía un cariño especial. Y dice lo que dice de ese otro muchacho con la calma
y la tristeza comprensiva de quien percibió
sin mediaciones, con crudeza intelectual, las formas perversas que
adquiere la organización social y política del mundo en las banquinas de la
estructura social. Y entonces dialoga, como personaje de una tragedia, con la
voz y la entonación clásica de Vicente Zito Lema (El niño de la pobreza ya está
muerto/ solo espera una palada de tierra).Es en ese momento cuando dirá que su
organización le pedía y le exigía que exigieran justicia.Y entonces, utilizando
el recurso de la interrogación retórica, es que el personaje Mecha se yergue
con grandeza trágica para hablarle ya no al interlocutor inmediato, sino a
todos. ¿Me estaban pidiendo que fuera a la fiscalía a pedir que metan preso a
otro pibe como Gaby? ¿Qué lo mande a un penal? ¿Para qué? ¿Justificaba que a
una fiscalía y a un juez que le importan tres carajos todos los pibes nuestros,
les pidiera justicia? No”<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y allí se hace más explícito el diálogo con la voz de Zito
Lema. Y su singularidad, la que convierte a ese diálogo en un diálogo mano a
mano, está en la ternura desolada, que se vale del diminutivo cuando vuelve a
mencionar al muchacho matador:”-David, ya estaba condenado… él solito…” E inmediatamente cuando en su
condición de política ideológica debe encontrar algún elemento explicativo lo
hace con sensibilidad iluminadora describiendo
un leviatán decadente y marginal “tan perverso y tan cruel” que “ajusticiaba a
los pibes, y los sigue ajusticiando, al pedo” Que mata y los convierte también
en matadores de los otros y también de los propios. Por eso hay un victimario
que también es víctima. “Costó muchos que me entendieran”, dice Mecha. Y sentencia con firmeza que sabe que no tiene
que rendirle cuentas a nadie, pero-y la expresión se subraya con un gesto
deseado de bajar la guardia- que sintió alivio cuando la mamá de Gaby la
comprendió. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
V<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Inmediatamente después de este monólogo intenso hay imágenes
sin sonido en la pantalla. Se ve a Gaby, el pibe que mataron. Un primer plano.
Tiene ojos a los que rápidamente se los llama despiertos, y una sonrisa. Quizás
como cualquiera de los otros pibes. Lleva un gorro celeste con viscera, una
remara azul y una campera deportiva roja. Limpias, cuidadas. Es el rostro delicado,
fresco y vital del inocente. De uno de los que no usaba un arma. Y es desacomodador
que él sea el rostro de la película, porque es el que no mató. El que no quería
matar. La imagen, entonces, tiene algo de brutal, porque nos recuerda que la
tirada de dados marcados, producto de
las determinaciones de un proceso generado por un leviatán decadente,
subalterno y oscuro, hacen que cualquiera sea el niño de la pobreza- también el
mismo Gaby- “que nació para la vida”, potencialmente pueda matar y hacerlo con
sus iguales. En ese escenario de ciudad bombardeada y humeante, también está la
infinita capacidad de reconstitución de la naturaleza humana. La voluntad que
no surge “naturalmente” de un estado de efervescencia social, sino la que
existe en la peor de las derrotas. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El final del documental
da cuenta de eso y nuevamente a
través de Mecha la dirigente barrial.Y podría haberlo expresado en sus acciones diarias. En la práctica
cotidiana que acumula frustraciones, pero que no amilana el espíritu guerrero,
aunque los resultados opresivos de la
experiencia triunfante se expanda por los vericuetos más sutiles de la población. Pero se elige
hacerlo con una apuesta personal de la mujer. La escena final, que puede ser
recurrente si se quiere convencional, no
lo es porque corona la experiencia anterior. Es en la sala de espera de un
hospital y luego en la camilla en donde a Mecha se le practica una ecografía.
Es una nena y pesa tanto. Se mueve mucho. Risas de la embarazada y palabras
amables de la médica. Es una apuesta personal y es también una apuesta
política. Como la poesía de Zito Lema, Mecha sabe que en ese escenario
cualquiera de los pibes ( que ella llama los pibes nuestros) puede morir y
matar absurdamente. Al final del monólogo Mecha se pregunta a sí misma y se lo
pregunta a la memoria de Gaby, y responde:” No tiene sentido la muerte de Gaby.
Y mucho menos la de David. No tiene ningún sentido…”. Sin embargo, no es el abismo. No es Macbeth.
Porque hay una apuesta guerrera. Y por eso la escena pierde su convencionalidad.
Porque se va a criar el hijo en ese escenario y entonces no es retórica la idea de lo personal es
político. Aquí es extraordinariamente vital: se hace imprescindible la apuesta
por transformar el mundo para continuar transitando ese trozo del mundo en el
que va a vivir su hija<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
VI<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Allí, sobre los arrabales
de una gran urbe
sudamericana, sobre escenas que se
desarrollan en un pedazo de ese territorio que se llama La Matanza se construye,
a través de un diálogo poético reflexivo
y un poco desordenado, algo potente. Ese diálogo encausa productivamente la
emoción y termina dando cuenta de un nuevo personaje del mundo popular, nacido tanto de los desconciertos de las estéticas
con sensibilidad social, como de las derrotas de múltiples experiencias que se
propusieron cambiar el mundo. Y esto, es un hecho singular. Porque distintas
formas artísticas que son, entre otras cosas, también condensadores de
experiencias, no parecen encontrar en las últimas décadas la manera de abordar productivamente esta
complejidad. Se intentan
estilizaciones sostenidas en los
residuos de un viejo humanismo, a la vez que, y confrontando con ella, se
esbozan formas atravesadas por la ironía que ya no pueden creer en esa
conmiseración retórica hacia los otros, y apuestan a destruirla<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sin lugar a dudas la literatura y las artes visuales habían
construido durante todo el siglo xx, personajes del mundo popular que con
distintas intensidades y por ello con sesgos diferentes, tenían algo en común. Y ese algo en común no se manifestaba en todos los casos en banderas
explícitas, sino más bien, con algún elemento, con gestos, con maneras de
definir una pequeña situación, que
referían desde distintas identidades estéticas e ideológicas a un humanismo que
atendía, en el sentido más fuerte de estos significantes, a los humillados y
ofendidos, a los condenados de la tierra. Los habrá sufrientes soportando el
peso de la injusticia en el principio del siglo XX en la literatura de Boedo,
en el mundo en blanco y negro de los Artistas del pueblo. Más tarde, desde los
albores de los años sesenta y durante esa larga década, las calles de las
ciudades industriales de la Argentina, se encontrarán con los trabajadores
dignos, orgullosos, inquebrantables de
Ricardon Carpani, a través de murales, afiches y los periódicos de organizaciones
sindicales. La Familia obrera de Oscar
Bony surgirá desde un espacio celebrador de la modernidad desarrollista y delineará un tipo social, autodisciplinado y correcto,
portador de una voluntad de integración y una identidad colectiva, que serán
los pertrechos con los que el referente concreto, frustrada la modernidad
política, participará de huelgas y rebeliones callejeras de los años sesenta.
La rebeldía prepolítica, en el cabecita negra de Germán Rozenmacher, en el
Isidro Velásquez de Roberto Carri y en
el Moreira de Leonardo Favio,
acompañará, proporcionándole vitalidad
romántica, a la radicalización política. En cada uno de estas construcciones
artísticas no estará ausente, aunque más no sea a través de algún elemento, esa
sensibilidad común que implícitamente refiere a
los últimos, que algún día, serán los primeros. Tampoco está ausente,
aunque de una manera peculiar que ofendería a los humanistas ingenuos, en el
sufrimiento del mundo popular que volverá con el Niño proletario de Osvaldo
Lamborghini, ya no para la conmiseración
con el dolor de los explotados, sino para redefinir el lugar de la barbarie
encontrándola en la perversidad con ribetes de grandiosidad wagneriana de los
poderosos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero quizás el personaje arquetípico que puede permitir
cruces entre elementos de distintas tradiciones y que
resulta condensador de las
sensibilidades que arman la zona común
impregnada de tonos humanísticos con los que los distintos espacios artísticos
de la argentina han delineado sus miradas sobre el mundo de las clases
subordinadas, sea el Juanito Laguna de Antonio Berni. Juanito habitante de las
villas miserias. Pero de unas Villas Miserias que son el espacio más pobre, pero
no de cualquier sociedad, sino de una
sociedad integrada. El primer Juanito en un grabado blanco y negro camina
descalzo llevando dos baldes de agua, otro se bañará en un riacho o laguna
conurbana, otros jugarán con un trompo o remontarán un barrilete .Se lo verá
sentado junto a otros niños aprendiendo a leer. La familia sufrirá con la
inundación, o festejará en la austeridad de una mesa común la navidad. Podrá
ser ciruja y se lo verá descansando entre los residuos. Ya un Juanito joven
caminará seguro y tranquilo hacia el
trabajo (Going to the fábrica). Y no importa cuando estén fechadas. Todas esas
imágenes de Juanito y el resto dan cuenta de un mundo de la pobreza en una
sociedad integrada y con expectativas, en la que aun en los confines del
suburbio hay espacios tranquilos para el ocio
infantil y juvenil. Hay lazo social fuerte entre los iguales, el
territorio propio está pacificado. Puede caminar tranquilo en el amanecer rumbo
al trabajo. Se vive entre ( y con ) los restos y la basura de la sociedad
industrial; las condiciones del hábitat son indignas. Pero en ese contexto, la
mirada de Juanito es tranquila. Hay dificultades de la pobreza, pero se
afrontan con la calma, con las expectativas de percibir que se camina hacia un futuro.
Hay movilidad social ascendente y altas tasas de empleo. Juanito Laguna es
portador de una cultura del trabajo de los años cincuenta, primeros sesenta. Es un trabajador o hijo de un
trabajador Es parte de algo en común. Es un pobre que está preparado para
mejorar en la vida y eso es un sentimiento colectivo que valoriza la vida de
todos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En el presente cualquier muchacho de los barrios pobres del conurbano
puede ser dibujado con la imagen que un
sentido común generalizado asocia al pibe Chorro. Cada uno de esos muchachos
más allá de cual sea cual sea el papel que le ha tocado en el reparto de
mínimas opciones de integración, llega a un mundo en el que el desempleo creció
a niveles altos y una gran parte de la obtención de recursos se logra a través
de lo que se llama el trabajo informal.Y en el medio de todo esto surge una
nueva opción real de obtención de recursos: otra economía informal, que
afectará a poblaciones juveniles y que se organizará en función de la venta de
droga barata en un complejo entramado que incluye a sectores de las agencias
policiales y que sin vueltas, de manera arrolladora, desarma lazos sociales. Además,
consecuentemente, produce individuos sin futuro; actores posibles de una
absurda guerra de todos contra todo marcada por el sinsentido, por la
inexistencia de horizonte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sobre este mundo se
mueven los nuevos Juanitos Laguna. Y no es fácil dar cuenta de ellos para una
mirada artística con sensibilidad política, a menos que se omitan algunas de
esas potenciales características que ocupan un lugar no menor y que se
relacionan con que adelante de sus ojos no hay caminos, ni habilitación a soñar
con llegar a algún lugar. Y entonces emerge la violencia sin brújula, y no
solamente por la arbitrariedad estatal a través de sus fuerzas represivas, sino
porque formas diversas de un proceso económico, político y cultural, quiebran permanentemente los
entramados que puedan dar sentido autónomo al mundo de los oprimidos. Esta
película da cuenta de esta situación compleja. Puede describir las sombras de
un abismo e imaginar con resistente persistencia que quizás no hay una caída
irremediable en él. Y allí está su fuerza política, en no disimular esos aspectos, en incorporarlos
productivamente construyendo un nuevo Juanito Laguna, disonante para las
sensibilidades artísticas del siglo XX argentino. Este, que puede caminar por
los senderos de un asentamiento urbano en el partid de La Matanza, es un
Juanito Laguna que” nació para la vida y mata”. Y “mata porque ya está muerto
en su primer grito “. Pero es también el
muerto. Es el niño que lleva la muerte sobre su alma. El que “.. en la muerte
del otro igual no renace/Ni escapa del destino oscuro/De los dioses vengativos”.
Es el Juanito Laguna, "Angel del espanto".<o:p></o:p></div>
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<br />Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-23985852459749805072016-04-08T06:27:00.002-07:002016-04-08T06:29:01.628-07:00SALUDO A NAUM POLISZUK<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
Ayer despedimos a Naum Poliszuk en el cementerio de Boulogne con una ceremonia austera y poblada de afectos dignos como corresponde a su personalidad. A lo largo de una vida que transcurrió durante 86 años hizo, como una gran parte de las personas de las ciudades del mundo moderno, muchas cosas. Pero fue fundamentalmente obrero textil (más allá de que también entre otros trabajos se desempeñara como obrero ferroviario), porque allí incorporó a su mochila cultural elementos que marcarían fuertemente su mirada sobre el mundo. Siempre estuvo implicado en la lucha política, pero no la desarrolló como una carrera en una estructura de partido, sino desde la sensibilidad que suponía adherir a miradas que luchaban, ni más ni menos, que por la emancipación humana. Alrededor de los 14 años, el pibe que vivía en un conventillo de Villa Crespo, hijo de un judío ucraniano, pintor de paredes en los años treinta, descubrió, más que la acción sindical y política, los ideales trascendentes encarnados en ellas. Serían esos ideales los que contribuirían a conformar una energía inconmensurable para enfrentar las adversidades del mundo al que no se lo aceptaba tal como venía hecho. En ese camino se incorpora como obrero en una de las grandes fábricas textiles que a mediados de los años cuarenta se levantaban bajo la forma de grandes galpones en villa Lynch. Las calles del barrio por ese entonces se poblaban, casi antes de que salga el sol, de miles de obreros. Mujeres y varones duros y sufridos, portadores, no obstante, de una alegría iluminada por las expectativas puestas en escapar de las carencias y de la subordinación campesina de sus orígenes paternos. Sobre ese humus predicaban los profetas que anunciaban la posibilidad de un mundo nuevo, igualitario, justo, en el que se destruirían las jerarquías opresivas y humillantes. Esos profetas obreros conmovieron al pibe que pudo ver en esas experiencias destellos del mundo nuevo: y más que en las palabras, vio esos destellos, en la pura práctica. Y de esos trabajadores desinteresados del bienestar personal, autodidactas, decididos y honorables, tomó banderas fuertes, realmente poderosas, capaces de informar la totalidad de las acciones de un individuo. Y es necesario remarcarlo, las tomó de su práctica, de una práctica que atravesaba los distintos aspectos de la vida. El delegado sindical, el miembro del partido, es sobre todo un trabajador y no cualquier trabajador, sino aquel que debe mostrar aspectos concretos de la moral que se realizará colectivamente en la nueva sociedad buscada. Debe actualizar esa moral en todos los aspectos de la vida cotidiana, con su grupo familiar, con sus vecinos, con sus compañeros de trabajo y con cualquiera con el que se relacione. Y eso fue lo que incorporó Naum Poliszuk de manera extraordinariamente vital y naturalmente consecuente.<br />
Porque se podría hablar de sus credenciales como hombre del mundo sindical y político, pero ocurre que diría muy poco de Naum, señalar que fue miembro del Partido Comunista Argentino, y que en otro momento de su vida se implicó con el peronismo. En todos los momentos la implicación se hizo con esa moral consecuente en la que se entremezclaban, de manera desordenada- como ocurre en la vida real-, la voluntad obrera iluminista y la sensibilidad romántica que le posibilitaba entender, aun en los momentos más conflictivos de enfrentamiento con el peronismo, las complejidades del mundo popular en el que había nacido y cuya identidad portaba orgullosamente.<br />
La cultura universal, entendiendo por esto el estado de las ciencias y las artes en un momento del desarrollo histórico, o, si se quiere, los aspectos más relevantes de lo acumulado por la humanidad hasta ese momento, eran herramientas fundamentales , para decirlo con un lenguaje de las viejas izquierdas, en la lucha por la emancipación humana. Y así lo entendía Naum de manera estricta. Y es por eso que con un poco más de setenta años habiendo participado como asistente a un curso de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, terminó siendo el promotor y organizador principal de una experiencia de extensión universitaria durante varios años que luego se replicó en la Facultad de Ciencias Sociales. El militante obrero experimentado estaba convencido que la universidad era un lugar extremadamente valioso en la sociedad, y su capital cultural amplio de persistente autodidacta le posibilitó relacionarse con gran familiaridad con profesores del mundo de las humanísticas y las sociales. Profesores de distintas especialidades de ambas facultades y del Instituto Gino Germani, recorrimos dictando cursos, asociaciones vecinales, centros culturales barriales y decenas y decenas de distintas delegaciones sindicales por capital, el Gran Buenos Aires y la ciudad de La Plata. Naum discutía con los miembros del grupo sindical o barrial y a partir de allí surgían inquietudes de formación y debate sobre aspectos culturales, sociales políticos y económicos de la propia sociedad. Se puede sostener sin vueltas que en los últimos veinte años estas acciones constituyeron un caso relevante de concreta política de extensión en la medida que contaba con una fuerza cultural singular. El arrollador entusiasmo de Naum hacía que estas experiencias, en momentos en que las propuestas sin fines inmediatistas terrestres valían poco, se convirtieran en vitales, productivas, portadoras de alta potencialidad política<br />
En verdad, quizás dar cuenta de algunos aspectos de este recorrido vital, hacerlos un poco públicos, posibilita afrontar con tranquilidad la tristeza que provoca la muerte de un amigo. Reafirmar las valiosas marcas de esta experiencia de vida, hasta permite que también se entremezclen junto a esa tristeza, retazos de una calma alegría. En la ceremonia austera de despedida en el cementerio de Boulogne, habíamos un grupo de personas además de su compañera, sus hijos, su hermano, amigos, también participantes de la última experiencia creada por Naum: la escuela de formación política “mordisquito”. La escuela funcionó principalmente en la cooperativa El Colmenar en el cuartel V de Moreno. Uno de los muchachos de poco más de veinte años que había participado de esa experiencia, relató, sosteniendo sus palabras en una emoción sincera, cómo la voluntad, y seguramente el afecto de Naum, le permitió ni más ni menos que conocer de otra manera su entorno inmediato y la relación de éste con el mundo. El muchacho nos decía de alguno modo, con palabras, y con su manera de pararse frente a la vida, no solo que ahora era profesor de lenguas y trabajaba de ello, sino fundamentalmente, que como muchos otros compañeros, se había apropiado de algo que parece menos mostrable: la transformación de la inconformidad frente al mundo, en algo productivo, en conocimiento que posibilite entender algo acerca de las maneras en que se vive e imaginar quizás que esas maneras no son justas y tampoco irremediables.<br />
Se dice frecuentemente que experiencias de vida como la de Naum dejan algo así como una herencia. Y, a veces, aun creyéndolo, no dejamos de colocar la palabra en su justo lugar convencional sin desacomodar su condición de pertinente pieza de sentido común. La actitud de ese muchacho hacía visible que no se está hablando de un legado abstracto, sino que el capital que dejaba para ser apropiado era similar en sus núcleos vitales al que aquel rusito de Villa Crespo había descubierto a sus 14 o 15 años tomándolo como una experiencia iluminadora, de obreros que habían conformado su visión en los años treinta. Este capital más que una ideología, es un poderoso sentido práctico que no se conforma simplemente con acceder a parte de la biblioteca universal o con la relación con los aspectos superficiales de la política. Lo interesante, lo vitalmente productivo, es que se trata de una práctica cotidiana coherente que se extiende a las distintas dimensiones de la vida, y que expresa de la manera más potente, una moral. Esa es la herencia real que deja Naum y tiene la particularidad de trascender a su núcleo inmediato ya que la fue desparramando generosamente por distintos lugares en diferentes grupos a lo largo de una apasionada vida.<br />
LR</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-top: 6px;">
La imágen es una obra del artista Abraham Vigo, miembro del grupo Artistas del pueblo, se llama El orador y es de 1933</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-T8zX5pt5ay9YIzU1pYxnAY8CvNjEjA-qLJ117hFIxDftYhSlHyUycPDVsrNLveZpIEjlhZZyHOhJ0941cDnWLdThEKEwWq6lxXOkuRj06fVTqX8RdVn-x4jV3Z8C-oYPXn_UAbID1kR5/s1600/01+vigo+1933+el+orador.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-T8zX5pt5ay9YIzU1pYxnAY8CvNjEjA-qLJ117hFIxDftYhSlHyUycPDVsrNLveZpIEjlhZZyHOhJ0941cDnWLdThEKEwWq6lxXOkuRj06fVTqX8RdVn-x4jV3Z8C-oYPXn_UAbID1kR5/s640/01+vigo+1933+el+orador.jpg" width="548" /></a></div>
Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-72460880134717815462016-03-06T12:51:00.000-08:002017-09-23T06:56:37.871-07:00"La rebeldía no nace de un repollo"<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHCrq2V_gXDE1gCvb6QMbNXH1TuPgoVYpYLetaRRkEtKwR19n7H86JqjcVTHlzckVyCG_v_iYpgMFiorTDagKQj2ek1rMtueF-eXnDrrJLG9iYTsEqTGZJIwQYOdH8XdcCW5ZFs0Bm5gLi/s1600/DSC03868.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHCrq2V_gXDE1gCvb6QMbNXH1TuPgoVYpYLetaRRkEtKwR19n7H86JqjcVTHlzckVyCG_v_iYpgMFiorTDagKQj2ek1rMtueF-eXnDrrJLG9iYTsEqTGZJIwQYOdH8XdcCW5ZFs0Bm5gLi/s640/DSC03868.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Imágen: "Florcitas" Pomarola Talk 2016</span><br />
<span lang="ES-TRAD">La producción de nociones de rebeldía
juvenil en los sesenta<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/art%C3%ADculos%20varios/2012/Juan%20Ruibal/1%20Rubinich%20Juventud%20en%20los%20setentas.doc#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Lucas Rubinich<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">I<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Durante la llamada década de los años
sesenta (que flexiblemente puede incluir los ultimos años de los cincuentas y
los primeros de los setentas) se manifiesta un complejo proceso que se fue
incubando en momentos anteriores y que puso en la escena al actor juvenil como
un sujeto portador y promotor de un espíritu de cambios. Aunque este fenómeno
se extendió a distintas zonas de la sociedad, en términos simbólicos, los
referentes fundamentales de esta asociación entre cambio y juventud fueron
franjas de las generaciones jóvenes de distintas zonas del campo cultural que en
el caso de América Latina, también participaron y de algún modo se convirtieron
en constructores o dinamizadores de zonas heterodoxas dentro del campo
político. Estas diversas experiencias le dieron una fuerza muy particular a una
noción de juventud ligada al inconformismo y la contestación con elementos de
extrema radicalidad, que se convirtió en predominante, sin lugar a dudas, en
tanto relato y en tanto formas icónicas incorporadas a un nuevo momento de la
cultura occidental, <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">La pregunta a contestar es porqué esas
nociones de juventud que cuestionaban el orden adquirieron tanta legitimidad en
la lógica de ese mismo orden, no solo en el momento en que se desprendieron de
los movimientos sociales concretos que podían amenazar ese orden, sino también
en esos mismo momentos en los que desplegaban su capacidad de contestación? Se
ha escrito mucho sobre la capacidad de algunas formas dinámicas del capitalismo
moderno para apropiarse y resignificar experiencias que nacieron como
alternativas y transformarlas en formas
dinámicas de la cultura dominante. La sospecha de que pueda resultar, sino
vano, redundante, insistir en esa dimensión en términos generales, habilita el
intento de dar cuenta de algunos aspectos de los muchos que permitieron darle
tanta visibilidad y reconocimiento a esa noción de juventud contestataria,
antes de que se transforme en íconos expresión de un momento cultural pasado.
A la vez quizás también resulte pertinente intentar un par de hipótesis sobre la
particular complejidad de esa fetichización en la Argentina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">II<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Dos elementos significativos aunque
seguramente existen muchos otros, para intentar dar cuenta de este fenómeno,
son la revolución cubana y en, paralelo, un complejo proceso de modernización
de costumbres del mundo urbano occidental en el marco de transformaciones económicas
y científico-tecnológicas. Por un lado los jóvenes empuñando un arma en el tipo
de experiencia más radical de la contestación a un orden que en este caso
adquiere, bajo la amplia bandera de la lucha por la libertad, una gran
legitimación a nivel internacional. Por otro lado, los jóvenes como actor principal de ese
proceso complejo que incluyen cambios estéticos significativos en las formas de
lo que el sociólogo Goffman llama la presentación de la persona; movimientos
artísticos que emulan en su radicalidad a las vanguardias de los años veintes;
y, en el marco de una extensión
extraordinaria de los medios de comunicación de masas, un movimiento de
mundialización de nuevas formas de la música popular que reafirman y también
son productores de estas transformaciones estéticas,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> La
revolución cubana porque supuso la participación de jóvenes audaces en una
acción de cambio que llamaba a tomar el toro por las astas. Esta experiencia
exitosa que implicó el mayor grado de contestación que es el de alzarse en
armas contra el orden establecido, logró una amplísima aceptación de los medios
de comunicación de masas del mundo occidental en tanto se trataba de una lucha
por la libertad. La lucha por la libertad
y la implicación directa de distintos países, con el consenso de los
sectores dinámicos de grandes capitales del mundo occidental que se podría
llamar opinión pública, tenía el antecedente inmediato de la lucha contra el
facismo. Se había justificado la guerra, que se hacía más legítima conocida la
experiencia del holocausto, aunque haya tenido costos extraordinarios, como los
millones de muertos del pueblo soviético, o la adopción de procedimientos
criminales como el uso de armas nucleares contra la población civil. La
experiencia inmediata demostraba que la lucha por la libertad podía incluir la
violencia, y por eso no es extraño que en las revistas prestigiosas de las
grandes capitales pudiesen aparecer los jóvenes barbados de <st1:personname productid="la Sierra Maestra" w:st="on"><st1:personname productid="la Sierra" w:st="on">la Sierra</st1:personname> Maestra</st1:personname>, como en enero
de 1959 ocurre con la revista Life en
cuya tapa aparece la foto de su comandante Fidel Castro en su momento de
triunfo en La habana. Los diarios liberales de América Latina poblaron sus
páginas con imágenes y crónicas de la experiencia de esos jóvenes. Relatos
heroicos que se parecían más a las narraciones románticas que alguna literatura y periodismo aliado
habían construido sobre los maquis franceses, que a los inconmensurables
sufrimientos del pueblo cuyo ejército liberó Berlín. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">En este caso se trataba de jóvenes cultos
que podían contar con la destreza de organizar y conducir un ejército rebelde y
que poseían ideas y planes acerca de cómo gobernar un país. Un reportaje
realizado por el New York Times a Castro en 1957, cuando ya había iniciado sus
acciones guerrilleras, creaba condiciones de simpatías por lo jóvenes rebeldes
que habilitaba unos años después, la vuelta al mundo de esa imagen del joven
comandante, con una paloma blanca posada en su hombro durante todo el tiempo
que llevó pronunciar su discurso inmediatamente de haber entrado en <st1:personname productid="La Habana. El" w:st="on">La Habana. El</st1:personname> éxito
legitimado de esa revolución creaba condiciones para divulgar el sentimiento
humanístico muy cristiano del comandante triunfante en Santa Clara, el joven
médico argentino apodado El Che. También permitía la relectura, como triunfo de las
ideas previo al triunfo militar, del alegato de la autodefensa del joven
licenciado en derecho Fidel Castro, cuando fue juzgado en 1953 por la toma el
cuartel Moncada y pronunció la frase final “la historia me absolverá” confirmadora
de la asociación juventud-ideales superiores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Jóvenes audaces, informales, con
sensibilidad humanística, cultos, e imaginativos, y, sobre todo, capaces de
gobernar, conmueven y pasan a formar parte del sentido común de época. No solo
no asustan a las jóvenes esposas de clases medias modernas y dinámicas de N
York, Chicago, San Pablo, o Buenos Aires, sino que, por el contrario pueden
convertirlos en sus héroes románticos, cual el de algún folletín oriental, aunque
con un exotismo atenuado por el presente, por alguna vecindad geográfica y
cultural y por la piel blanca. Quizás esta capacidad de seducción sea solo
circunstancial producto del dinamismo de los medios de comunicación y su
inclusión en las luchas políticas. No obstante, en ese momento, estos jóvenes
emprendedores pueden, sin lugar a dudas, ser percibidos como más cercanos al
modelo de aventurero inteligente americano, audaz y propositivo, que el héroe trágico de la película de Elia kazán <em><span style="background: white;">On the waterfront</span></em><em><span style="background: white; font-style: normal;">
, interpretada por Marlon Brando y; por supuesto, es un modelo </span></em></span><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-TRAD" style="background: white; font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 7.5pt;"> </span></span><span lang="ES-TRAD">superador de la decadencia moral del “Rebelde sin causa” , la
pelicula de 1955 que hizo de James Dean
un símbolo de la época. Hollywood se reafirmaba en la posguerra como un poderoso productor de visiones del mundo y
sus ideas de juventud se manifestaban, o bien en los jóvenes integrados exitosos de un mundo que se modernizaba, o bien,
en el caso de los rebeldes, en los
héroes trágicos citados que lograban fuertes empatías con sectores dinámicos
del mundo cultural, quizás porque renegaban de, o simplemente no se plegaban a,
la nueva fiebre del consumo. Los rebeldes en fin, no podían no ser héroes
trágicos. Ellos solos emprenderían una lucha individual, conciente o
inconciente, que culminaría en derrota contra un estilo de vida que los
excluía, o, desesperados, se largarían a
los caminos como Jack Kerouac tratando de encontrar un sentido a la vida que no
era posible de ser hallado en el mundo convencional de una sociedad que se
transformaba arrolladoramente y que colocaba al ciudadano consumidor en el centro
de la escena. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">La imagen de los jóvenes rebeldes
cubanos, por el contrario, a la par que podían encontrar alguna empatía en esas
zona de rebeldías nihilistas por su aventurerismo y audacia, seguramente
también la provocaba en mundos más convencionales en los que esa épica, con el
antecedente inmediato de la lucha contra el facismo, posibilitaba sin demasiado
esfuerzo la asociación entre <st1:personname productid="la Sierra Maestra" w:st="on"><st1:personname productid="la Sierra" w:st="on">la Sierra</st1:personname>
Maestra</st1:personname> e Iwo Jima. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Claro que esta situación de afinidades
electivas entre esas zonas convencionales del mundo urbano moderno y los
jóvenes cubanos, llegará a su fin cuando aparezca la alianza con el comunismo
soviético, pero la experiencia de ese ideal de juventud marcará a las
generaciones más jóvenes que habían podido acceder a esa experiencia como se accede
a una película famosa de Hollywood. Y quedará entonces como un potente elemento
de la cultura de época ligado a la noción de juventud rebelde que se incorporará
de distintas maneras a franjas de las generaciones inmediatamente posteriores y
con una fuerza particular en la juventud del campo cultural latinoamericano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Estados Unidos consolidando su liderazgo
de postguerra, en el marco de la competencia de la guerra fría, se transformará
en una potencia dinamizadora de un
complejo proceso político, socioeconómico y cultural, en el que producirán
cambios arrolladores producto de la implementación de recursos científico
tecnológicos que influenciarán los estilos de vida de modernas franjas de
población urbana del mundo occidental. Con las variantes de cada caso, tanto en
Europa como en América Latina, las universidades duplican o triplican su
población de estudiantes, los niveles secundarios se masifican, la información
llega casi inmediatamente a las salas de los hogares urbanos de las nuevas
clases medias, cuyos miembros acceden a recursos de confort inimaginables para
sus padres.En los EEUU, en los estados sureños se producen los últimos
linchamientos de personas negras y, de a poco y no sin conflictos y bajas de
líderes significativos, se abandona jurídicamente la segregación Una alta tasa de empleo y una
estrategia económica en la que el ciudadano común en tanto consumidor se
convierte en un recurso fundamental para su reproducción y crecimiento, hacen
que una idea de bienestar asociado un par de décadas atrás a sectores medios
altos de la sociedad, pueda realizarse en poblaciones urbanas hijos de
campesinos, de obreros no calificados y también en obreros de las industrias
modernas de la época. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Y es esta misma situación la que despierta
legítimas ambiciones empresariales creando multiplicidad de objetos de consumo
desarrollados en base a nuevas tecnologías que serán masivos y afectarán, por
ejemplo, el modo de vestir, el diseño de los automóviles y de los hogares. La
masividad de este mercado de recién llegados con afán de consumo de elementos a
bajo costo como parte de una épica de la integración, incentivará la
imaginación de ingenieros, publicistas y diseñadores, habilitándolos sin inhibiciones,
y con la aspiración de conquistar otras franjas de ese mercado, a experimentar
tanto con formas y colores como con la misma invención o mejoramiento técnico.
La innovación científica transformada en objeto de consumo de grandes masas de
población moderna producirá la píldora anticonceptiva, que provocará una verdadera
revolución en las costumbres, en principio de sectores dinámicos de las grandes
ciudades, posibilitando hacer explícita y práctica la separación entre el placer
sexual y la reproducción.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">La disputa de la guerra fría hará de EE
UU un activo implementador de políticas culturales modernizadoras en su propio
territorio y también en Europa y América Latina. Se incentivará un estilo de
arte que confronte con el llamado realismo socialista, entonces experiencias
como las de Pollock y las de Kaprow en artes visuales, las de John Cage y las
formas experimentales del freejazz, se incorporarán como parte de una nueva
identidad norteamericana ligada al arte experimental. Becas y subsidios de las
grandes fundaciones norteamericanos para distintos agentes culturales del mundo
no soviético, cubrirán distintas zonas del arte y la cultura, y también, muy
particularmente, estas zonas dinámicas valorizadas por la confrontación que
necesita asociar este modelo a libertad artística y científica.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">La gran habilitación, que se hace
experiencia en las nuevas generaciones, en relación a la libertad de elección
en un mercado poblado de objetos de consumo, a la mayor libertad sexual que
promueve el uso de la píldora, y a la reivindicación de la experimentación
artística, todo esto asociado a su realización en un sistema democrático
republicano como espacio de concreción del ideal de libertad, encontrará
límites, por supuesto culturales, pero también políticos La habilitación de
este ideal democrático para las nuevas generaciones que apuestan por cumplirlo
y profundizarlo, confrontará con límites que reforzarán la rebeldía: en EEUU
los del racismo y la violencia estatal y paraestatal y la decisión del estado por la implicación en Vietnam; en
Europa, las formas institucionales y culturales arcaicas; y en América Latina,
la imposibilidad de implementar un modelo modernizador desarrollista en el
marco de un sistema democrático.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Si como afirma Pierre Bourdieu, “Muchos
de los conflictos entre generaciones son conflictos entre sistemas de
aspiraciones construidos en edades diferentes”, la disonancia entre sistemas de
aspiraciones que produce un cambio de estas dimensiones es abismal en términos
culturales. Si esta distancia abismal ya permite imaginar situaciones de fuerte
conflictividad, no solo por una necesidad de diferenciación, la necesidad de
ser otro, común en las luchas generacionales, sino porque la reafirmación de la
identidad rebelde supone la realización de ideales de libertad recibidos, a
ella deben agregarsele los límites estructurales de la visiones políticas
predominantes. Estas visiones en tanto formas concretas de realización política
y económica de distintos sectores dominantes con influencia fuerte y a veces directa del estado norteamericano, no permiten procesar los intentos estrictos de
realizar esas aspiraciones, que suponen crecientes grados de participación de
grandes masas de población educada y con expectativas crecientes, paradojicamente
ellas mismas promovidas por ese clima modernizador democrático ligado a las visiones
predominantes. Los jóvenes como sujetos de cambios en las relaciones sexuales,
en el cuestionamiento de las jerarquías de instituciones tradicionales
valiéndose de otros comportamientos, portadores de otras maneras de vestir, de
nombrar, de organizar su propia vida; como agentes de la experimentación
artística, encontrando, no sin conflictos, alguna que otra forma de
reconocimiento. Y también, los jóvenes como sujetos de acción política en América
Latina, como parte de un enfrentamiento más radicalizado que adquirirá, a través de la respuesta de los
terrorismos de estado, formas dramáticas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">La necesidad de confrontación con un
orden anterior, de actualización de la rebeldía, que se armaba desde el alto
piso de radicalización en el que confluían la violencia legitimada como
herramienta de cambio y la modernización cultural desarrollista, al encontrarse
frente a ordenes políticos negadores de libertades mínimas, tomaría la forma
contundente de asociación entre juventud y contestación radical. Ese alto grado
de habilitación previo hacia los cambios, había posibilitado que, en algunos
casos-claramente en América Latina-, franjas dinámicas con potencialidad
dirigencial de las generaciones jóvenes, conformaran verdaderas antielites con
capacidad de organizar fuerzas realmente desestabilizadoras del orden político
predominante<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">III<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Claro, en los momentos de efervescencia
social, como muy pertinentemente llama Durkheim a estas situaciones de
intensidad social y cultural “</span><span lang="PT">esa vida más elevada es vivida con tal intensidad y de una manera tan
exclusiva que casi ocupa todo el lugar de las conciencias, que desplaza más o
menos completamente las preocupaciones egoístas y vulgares. Las ideas tienden
entonces a no formar más que una sola cosa con lo real; por eso los hombres
tienen la impresión de que están muy próximos los tiempos en que el ideal
llegará a ser la realidad misma y en que el reino de Dios se realizará en esta
tierra”. Pero el mismo Durkheim atiende en abstracto al fin de esos momentos
afirmando que “la ilusión nunca es durable porque esta misma exaltación no
puede durar: es demasiado agotadora. Una vez pasado el momento crítico, la
trama social se relaja, el intercambio intelectual y sentimental disminuye, los
individuos retornan a su nivel ordinario. Entonces, todo lo que se ha dicho,
hecho, pensado y sentido durante el período de tormenta fecunda no sobrevive ya
sino en forma de recuerdo, de recuerdo prestigioso, sin duda, lo mismo que la
realidad que evoca, pero con la cual ha dejado de confundirse.” Algo así ocurrió
con las rebeldías de los años sesenta en América latina. Claro que sería
pertinente definir cuales fueron las condiciones que dieron como resultado que
se haya extinguido el momento crítico. En toda América Latina, dadas las
características de algunas de las formas políticas que encarnaban ese momento
crítico, la respuesta de los sectores de poder económico y la potencia
predominante en la región, se valieron de los ejércitos nacionales coordinados
para entablar una guerra de exterminio contra las fuerzas llamadas insurgentes.
La manera en que se desató esa guerra comandada por oficiales de los países
periféricos formados en la Escuela de las Américas y en algunos casos con
asesoramientos de expertos franceses en la guerra de Argelia, suponía la
caracterización como combatientes enemigos a los distintos niveles de lo que
consideraban esa fuerza enemiga y que trascendía en mucho a los combatientes
armados. En verdad, como los ejércitos invasores actúan en la actualidad: un
dirigente estudiantil de escuela media, un maestro, un delegado sindical, sus
familiuas, en fin, todas las formas de expresión política y cultural ligados a
la fuerza política considerada insiurgente serían tratados como combatientes
enemigos y los procedimientos de una guerra en la que la inteligencia es
central, se valdría de la tortura a los militantes y eventualmente a miembros
de su familia para la obtención de información.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="PT">El resultado de
esto, es que el momento crítico no se extingue naturalmente por la
burocratización de un proceso triunfante, sino que es violentamente reprimido
porque algunas de las fuerzas que lo encarnaban habían logrado una relativa
capacidad política y militar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="PT">La gran paradoja
es que en argentina se produce una condena con gran legitimidad a la represión
estatal de la dictadura que tuvo repercusión internacional. Y esa condena hace
que los movimientos culturales que formaban parte del proceso general derrotado
sean reivindicados con mucha fuerza en la fundación democrática Hay un clima promovido
por el establishment internacional que se transfiere a la llamada opinión pública,
que implícitamente y bajo distintas formas ambiguas, avala la necesdidad de
derrotar a las fuerzasd insurgentes. La revalorización del sistema democrático
republicano liberal se funda, en realidad, sobre esa derrota. Sin embargo, los
procedimientos utilizados en esa lucha por las fuerzas estatales serán
condenados por distintos sectores culturales relavantes y quizás eso no influya
en políticas concretas, salvo en el caso de Argentina. Este país con un amplísima
franja de sectores medios educados por un sistema educativo público que en los
setenta ya llevaba casi ochenta años de extensión por todo el territorio
nacional y con una economía inestable, pero que había posibilitado con vaivenes,
transformar a esa sociedad en una sociedad integrada de movilidad social
ascendente, con bajas tasas de desempleo y consumos modernos, necesitaba para
fundar la democracia liberal un resarcimiento, luego de que los organismos de
DDHH habían logrado imponer en el mundo que las acciones del estado contra los
revolucionarios civiles merecía la caracterización de Terrorismo de Estado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="PT">La lucha de las
madres de Plaza de Mayo, de las Abuelas de Plaza de Mayo y el premio Nobel al
luchador cristiano Adolfo Pérez Esquivel, fueron fundamentales en imponer esa
carcaterización en el mundo europeo y a partir de eso en la propia sociedad
nacional. Las madres, las abuelas, Pérez Esquivel, eran en su gran mayoría
personas de clase media educadas por ese sistema educativo extendido y además
etnicamente europeos blancos. Las distintas tribunas de europeos cultos
contemplaban conmovidos los relatos de esas personas demasiado iguales que les
contaban el sufrimiento de sus jóvenes y que además les recordaban que entre
esas víctimas de sufrimiento había, aunque mínimamente- pero relevantes en términos
simbólido políticos- ciudadanos europeos. La legitimidad obtenida por estos
luchadores argentinos de DDHH fue extraordinaria. Y es probable que exista una
relación entre esa extraordinaria legitimidad y el acto jurídico excepcional de
la naciente democracia argentina que fue el Juicio a las juntas militares. Que
los líderes de la victoria contra las fuerzas revolucionarias civiles derrotadas
sean llevados al banquillo de los acusados y condenados es sin lugar a dudas
una excepcionalidad. Cómo dijo, con voz de discurso a la tropa, uno de los jefes
militares condenados en ocasión del juicio: “Hemos obtenido la victoria militar
y fuimos derrotado en la guerra psicológica”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="PT">Las rebeldías
juveniles de los años sesenta y setenta en América Latina tuvieron una
extreordinaria productividad en el campo cultural en distintas zonas del arte,
en el pensamiento social, en formas experimentales de pensar la salud, la
educación, etc. Y esa productividad estaba estrechamente relacionada a la
habilitación fuerte a desafiar todos los ordenes que se amparaba a su vez en
que distintas antielites surgidas de ese clima de época estaban dispuestas a
desafiar el orden político de la manera más radical que es con las armas en la
mano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="PT">Debido a la
manera en que se produce el “apaciguamiento” del momento crítico, hay un desligamiento
de las experiencias rebeldes del campo cultural, de las experiencias más
radicalizadas de la política que de modo más o menos indirecto las alentaron,
no porque hiubiera alientos concretos de parte de un grupo, sino porque las
acciones de los revolucionarios civiles contra el orden, habilitaban a pensar y
actuar más radicalmente contra ese orden en sus distintas dimensiones. La
democracia no puede fundarse si no es sobre una doble demonización, de las
juntas militares y las cúpulas guerrilleras. Por esto es que se produce la
separación de los objetos producidos en ese proceso de radicalización, del
proceso de radicalización que los produjo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="PT">Y es así entonces,
que el mundo cultural en general y la indusria cultural en particular, pueden incorporar
diversos elementos de esos procesos de rebeldía derrotados, y rerivindicarlos
como experiencias culturales dignas de ser prestigiadas construyendo la idea
que esa derrota es solo de unas cúpulas guerrilleras y que los objetos culturales
producidos en ese momento son parte de una rebeldía juvenil víctima de la
situación. Así hay una manera de reinventar los aspectos visibles, si se quiere
más superficiales de ese momento. Para revivificar aspectos de ese momento crítico,
están, como sostiene Durkheim,(imaginando un proceso que no supone la derrota
del momento crítico), “las fiestas, las ceremonias públicas, religiosas y
laicas, las predicaciones de toda clase, las de <st1:personname productid="la Iglesia" w:st="on">la Iglesia</st1:personname> o las de las
escuelas, las representaciones dramáticas, las manifestaciones artísticas, en
una palabra, todo lo que puede aproximar a los hombres y hacerlos comulgar en
una misma vida intelectual y moral. Son
como renacimientos parciales y debilitados de la efervescencia de las épocas
creadoras. Pero todos estos medios no tienen más que una acción fugaz o limitada. Durante un
tiempo, el ideal recobra la frescura y la vida de la actualidad se acerca de
nuevo a lo real, pero no tarda en diferenciarse de él nuevamente”</span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Los renacimientos parciales ocurrida esa
derrota se distancian de lo real con mayor contundencia. Hoy, como se ha dicho, no se puede mirar a estas formas culturales,
desprendidas de los movimientos sociales y culturales de los que formaron
parte, sino como fetiches nostálgicos, como discursos residuales sin carnadura social,
como retórica superficial que acompañan prácticas disonantes con el espíritu
que las construyó. Porque es así: solos, desprendidos del proceso social que
los produjo son apenas fetiches. Pero es verdad también que hay algunas prácticas
sociales, algunas maneras de relacionarse, si se quiere también, algunas maneras
de combinar palabras, formas y colores que formaban parte de las banderas
rebeldes y eran estigmatizadas por el estatus quo, que pasaron a formar parte
del piso naturalizado de sociedades contemporáneas. Los gestos que fueron más
contestatarios y hoy son meros íconos como ocurre en las sociedades, acaso
sigan siendo eso hasta desaparecer del horizonte cultural y convertirse en una
mera página en la historia de tal o cual zona de la cultura, o quizás, otros
procesos de rebeldía puedan, en algún momento incierto, reinventarlos
vitalmente<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<div>
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Lucas/Desktop/datos/art%C3%ADculos%20varios/2012/Juan%20Ruibal/1%20Rubinich%20Juventud%20en%20los%20setentas.doc#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES-TRAD"> </span>Una versión más corta
de este artículo se publicó en Informe Escaleno N 4 Buenos Aires diciembre de
2012<o:p></o:p></div>
</div>
</div>
Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-41061015791662272362016-01-09T05:29:00.001-08:002016-01-09T05:30:41.006-08:00Los sentidos comunes ante la metamorfosis de los políticos y la política<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipL0FAMeq6hEWp1AQEi2l7yD4WYYCsOZfJSm8pln0RYkhDvBIq1PbA8-fEKdBIvbV7OzmJn38E4fS75jLw2ANOs9-slEGG0ZyaU6hZFuLJgjhg5ByuscQ2HmuTy_t4aFvjr8GydLiYF8Hy/s1600/DSC03733.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipL0FAMeq6hEWp1AQEi2l7yD4WYYCsOZfJSm8pln0RYkhDvBIq1PbA8-fEKdBIvbV7OzmJn38E4fS75jLw2ANOs9-slEGG0ZyaU6hZFuLJgjhg5ByuscQ2HmuTy_t4aFvjr8GydLiYF8Hy/s640/DSC03733.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Añadir leyenda</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoHeader">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt;">Revista
Ciencias Sociales, facultad de Ciencias Sociales UBA Buenos Aires N 85 Marzo
2014</span><span style="font-size: 8.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 115%;"><span style="font-size: large;">Los sentidos comunes ante la metamorfosis de los
políticos y la política</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lucas Rubinich*<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">I<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Quizás la desestructuración de los partidos
políticos y el debilitamiento de las tradiciones hace que las miradas comunes
sobre los cambios de lo que queda de los partidos en relación a su tradición y
de los agentes políticos en relación a sus partidos, sea de alguna indiferencia
mezclada con cierta percepción de un nuevo estado de cosas. No obstante, se
podría aventurar que los sentidos comunes circulantes en el presente miran con tranquila
desconfianza, aunque también descalifican, por lo menos en el murmullo retórico, a
aquellos agentes políticos que dan un salto de una a otra institución partidaria,
de uno a otro agrupamiento político. También existe el mismo gesto de
desconfianza hacia aquellos que dentro de un mismo espacio son los encargados
de producir maniobras que llevan a lugares que parecen diferentes a los que
marcaba una tradición proporcionadora de identidad. Sin embargo, el que se esos
cambios se hayan vuelto más corrientes con la crisis del sistema de partidos,
no inhibe las evaluaciones críticas, pero quizás las hace menos dramáticas y
casi ausente de consecuencias prácticas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">II<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¿Cuales son los elementos que conforman los sentidos
comunes frente a estos cambios y cómo se estructuran? ¿Hay alguna regularidad
en cuanto a las maneras de pararse frente a estas situaciones influenciados por
creencias, sector social, genero, nivel educativo, etc? Claro que seguramente
hay diferencias si se contemplan esas distintas variables. No obstante, lo que
se quiere plantear aquí, es que la crisis de las identidades políticas probablemente
habiliten formas de pararse frente a esas situaciones que coinciden, aún en las
diferencias, en no asombrase frente a los cambios. Y también que es posible
pensar estas transformaciones de una manera
conceptual apelando a dos tipos ideales antagónicos en las maneras de explicar
la salida del individuo de un grupo. A partir de allí se podrían considerar las
situaciones que harían más o menos intensas cada una de las posibilidades.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Simplemente porque son parte del capital moderno
para explicar la acción humana, es posible imaginar, que en los elementos desplegados
por esos sentidos comunes para dar cuenta de estos recorridos dinámicos, de estos
cambios, pueden encontrarse dos formas que flexiblemente y en un ejercicio de
condensación pueden describirse de la siguiente manera: las que se detienen en
la singularidad del agente concreto que los ha llevado adelante, y las que le
otorgan un valor determinante en relación a esa conducta individual a alguna característica de identidad del
agrupamiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">De alguna manera pueden pensarse como los tipos
ideales opuestos, como las concepciones puras ubicadas en cada punto extremo en
relación a la indeterminación-determinación social de la acción humana que han construido tradiciones diferentes en
la teoría social. En un caso la acción social fuertemente influenciada por el
individuo y en el otro la cultura marcando casi a fuego a ese individuo. Y es
verdad que estas miradas opuestas en la teoría social pueden convivir en un
mismo grupo cultural e inclusive en un mismo individuo en las evaluaciones
cotidianas, porque forman parte de ese capital explicativo moderno de la acción
humana, porque las miradas cotidianas sobre el mundo no se organizan
necesariamente de manera orgánica en función de una ideología y menos de una
teoría y, sobre todo, porque en momentos deshilachamiento de instituciones y tradiciones que fueron
productivas en un momento anterior y de ausencia o falta de legitimidad de las
nuevas, las acciones y las miradas tienen menos contención y se entremezclan
con retazos de distintas morales fragmentadas. De todos modos, elementos de
estas dos formas de explicar acciones de
cambio presentadas como un tipo ideal, pueden encontrarse en la cultura de
nuestras sociedades.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">III<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Por supuesto que hubieron sentidos comunes fuertemente
legitimados en la modernidad occidental que pensaron al individuo como una
determinación social. Sobre todo cuando algunas miradas modernas se preocupaban
por consecuencias alienantes de los cambios que se producían. Ellos, los
cambios, y entonces la entera sociedad, caían con un peso abrumador sobre ese
sujeto de la época que era el individuo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hay imágenes contundentes que refieren al individuo
alienado que ha ingresado en la soledad
de la sociedad de masas y pierde su humanidad. Una pérdida que está en la
soledad de la sociedad de masas que preanuncia una literatura de segunda mitad
del siglo XIX y primeras décadas del XX. Los hombres solos en la multitud de
las nuevas grandes ciudades, en los sistemas que son vistos con nostalgia de
comunidad como “individualistas”, y que deterioran su humanidad hasta
transformarlo en un mero insecto. La metamorfosis que la sociedad produce en
los individuos, no el individuo que cambia, que se metamorfosea a sí mismo. Es,
si se quiere una mirada con sensibilidad sociológica, la idea de la
metamorfosis afectando al individuo, si se quiere a la humanidad del individuo
como el resultado quizás irremediable de los cambios de época cuando se caen
viejas instituciones y con ellas modelos de autoridad que no son reemplazados inmediatamente. Desacomodamientos
productores de seres desmembrados que potencialmente pueden conformar la tasa
de suicidio anómico<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Esta miradas junto a las grandes tradiciones de la
teoría social contemporánea podrían acercarse sin esfuerzo a aquella máxima
platónica que dice “nadie es malvado voluntariamente” . Efectivamente Marx
puede sostener que “los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su
libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo
aquellas circunstancias con las que se encuentran directamente, que existen y
les han sido legadas por el pasado” . Y
una cita libre de Durkheim podría construirse de la siguiente manera: cuando se
quiebran las instituciones los seres humanos que a ellas pertenecían, son más
individuos <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero es cierto que si se atiende a la variedad,
seguramente no infinita, de sentidos comunes que evalúan a los individuos en
relación a sus cambios de identidad grupal o institucional en la mayoría de los
casos prima el sesgo que fuertemente
atribuye poder explicativo a la voluntad individual. Ya sea para saludar
ese cambio, ya para condenarlo. La glorificación de la voluntad individual es
un gesto de las miradas herederas de la tradición moderna, cuando el individuo
abandona instituciones tradicionales: iglesias, estructuras familiares,
identidades de género. Son menos complacientes y aun condenatorios, los
sentidos comunes, también los provenientes de esa misma tradición, que se
actualizan para juzgar a aquellos que abandonan una identidad política. El
sentido común que refiere a los cambios de los políticos se asocia,
fundadamente, a una voluntad individual violadora de un pacto de delegación de
autoridad colectiva, y en tanto ese cambio es evaluado como respondiendo al
interés personal hay una descalificación. Y son distintas las intensidades de
la evaluación generalmente descalificadora, de acuerdo sea la fortaleza de la
tradición y el espacio institucional abandonado. Entre los tipos ideales
extremos de alta y baja productividad
cultural de un espacio portador de una tradición, los gradientes de la actitud descalificadora van desde el
uso pasional del calificativo traición, hasta la mirada tranquilamente crítica
de los que miran algo sobre lo que todavía puede pesar el calificativo de
incorrecto, pero de algún modo perciben como irremediable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">IV<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los sentidos comunes se construyen de manera
compleja siempre, y más todavía en épocas de cambio donde hay deterioro de viejas
miradas. Lo viejo no termina de morir y simbólicamente persiste, porque dicho
quizás de manera un tanto exagerada, en este mundo contemporáneo, lo nuevo ya
llegó, pero sin ninguna bandera trascendente. Es el predominio del individuo,
pero no del individuo trascendente equilibrado por las consignas de la
revolución francesa, es el individuo crudo, pragmático, moviéndose sobre la
escenografía de un republicanismo liberal sin fuerza. Entonces hay que recurrir
a las hilachas de alguna tradición para darle por lo menos la ilusión retórica
de algo parecido a la trascendencia hasta que quizás se apague esa necesidad
construida socialmente o probablemente resurja resignificada alguna tradición
castigada por los nuevos aires de época.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En la política argentina elementos de estas dos
formas mencionadas de explicar los cambios parecen actualizarse simultáneamente.
En la que recurre a variables culturales atribuibles al colectivo (actuó así,
porque los peronistas son así), el desfasaje en relación al deterioro de las
instituciones políticas que informarían ese “ser así”, debería ser pensado como
evidente. Porque, en verdad, ¿es posible actuar como peronista o como radical
en el sentido fuerte cuando hay una importante fragmentación institucional y una
poderosa debilidad simbólica? Para hacer esa evaluación se presume la
existencia de ese colectivo con sostenes institucionales y culturales. Dadas
las condiciones del presente, sería saludable, por lo menos dudar, sino sobre
su existencia, sobre su efectividad, sobre su capacidad de ejercer fuerza
simbólica. Del mismo modo ocurre cuando el cambio se atribuye al individuo y
ese gesto es calificado como traición (traicionó o, quizás, decepcionó, al
radicalismo) lo que presupone, del mismo modo que en el caso anterior, la
existencia de un colectivo realmente existente o una tradición fuerte que se
abandonan. Cuando lo que existen son instituciones y tradiciones que sobreviven
como fantasmas agujereados hasta tanto se las suplante o eventualmente revivan
bajo otras formas, el abandono de esas instituciones y de esas tradiciones, es
apenas caminar hacia otro lado, y está bastante alejado del tipo de la relación
que presupone el gesto fuerte y dramático de la traición.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Desde ya que no se trata de pensar en la existencia anterior
de instituciones o tradiciones impermeables a los cambios, cristalizadas y
poderosas. Si hay algo que no pueden pensarse así son los partidos políticos en
Argentina que como corresponde han sufrido modificaciones en el tiempo y además
han carecido de continuidad de funcionamiento en el marco de tranquilidades
republicanas. No obstante hubo momentos que, con la ambigüedad de los grandes
partidos y en el marco de esa inestabilidad republicana, tuvieron mayor
organicidad y sus tradiciones flexibles pesaron sobre quienes estrictamente conformaban
sus filas y también sobre sus adherentes. Lo cierto es que en el corto tiempo
de los últimos veinte años estos gestos dinámicos (cambios de un grupo a otro,
movimientos contrarios a núcleos de la tradición) han sobreabundado y en
algunos casos han resultado significativos para el conjunto del sistema
político. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">”Peor que la traición es el llano” es la frase que
según algunos viejos políticos habría pronunciado en un espacio de
coloquialidad, un también veterano operador político de uno de los dos grandes
partidos. Seguramente refería en tono de
broma, en una mesa nocturna y luego de alguna batalla electoral, a los reacomodamientos
resultado de una interna partidaria. Elementos de la picaresca política que
podía manifestarse de ese modo en el reconocimiento de seguir habitando un
espacio más o menos común, con algunos elementos conformadores de la tradición
que no era fácil ignorar y que seguramente no se encontraban en la letra
escrita. Había solidaridades tejidas entre sectores heterogéneos en base a
lazos armados en la experiencia que podían evitar, por ejemplo, el abandono
total del derrotado en una interna o algún otro gesto que con tribuía a la
reproducción del espacio. No se trataba de partidos ideológicos, pero si con
algunas marcas culturales compartidas que podían atravesar heterogeneidades
sociales, religiosas y hasta estilos de hacer política, contenidos en el amplio
mundo de una historia y de flexibles banderas que sin embargo podían pensarse
como aglutinantes de algo en común que se actualizaba en la confrontación con
el otro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Por supuesto no hay historia armónica, y hay
momentos de quiebres y de confrontaciones dramáticas. Así y todo, hay prácticas
relevantes en términos simbólicos y cuantitativamente extendidas, con capacidad
de cohesión y reproducción de esos heterogéneos mundos. Por eso la frase que
usa una palabra como traición, más corriente en el mundo peronista que en el
radical, solo es posible de ser pronunciada, en un grupo de pares que forman
parte tanto como él de ese algo flexible pero real que es su partido, de manera
irónica. Y la ironía no inhibe que exista una referencia real. Los abandonos de
unos y reacomodamientos con otros se hacen bajo la protección de esa difusa
cultura común.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">V<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Claro que los cambios operados en los gobiernos de
Carlos Menem, iban a resultar en transformaciones significativas en la
economía, la política y la cultura. Cambios fortísimos que eran parte de una
verdadera revolución neoconservadora a nivel internacional y que en términos
político culturales construía una extraordinaria hegemonía que lograba
inficionar a los partidos convencionales, por supuesto al estado, al mundo de los negocios, y al
campo cultural y científico. Y en términos de transformación simbólica quizás eran
tanto o más relevante que los cambios impulsados por los nuevos aliados del peronismo
en el ministerio de economía, los que pensaban e implementaban funcionarios
técnicos y funcionarios intelectuales que se habían formado en los procesos de
radicalización del mundo universitario de los años sesentas y setentas, y que
formaban parte de las zonas más dinámicas del mundo académico y cultural. Uno
de esos grupos llevaría a cabo en el ámbito de la educación la reforma más regresiva que afectó a la educación
pública argentina y que se armaba como parte de un proceso latinoamericano de
reformas (que habían contribuido a diseñar ) implementado por un organismo
financiero como el Banco Mundial La habilitación y continuidad de estas
experiencias, primero con uno y luego con el otro gran partido, se asentaban,
entre otras cosas en la percepción generalizada, construida desde la fortaleza
política, cultural y económica, de estar ante un cambio de época irremediable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">A partir de esos momentos, no es que masivamente desertan
las tropas y caen estrepitosamente banderas y otros símbolos. Hay situaciones
inerciales que producen una paulatina dilución. Se continua marchando pero quienes
lo hacen, a medida que las prácticas concretas van reafirmando esa nueva visión
del mundo que ahora unifica a ambos partidos y a la centro izquierda, son cada
vez menos peronistas o radicales, o ( lo que es más fácil) frepasistas, y se convierten en individuos que hacen
carrera política. Retóricas que refieren a la sensibilidad nacional popular o
la ética republicana se pronuncian, no necesariamente de forma cínica,
acompañando prácticas que son más deudoras del clima de época que coloca al
individuo pragmático en el centro de la escena, que a las tradiciones que
aquellas refieren. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">VI<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y a medida que pasa el tiempo hay cada vez mayor
habilitación para reafirmar esas prácticas y transformar esa retórica en meras
guirnaldas de una escenografía de ritual cristalizado. Un hecho relevante para
pensar en los quiebres de tradiciones ocurre un día de fines de setiembre de
1999 en el estadio Monumental de Nuñez donde se cerraba la campaña de los
candidatos Eduardo Duhalde y Ramón Palito Ortega. Habló primero el cantante
Ortega y luego Duhalde en medio de una lluvia primaveral que caía sobre 50.000
personas provenientes en su mayoría del conurbano bonaerense.El candidato habló
centralmente a los empresarios. Carteles que referían a las intendencias del
conurbano y a distintos gremios se levantaban en medio de la multitud. El final
del acto, cuando ya amainaba la lluvia subió al escenario la actriz y cantante
Nacha Guevara que había protagonizado una de las versiones del musical Evita y
caracterizada domo Eva Perón cantó No llores por mi Argentina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ese ritual protagonizado por Nacha Guevara es en verdad
fundacional en relación al la conformación de nuevos elementos de la cultura
política que producirán un desfasaje entre la tradición hecha cosa pintoresca
por un lado y la vida política práctica ( lo que verdaderamente hay que hacer
más allá de las identidades) por el otro. Cuando los cambios operados en la
política impiden la recuperación de aspectos de una tradición y sobre todo los
aspectos más rebeldes de esa tradición, ocurre
que a la vez se hace necesario no desprenderse de indicadores de la pertenencia
a esa tradición porque, al fin y al cabo, es sobre esas banderas descoloridas
sobre los que se mantienen las formas organizacionales concretas que, aunque
deterioradas, permiten seguir andando. Entonces se produce ese hecho de
incorporación del ícono de la manera más despolitizada posible negando
cualquier aspecto de relaciones con el
presente, de la lucha política, en tanto lucha.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El ritual del acto político es un ritual en que lo
escenográfico y performático cumplen un papel relevante. Tiene algo de instituyente
ya que se reafirma una diferencia entre el o los líderes y los seguidores, se
confirma el papel del líder, de algún modo es un escenario de revalidación y
fortalecimiento de la autoridad. Y las tradiciones están allí en la forma de
interpelar en la misma escenografía, en las imágenes en las banderas. Pero el
centro vital del ritual está en la performance del líder que cita nombres y
frases familiares a la tradición nombrando al presente, y así la actualiza,
reafirma su autoridad y vivifica la identidad del espacio. El cierre con una performance hecha por una
actriz que es la actualización de un producto de la industria cultural
internacional pone al ícono en una situación de extremo desfasaje con el núcleo
conceptual de un ritual político, sobe todo porque es una performance en un
escenario donde la performance ocupa un lugar central en la revivificación de
la tradición. La performance allí, aun la menos eficiente simbólicamente, es
siempre vital o se propone serlo. En este caso se desvitaliza de manera radical
porque se trata de algún modo de un producto seriado, cosificado, producto de
la industria (legítimo en un teatro, pero
no allí) que además , a diferencia de unas remera con imágen o un afiche, se
propone generar emoción, ilusión de vitalidad. Y además en tradiciones
sensibles a los liderazgos carismáticos, ocupa el escenario donde debe estar el
líder <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Se podría abundar en situaciones de ambos partidos y
en gestos sociales que con mayor o menor intensidad puedan pensarse como
indicadores de la debilidad extrema de tradiciones que tuvieron potencia en la
historia argentina en distintos momentos del siglo XX. Y entonces vendría a cuenta citar lo que algunos
veteranos del radicalismo comentaban con incomodidad en relación a uno de los
jóvenes viceministros del presidente De La Rua, ex militante de la juventud
universitaria,que al renunciar el ministro se negaba a abandonar su cargo de
vice alegando que significaría un deterioro de su posición económica. Y aunque
esto fuera solamente un murmullo el hecho de que resonara fuerte, lo convertía
en un dato. Quizás tampoco sería irrelevante atender como un restaurante de la
zona de Palermo en Buenos Aires se habilitó a jugar con los símbolos de la
tradición peronista, desde el nombre del lugar, hasta las denominaciones del
menú en donde se puede encontrar cerveza roja montonera y, traspasando los
límites cualquier parámetro del buen gusto, una tabla de fiambres que se llama
Pedro Eugenio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">VII<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Sin apelar a un esfuerzo desmedido, es posible
inferir que algo debe pasar en las organizaciones, en los grupos, en sus
identidades, para que ocurran estas cosas que se parecen bastante a un fin de
época que encima no promete alboradas gloriosas en reemplazo. Y quizás no sea
demasiado difícil de ver. No obstante decretar la transparencia del mundo, aun
ante los indicadores de la evidencia, suele convertirse en un movimiento
arriesgado. Sobre todo porque hay una porción no desdeñable de voces diferentes,
social y culturalmente hablando, que con sus respectivas estéticas, parecen creer, o quizás hacen un esfuerzo por
creer para no quedar al descubierto, que existen activamente algunas
tradiciones que se encarnan en algunos individuos, en los restos de uno u otro
partido, e inclusive en algún grupo social, y que las acciones, los movimientos
de la política concreta, pueden ser explicadas en relación con ellos. Además es
verdad que en el mundo dinámico de la política más allá de situaciones de
verdadera hegemonía cultural, hay momentos de significativos desacomodamientos
y siempre, filtraciones. Allí están las poderosas experiencias disruptivas de
algunos países latinoamericanos. Y, específicamente en el caso argentino, los
gobiernos de los Kirchner restituyendo gran parte de la autonomía perdida a la
política e intentando con fuerza y consecuencias reales, la resignificación de
aspectos de una tradición, aunque sin poder modificar la situación de
extrema fragmentación del propio espacio.
Pero aun con estos movimientos que parecen negar lo anteriormente mencionado,
algunas de las condiciones estructurales que generan los debilitamientos
continúan teniendo presencia. Quizás en algún momento se manifestarán con escasa fuerza y en otros
con clara potencia, pero en verdad continúan actualizándose bajo formas
diversas en la vida cotidiana y no
deberían subestimarse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> VIII<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los sentidos comunes arman su mochila con los
residuos de las tradiciones incorporadas, pero también producen procesos de
adaptación creativa a los cambios, también a los no declarados y percibidos
como tales. Somos moneda, dirá Norbert Elías, pero también acuñamos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Porque es cierto, que en todo momento hay formas del
sentido común que, de algún modo u otro, y en el medio de dinámicos idas y
vueltas, dan cuenta de los cambios menos explícitos. Aunque sea de manera
confusa y mezclando elementos de la receta aprendida junto con el sentido
práctico que descubre la legitimidad
potencial de algunas nuevas prácticas. Que, en fin, resultan más compatibles
con el clima de época o, si se quiere, con las nuevas formas de dominación. La
explicación del que atiende a los movimientos del individuo saltando de unos a
otros de los restos del sistema político y que retóricamente hace un gesto de
descalificación frente al abandono de una identidad, también percibe que,
aunque de ese lugar cuelguen guirnaldas que hacen referencia a una tradición,
ya no tiene el poder culturalmente coercitivo de los espacios simbólicamente
fuertes. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Porque tanto el agente concreto que produce ese
cambio mayor o menor, como el que lo descalifica desde algún espacio social y
cultural determinado, están participando en instituciones débiles y de algún
modo u otro pueden percibir y vivir esa debilidad. Es lo que potencialmente
harían otros que juegan el mismo juego de darse circunstancias similares y aun
los ciudadanos que no participan directamente de ese juego y que inclusive
pueden actuar alguna individualista retórica condenatoria. Más allá de los
aires revitalizadores de la ultima década, dadas las condiciones institucionales del
sistema político en el presente, de un clima cultural asentado en prácticas
cotidianas y en transformaciones estructurales profundas, no hay que forzar
demasiado el análisis para dar cuenta, entonces, de que el cambio de bandera política
no es algo que los distintos sentidos comunes circulantes puedan percibir como
extraordinario. Por el contrario, la
relativa indiferencia parece volverlos gestos de algún modo consabidos, quizás
dotados de alguna racionalidad y, acaso, cada vez más justificables socialmente.<o:p></o:p></span></div>
Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-75926644480460945972015-12-31T08:54:00.001-08:002015-12-31T08:54:42.520-08:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVk-YOVysIOKh26v4MAqYdh4PjUvG7oq4qo90hhJQXvdqPPU8c9bssBau9GYzT_yFGI2FxvbV46hnastE8tuW903Pc8fwOHEyPbHnfmhpfiopblhEVte-g4sP294oYD1u2AkpGWdrdL5NL/s1600/DSC03704.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVk-YOVysIOKh26v4MAqYdh4PjUvG7oq4qo90hhJQXvdqPPU8c9bssBau9GYzT_yFGI2FxvbV46hnastE8tuW903Pc8fwOHEyPbHnfmhpfiopblhEVte-g4sP294oYD1u2AkpGWdrdL5NL/s640/DSC03704.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
“Resumen Latinoamericano y del tercer mundo” Nº 139, agosto de 2015<br />
<span style="font-size: large;">La actualización de viejas preguntas a la democracia liberal</span><br />
Lucas Rubinich<br />
<span style="font-size: xx-small;">Sociólogo, profesor de la carrera de sociología UBA, investigador del Instituto de investigaciones Gino</span><span style="font-size: xx-small;">Germani UBA</span><br />
<span style="font-size: xx-small;"><br /></span>
Cómo se impide que pequeños grupos, conformados por ciudadanos miembros de<br />
corporaciones con poder económico, hagan sentir su peso con mucha más efectividad y<br />
contundencia en las decisiones que afectan al conjunto de la sociedad que una masa de<br />
desagregada de la mayoría de ciudadanos comunes que ha delegado el gobierno en<br />
agentes sociales que actúan como sus representantes. Esta es una vieja pregunta que<br />
muchas veces adquiere formas de sentido común antipolítico cuando se acompaña de<br />
rápidas respuestas pesimistas, pero también tiene dimensiones problemáticas de simple<br />
formulación que pueden ser reactualizadas en el presente habilitadas por los profundos<br />
cambios que vienen ocurriendo desde hace más de tres décadas y que afectan el sistema<br />
socioeconómico en su conjunto y en ese marco también al sistema político democrático<br />
realmente existente.<br />
Esa dimensión problemática tuvo poca densidad en los debates de las últimas décadas<br />
en Argentina, porque la experiencia inaugurada en 1983, se construye de manera<br />
compleja sobre una situación en la que, por lo menos dos elementos significativos,<br />
actúan prácticamente inhibiéndola o deslegitimando algún intento extemporáneo de<br />
recolocarla en la mesa de discusión. El primer elemento, es la derrota de las<br />
experiencias revolucionarias, que sí habían mirado críticamente las formas que<br />
llamaban democracias burguesas realizadas concretamente de manera imperfecta, y<br />
custodiadas por el partido militar. El segundo, es el desprestigio y, de hecho, la<br />
desaparición de ese partido militar. Sin partido militar, y desvalorizadas políticamente<br />
las experiencias revolucionarias que habían elaborado complejas visiones críticas sobre<br />
el orden imperante y sobre el conjunto de instituciones que lo conformaban, los partidos<br />
políticos tradicionales de la Argentina, se encontraban con la posibilidad de desplegar<br />
sus acciones en un escenario relativamente ideal de libro de instrucción cívica. Ya no<br />
eran obstáculos, ni la crítica desde las miradas radicalizadas, ni la posibilidad del censor<br />
militar de anular el juego frente a los intentos de modificar relaciones de fuerza<br />
valiéndose de las herramientas de esa imperfecta democracia representativa.<br />
Pero esta situación ideal fue apenas una ilusión socialdemócrata pasajera, que sería<br />
azotada por nuevos vientos cuestionadores que adquirían una fuerza y una extensión<br />
extraordinaria luego de la caída del muro de Berlín. Los nuevos aires la emprendían<br />
contra todas las instituciones del viejo orden que apareciesen como restrictivas a la<br />
libertad individual. En ellas se incluían también las estructuras de los sindicatos y los<br />
partidos políticos, aunque por supuesto, no había esa animadversión hacia otras<br />
asociaciones intermedias como las corporaciones que resultaban del ejercicio de las<br />
formas nombradas como libertad económica. Las críticas a los partidos ideológicos, a<br />
los partidos llamados populistas, el cuestionamiento a las listas sábanas, la institución<br />
de las internas abiertas, estaban dirigidas a destruir las viejas estructuras partidarias que<br />
resultaban opresivas para el actor central al que se le construía un nuevo escenario para<br />
que pudiera desplegar sus potencialidades: el individuo<br />
La pregunta del inicio entonces no es nueva, pero es pertinente porque en su momento<br />
se la utilizó para hacer evidente la ficcionalidad del modelo ideal de la doctrina<br />
democrática sostenida en la hipótesis del individuo soberano que pacta con otros<br />
individuos soberanos y donde no hay asociaciones intermedias entre el ciudadano y sus<br />
representantes. En la práctica concreta, las democracias realmente existentes, dijo<br />
Norberto Bobbio, son un modelo totalmente opuesto, ya que distinto tipo de<br />
asociaciones desde corporaciones económicas, hasta sindicatos y partidos se convierten<br />
en sujetos cada vez más políticamente relevantes, mientras que los individuos lo son<br />
menos. Y, en verdad, la cuestión pasa a ser entonces, que posibilidades de expresión<br />
hay de los distintos sectores sociales a través de estas asociaciones políticamente<br />
relevantes.<br />
Porque, desde ya que hay diferencias entre esas asociaciones que son políticamente<br />
relevantes. Y las diferencias se hacen muy significativas si se considera una cuestión<br />
central de la lucha política, como lo son las condiciones de producción de la opinión de<br />
los grupos dominados. Dice el sociólogo Pierre Bourdieu “El modo de producción<br />
atomístico y agregativo querido por la visión liberal es favorable a los dominantes que<br />
tienen interés en el laisser-faire y pueden contentarse con estrategias individuales<br />
(de reproducción) porque el orden social, la estructura, juega en su favor. Por el<br />
contrario, para los dominados, las estrategias individuales, protesta, derrame, frenado,<br />
etc., y todas las formas de la lucha de clases cotidiana son poco eficaces. Ellos<br />
no pueden tener estrategias eficaces más que colectivas, y que suponen pues<br />
estrategias de construcción de la opinión colectiva y de su expresión.”<br />
Las formas que potencialmente contribuían a desarrollar estrategias de construcción de<br />
la opinión colectiva sobreviven con distintos grados de debilidad en las diversas<br />
sociedades nacionales. Por distintos motivos, en los que deben incluirse centralmente,<br />
los cambios económicos que resultan en transformaciones del trabajo y la producción y<br />
el deterioro de tradiciones que reivindicaban la construcción de colectivos sociales<br />
como herramienta para luchar por mejores condiciones de vida de la humanidad, las<br />
instituciones relevantes de la lucha política que posibilitaba la participación popular se<br />
han deteriorado fuertemente. Y el deterioro ha sido estructural y político cultural.<br />
En el caso argentino las transformaciones de los partidos sostenidos en los residuos de<br />
sus tradiciones, que apenas pueden producir alguna mínima ilusión de pertenencia a un<br />
colectivo tras banderas deshilachadas; fragmentados, y con el objetivo real de<br />
conquistar una porción del estado, posibilitan el surgimiento de individuos que<br />
eventualmente se transforman en profesionales de la política y cuya experiencia puede<br />
ser ofrecida a los distintos espacios en función, entre otras cosas, de su capacidad para<br />
interpelar y seducir a un electorado de individuos adicionados por algunas opiniones<br />
que no expresan una opinión construida colectivamente. Son individuos de la clase<br />
política que no portan una bandera, sino que atienden a una suma de individuos y en<br />
todo caso a fracciones de individuos agrupados circunstancialmente en torno a un<br />
reclamo.<br />
Es verdad que aun en estas circunstancias puede darse alguna relativa autonomía de ese<br />
mundo político a través del manejo de algunos recursos estatales y también mediante<br />
algún liderazgo que, aun sin partido, pueda generar ciertos religamientos en una masa<br />
de individuos. Pero lo que es cierto, es que esa masa de individuos, en tanto no<br />
encuentre la posibilidad de crear espacios que permitan la construcción de opinión<br />
colectiva, no poseen la capacidad de presionar a ese líder, de transformarlo, si se quiere<br />
en términos ideales, en portavoz de esa opinión colectiva. Simplemente porque no hay<br />
opinión construida colectivamente, sino reclamos circunstanciales de una masa de<br />
individuos que puede eventualmente producir empatía con algún liderazgo que atienda<br />
esos reclamos y expectativas diversas<br />
En esa situación, los sectores dominados de la sociedad están en un estado de<br />
extraordinaria desventaja frente a las diversas categorías dominantes actuantes en las<br />
sociedades contemporáneas, que bajo distintas formas, no solo influyen en el<br />
administrador circunstancial del estado, sino que como nunca y sin mediaciones a través<br />
de diferentes corporaciones de medios de comunicación de masas, participan en la lucha<br />
política directa con más efectividad que a través de las instituciones formalmente<br />
representativas vacías de contenidos colectivos.<br />
A partir de la experiencia argentina de estos treinta años es posible imaginar que estén<br />
apareciendo condiciones que habiliten a preguntarse por las formas de la participación<br />
de los ciudadanos en las decisiones que atañen al conjunto de la sociedad. Es más,<br />
resulta indispensable que el sistema democrático realmente existente sea interpelado<br />
críticamente si es que piensa en la posibilidad de intervención real de la mayoría de la<br />
población en las luchas políticas densas. Y esto último no supone la competencia por la<br />
administración de un estado de cosas dado, sino en el sentido más fuerte, luchas por<br />
imponer principios de visión y división del mundo.<br />
<br />
Bourdieu, Pierre, 2000: Formas de acción política y modos de existencia de grupos. En<br />
“Sobre el campo político”, Presses universitaires de Lyon, LyonSociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-70090193627595554232015-04-20T08:51:00.002-07:002016-01-02T07:51:21.869-08:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0zwOsc93T9awaXh_gOIP9FYgxivrCbFaH7nMSo3ie2nwJZVmbgVubYsCgn9gjVcilXGILdZDFAyf7HjOQJyrCZmA4qKk_gNpsvaOTJdfHXNfdAF7uMR9svk1fAK7A3Y4A53dUwT7H9sAN/s1600/afiche+heredia+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="500" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0zwOsc93T9awaXh_gOIP9FYgxivrCbFaH7nMSo3ie2nwJZVmbgVubYsCgn9gjVcilXGILdZDFAyf7HjOQJyrCZmA4qKk_gNpsvaOTJdfHXNfdAF7uMR9svk1fAK7A3Y4A53dUwT7H9sAN/s640/afiche+heredia+2.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 12px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: 16.0799999237061px; orphans: auto; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 1; word-spacing: 0px;">
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<br />
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<div>
<div class="_5r69" style="max-width: initial;">
<div class="mtm" style="margin-top: 10px;">
<div class="mtm plm _5pcm" style="border-left-color: rgb(204, 204, 204); border-left-style: solid; border-left-width: 2px; margin-top: 10px; padding-left: 10px;">
<div class="mtm _5pco" data-ft="{"tn":"K"}" style="color: #666666; font-size: 12px; margin-top: 10px;">
<div class="text_exposed_root text_exposed" id="id_55351f6ce712a6221867053" style="display: inline;">
<div style="margin: 1em 0px;">
“El conocimiento de las ciencias sociales y la vida pública”<br />
Debates del CECYP en el Germani<br />
Primera reunión. Lunes 20 de abril, 18,30 hs aula 1</div>
<div style="margin: 1em 0px;">
Mariana Here<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">dia, "Más allá de la oligarquía agropecuaria: las clases altas hoy"</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="display: inline;">
<div style="margin: 1em 0px;">
Este ciclo de charlas se propone abordar, desde la especificidad del conocimiento de las ciencias sociales, elementos de algunas cuestiones que tienen presencia fuerte en la vida pública contemporánea.<br />
Esta especificidad que le da sentido al debate se construye, por supuesto, con condicionamientos diversos, entre los que las particularidades del momento histórico no son menores. El hecho de estar atravesando un fin de época en que lo viejo no termina de morir pero lo nuevo se vislumbra más por el desfasajes de las prácticas en relación a instituciones del viejo orden, que por los reflejos de alguna alborada futura, produce distintos desacomodamientos en la sociedad en general y en el campo académico y cultural en particular. Los debates, no escapan a estos desacomodamientos, que se manifiestan, produciendo desconcierto y bajo interés, cuando los agentes culturales llegan a la arena pública sin otro pertrecho que una parcial voluntad ciudadana y una autoridad cultural( la del intelectual) a la que no es difícil encontrarle marcas que den cuenta de su deterioro.<br />
Esta propuesta, realizada por un grupo con clara identidad académica, tiene como intención distanciarse, tanto de la legítima y exhaustiva exposición de la clase magistral o el seminario intensivo, como del discurso mimetizado con algunas de las formas sesgadamente crudas del debate político cultural. La apuesta, por el contrario, supone poner sobre una mesa de pares, algunos elementos presentes en la vida pública problematizados desde herramientas de la teoría social, que permitan, entonces, confrontar con sentidos comunes portadores de cierta legitimidad política y cultural<br />
Las exposiciones serán de media hora y un comentarista introducirá al debate posterior<br />
Abril<br />
Lunes 20 de abril<br />
Mariana Heredia, "Más allá de la oligarquía agropecuaria: las clases altas hoy"<br />
(Afiche: Pomaroila Talk 2015)<br />
mayo<br />
Gabriel Vommaro<br />
“¿Qué hay de nuevo en las nuevas derechas”. Algunas cosas que puede ayudarnos a pensar la sociología.</div>
<div style="margin: 1em 0px;">
Lucas Rubinich<br />
“Cambios en el desempeño del papel intelectual: de Sartre a Human Rights”<br />
Junio<br />
Nicolás Viotti<br />
“Sociología, mirada ilustrada y relativismo cultural: una falsa dicotomía”</div>
<div style="margin: 1em 0px;">
Florencia Arancibia<br />
“Glisfosato: Tensiones entre campo académico, las políticas públicas y los movimientos sociales”<br />
Julio<br />
Claudio Benzecry<br />
“Pasiones igualitarias: analogías entre el mundo del fútbol y los fanáticos de la ópera”<br />
Agosto<br />
Pablo Semán<br />
“El concepto de hegemonía en las ciencias sociales. Una interrogación crítica”<br />
Setiembre<br />
José Casco<br />
“Opinión pública, medios y ciencias sociales”</div>
</div>
</div>
</div>
</div>
</div>
</div>
</div>
</div>
Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-72379216266613506202015-03-29T17:49:00.001-07:002015-03-29T17:49:41.921-07:00<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 15.4559993743896px;">LUNES 30 de MARZO de 2015 de 18 A 20 HS.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 15.4559993743896px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 15.4559993743896px;">Instituto de Investigaciones Gino Germani (IIGG/UBA), Uriburu 950, 6º piso, AULA 1</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 15.4559993743896px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 15.4559993743896px;">"Oscar Terán en sus años sesenta: marxismo, socialismo y peronismo"</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 15.4559993743896px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 15.4559993743896px;">Omar Acha</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 15.4559993743896px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 15.4559993743896px;">Coordinan: Lucas Rubinich (IIGG, UBA), José María Casco (UNLAM-UNSAM), Jimena</span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 15.4559993743896px;"><br />Montaña (CHI-UNQ/CONICET) y Mariano Zarowsky (UBA/CONICET).<br />Los invitamos a participar del primer encuentro del Seminario “Intelectuales, política y cultura de izquierda en Argentina y América Latina” a realizarse a partir de este año en el marco del CECYP (Grupo de Estudios en Cultura, Economía y Política) perteneciente al Instituto de Investigaciones Gino Germani, UBA.<br />En esta oportunidad, Omar Acha (UBA/CONICET) presentará un texto que constituye un fragmento del primer y más extenso ensayo de un libro aún en preparación titulado Cambiar de ideas. Cuatro tentativas sobre Oscar Terán.<br />Les pedimos a aquellos que quieran participar del encuentro que nos escriban confirmando asistencia a: jmontana@gmail.com, pepe_casco@yahoo.com.ar o marianozarowsky@yahoo.com.ar para que les mandemos el artículo.<br />Grupo de Estudios en Cultura, Economía y Política<br />Instituto de Investigaciones Gino Germani, UBA<br />J. E. Uriburu 950 6° - C1114AAD - CABA - ARG<br />cecypiigg.sociales.uba.ar cecyp@sociales.uba.ar</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGFGDknM3sxFSLNhTMx0FUsPHwg-Yb_4iEzTW-OwdmVAaIUb6Kul3Sb7rIV7gDCVMXgxAvniVqwHKtDvSKeDibTbHQtVUkDNorwp9hL6B6AcD6WaU_ufZB_gQ91ZCMBSLOth2Ox9YzK_Q0/s1600/OSCAR+TER%C3%81N+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGFGDknM3sxFSLNhTMx0FUsPHwg-Yb_4iEzTW-OwdmVAaIUb6Kul3Sb7rIV7gDCVMXgxAvniVqwHKtDvSKeDibTbHQtVUkDNorwp9hL6B6AcD6WaU_ufZB_gQ91ZCMBSLOth2Ox9YzK_Q0/s1600/OSCAR+TER%C3%81N+2.jpg" height="234" width="320" /></a></div>
Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-23458750814564482512014-09-26T13:52:00.000-07:002014-09-26T14:19:55.432-07:00BRIGADA ARGENTINA POR DILMA<br clear="all" />
<span style="color: #eeeeee;"><br /></span>
<br />
<div>
<span style="font-family: Helvetica,Arial,'lucida grande',tahoma,verdana,arial,sans-serif; line-height: 17px;"><b style="background-color: white;">Latinoamérica.
La que se construyó en ésta década. La que soñaron </b></span><br />
<span style="font-family: Helvetica,Arial,'lucida grande',tahoma,verdana,arial,sans-serif; line-height: 17px;"><b style="background-color: white;">San Martín y Bolívar.
Latinoamérica está en peligro. Brasil puede ser </b></span><br />
<span style="font-family: Helvetica,Arial,'lucida grande',tahoma,verdana,arial,sans-serif; line-height: 17px;"><b style="background-color: white;">retomado por el neoliberalismo y
las nefastas alianzas que nos </b></span><br />
<span style="font-family: Helvetica,Arial,'lucida grande',tahoma,verdana,arial,sans-serif; line-height: 17px;"><b style="background-color: white;">dominaron durante dos siglos. </b></span><br />
<span style="font-family: Helvetica,Arial,'lucida grande',tahoma,verdana,arial,sans-serif; line-height: 17px;"><b style="background-color: white;">Son muchas las
conquistas que podemos perder.</b></span><br />
<span style="background-color: white;"><b><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; line-height: 17px;" /></b>
<span style="font-family: Helvetica,Arial,'lucida grande',tahoma,verdana,arial,sans-serif; line-height: 17px;"><b>Fuerza
por Dilma, fuerza por Latinoamérica, fuerza por el Sur</b></span></span><br />
<span style="background-color: white;"><b><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; line-height: 17px;" /></b>
<span style="color: red; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large; line-height: 17px;"><b>El
sábado 27 de setiembre a las 17 hs. </b></span></span><br />
<span style="background-color: white;"><span style="color: red; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large; line-height: 17px;"><b><br /></b></span></span>
<span style="background-color: white;"><span style="color: red; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large; line-height: 17px;"><b>en la esquina de Brasil y Defensa,</b></span></span><br />
<span style="background-color: white;"><span style="color: red; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large; line-height: 17px;"><b><br /></b></span></span>
<span style="background-color: white;"><span style="color: red; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large; line-height: 17px;"><b>San
Telmo, Buenos Aires.</b></span></span><br />
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large; line-height: 17px;"><b><br /></b></span></span>
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 17px;"><b>Haremos una pegatinha colectiva y habrá caipirinha.</b></span></span><br />
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Helvetica,Arial,'lucida grande',tahoma,verdana,arial,sans-serif; line-height: 17px;"><b>Todos
invitados. Mejor con remera roja.</b></span></span><br />
<span style="background-color: white;"><b><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; line-height: 17px;" /></b>
<span style="font-family: Helvetica,Arial,'lucida grande',tahoma,verdana,arial,sans-serif; line-height: 17px;"><b>Compartí
este mensaje con todos sus amigos </b></span></span><br />
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Helvetica,Arial,'lucida grande',tahoma,verdana,arial,sans-serif; line-height: 17px;"><b>de Facebook,</b></span></span><b style="background-color: white; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; line-height: 17px;">Twitter y otras redes sociales.</b><br />
<b style="background-color: white; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; line-height: 17px;"> Avisar a periodistas y corresponsales.</b><br />
<span style="background-color: white;"><b><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; line-height: 17px;" /></b>
<span style="color: red; font-family: Helvetica,Arial,'lucida grande',tahoma,verdana,arial,sans-serif; font-size: large; line-height: 17px;"><b>Invita
la Brigada Argentina por Dilma</b></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCVzQ6PC5cj7zc0mIEyXD0OGi_6uVbetNsG4B9UsmvgdP57END1vFhhH8w4V4BVyLbGpOeVE32JeTl_zwR80OJF3An4TJOW2rF9ML0bJvNpxjeEB5oEEcvLXvbiHxxxmRhnk5EPyz9KcEf/s1600/si+pierde+dilma+perdemos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCVzQ6PC5cj7zc0mIEyXD0OGi_6uVbetNsG4B9UsmvgdP57END1vFhhH8w4V4BVyLbGpOeVE32JeTl_zwR80OJF3An4TJOW2rF9ML0bJvNpxjeEB5oEEcvLXvbiHxxxmRhnk5EPyz9KcEf/s1600/si+pierde+dilma+perdemos.jpg" height="152" width="640" /></a></div>
<br />Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-84690366489685591512014-09-12T15:33:00.001-07:002014-09-12T15:33:24.272-07:00Inauguración mural de Diego Bugallo en el Departamento de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA<span style="background-color: white; color: #37404e; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14.3999996185303px; line-height: 20px;">Una nueva generación al frente de la carrera de filosofía de la UBA. Gente inquieta y con una tarea monumental hacia adelante. El viernes próximo inauguran el mural del artista Diego Bugallo en la sede del departamento de filosofía. Allí va</span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #37404e; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14.3999996185303px; line-height: 20px;">mos a estar apoyando estas apuestas por revivificar algunos elementos de lo que fue una poderosa tradición universitaria argentina: la que intentaba posicionarse frente a la propia sociedad con encuentros productivos entre artistas, académicos e intelectuales de diversas identidades.</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaEWedjvDcPWUCPpw69conLT_2zG8_oguhb9i5D5AhiDmX4VvPo4skzh_3k5MokJFvw1VX3l4XoC718dpXKgYu-KfXq9Wx460-G0Wfc0nw1k6DLaWd6WjL6mSJzjRnccpEdpXOZuWiyYEd/s1600/diego+bugallo_inauguraci%C3%B3n+mural.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaEWedjvDcPWUCPpw69conLT_2zG8_oguhb9i5D5AhiDmX4VvPo4skzh_3k5MokJFvw1VX3l4XoC718dpXKgYu-KfXq9Wx460-G0Wfc0nw1k6DLaWd6WjL6mSJzjRnccpEdpXOZuWiyYEd/s1600/diego+bugallo_inauguraci%C3%B3n+mural.jpg" height="207" width="320" /></a></div>
Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8582064012509602632.post-87625278190820620052014-08-12T15:39:00.000-07:002014-09-26T15:12:28.961-07:00"MARE NOSTRUM", Pomarola Talk<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZiOgE-71g6PaHcKPMnbsqsI_OdHCciO_0mIhZ4PQBHv00swDun5Aylszd0hbYOZ20yg08zjujrZTgE0CFTK_apuZM2Uw0_iLPDW9at6UsI8RsMiEarOF6ssneOO3Zkdn1qZwGs-qhDjr1/s1600/mare+nostrum.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZiOgE-71g6PaHcKPMnbsqsI_OdHCciO_0mIhZ4PQBHv00swDun5Aylszd0hbYOZ20yg08zjujrZTgE0CFTK_apuZM2Uw0_iLPDW9at6UsI8RsMiEarOF6ssneOO3Zkdn1qZwGs-qhDjr1/s1600/mare+nostrum.jpg" height="446" width="640" /></a></div>
<div class="userContentWrapper aboveUnitContent" data-ft="{"tn":"K"}" style="background-color: white; color: #37404e; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 12.288000106811523px; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px;">
<div class="_wk mbm" style="font-size: 14px; line-height: 20px; margin-bottom: 10px;">
<span class="userContent"></span><br />
<div class="text_exposed_root text_exposed" id="id_53ea701ef21501157177191" style="display: inline;">
<span class="userContent">Mare nostrum le llamaban al Mediterráneo los romanos, y así se llama la flota italiana encargada de los inmigrantes africanos que intentan llegar al mundo mejor. La mitología cristiana refiere el encuentro de Pedro que, ante los ataques de <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">Nerón hacia los cristianos huía de Roma por la Vía Apia, y se encuentra con Cristo. Pedro, asombrado, preguntó: ¿Quo vadis, domine? ( Dónde vas, señor?) y él le respondió: Voy a Roma a que me crucifiquen de nuevo (Romam vado iterum crucifigi). Cuentan que Pedro, avergonzado, volvió sus pasos nuevamente hacia ese mundo que los reprimía y terminó al fin martirizado.Los africanos intentan llegar a un mundo mejor y, con pesimismo fundado, se puede sostener que en ese camino las sociedades políticas dominantes los vuelven a castigar de mil y una maneras: con la muerte en el viaje, con la deportación, con la marginación en el mundo mejor al que arribaron, etc.<br />LUNITED for Intercultural Action es la principal organización que documenta las muertes de migrantes relacionadas con controles fronterizos. En el registro de esta “lista de muertes” hay 17.306 entradas desde el 1 de enero de 1993 hasta noviembre de 2012. Cuando se llevó a cabo el estudio, la lista no contaba con datos de 2013.</span></span></div>
<span class="userContent">
</span></div>
</div>
<div class="_wk _5rny attachmentUnit" style="background-color: white; border-left-color: rgb(211, 215, 220); border-left-style: solid; border-left-width: 2px; color: #9197a3; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; margin: 0px 0px 12px -9px; padding: 0px 0px 0px 7px;">
<div class="userContentWrapper">
"MARE NOSTRUM", Pomarola Talk, marcadores en papel A4 veteado, agosto de 2014</div>
</div>
Sociología Contraatacahttp://www.blogger.com/profile/11275541777385091347noreply@blogger.com0